viernes, 3 de septiembre de 2021

Un beso y un adiós

                                                                                     


Decir adiós.. La vida es eso.

Y yo te digo adiós y sigo...

Volver a amar es el castigo

de los que amaron con exceso.

Amar y amar toda la vida,

y arder en esa llama.

Y no saber por qué se ama...

Y no saber por qué se olvida.

Coger las rosas una a una,

beber un vino y otro vino

y andar y andar por un camino

que no conduce a parte alguna.

--José A. Buesa--



A sus 36 años la vida le sonreía, estaba feliz y enamorada. Todo era maravilloso para ella, hasta que...

Un día vuelve a casa y su marido, muy serio, le dice que quiere hablar con ella. Entran en el comedor y se sientan en dos sillas, frente a frente. Se impacientó. "Tal vez esté enfermo y le cueste decírmelo"---pensó en un principio, y eso le preocupó.

--Cariñosiento mucho lo que te voy a decir---le confesó su marido---me he enamorado de otra y te voy a dejar, ¡lo siento!----concluyó con la cara compungida

Ella tardó en reaccionar. Creyó que era una broma. Pero, claro, él jamás decía esa clase de bobadas, así que empezó a tomárselo en serio, y se puso lívida, ¡y el corazón se le paró!..

A pesar de todo, con toda la frialdad del mundo se levantó de la silla y sin mirar a su marido siquiera se metió en su habitación. 

Él quedó esperando. La imaginaba desesperada llorando e intentando encajar el golpe. Aunque de sobra sabía que no era muy dada a manifestar sus emociones. Lo que hizo ella después le desconcertó, porque...

No tuvo que esperar mucho tiempo. Al poco rato la vio salir de la habitación vestida de negro y con su bolso gris debajo del brazo.. Intentó seguirla, hablarle, decirle otra vez que lo sentía de veras. Pero se quedó con las ganas, ni volvió la cabeza ni le dijo adiós.

Pasaron los días y las noches y no volvió a saber de ella. La gente de su alrededor empezó a impacientarse. Su familia, sus amigos, todo el mundo se temieron lo peor..  Removieron Roma con Santiago, la buscaron por todos los sitios inimaginables, pusieron fotos suyas en los periódicos, en carteles, toda la ciudad la buscaba, pero nada..

Habían transcurrido ya quince días y nadie la había vuelto a ver pero.. ¡de repente saltó la noticia!, ¡Aleluya!, La vieron volver, tranquila, como si nada hubiera pasado. Sólo manifestó que había pasado una temporada en la habitación de un hotel de mala muerte, no muy lejos de la ciudad, llorando y reflexionando.

Le hicieron cien entrevistas, habló en mil periódicos, pero jamás reveló su experiencia. Nunca supimos de verdad qué le pasó ni qué hizo durante esos quince largos días con sus noches...

Ha pasado el tiempo y ha vuelto a casarse ¡Y es feliz de nuevo!. Nunca renunció a su apellido Christie, el de su primer marido. Dice que no le guarda rencor.. 

Por cierto, su nombre de pila es Agatha..

Joaquín


                                                                  Agatha Christie 

                                                                       


                                                       





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