Alguien,
cuando pase el tiempo
y
encuentren mi calavera,
el
tiro que no me he dado
buscará
en la sien entera.
Y
en las cuencas de mis ojos
querrá
adivinar tal vez
lo
que vi... cuando veía
y
que yo nunca miré.
A
ese piadoso erudito
que
busque el paso borrado
--¡un
débil paso terreno!--
de
la vida de un cansado
de
sí mismo, quiero dar
esta
confesión tardía
resuelta
en un epitafio
pues
que puedo todavía:
Vino,
venció. Fue vencido
en
lo que quiso vencer.
Escribió,
y en el tintero
dejó
lo que quiso hacer
por
hacer lo que quisieron:
Y
se fue...
(César
G. Ruano)
En
el puesto número veintidós de un total de veintiséis; ése es el
lugar en el que los europeos que han votado colocaron a España, en
el Festival de Eurovisión que se celebró ayer en Tel Aviv,
la ciudad más grande de Israel y lugar del evento al ganar este país
el Festival el pasado año..
Lo
nuestro con éste Festival, --tan seguido por el gran público
algunas temporadas-- es un la historia de un quiero y no puedo.. Sólo
dos veces lo hemos ganado y van ya 63 ediciones desde que allá por
1956 en la ciudad suiza de Lugano se celebrara por primera vez y en
la que participaron unos escasos siete países. Por cierto, en aquel primer
año aun no estábamos nosotros ya que no fuimos participes hasta
cinco años más tarde, en 1961.
El
festival de Eurovisión fue un autentico acontecimiento de
masas en sus primeros años. Se ve que antes no había otra cosa en
la que entretenerse. Además a Franco le venía muy bien. Como
estábamos aislados en el mundo democrático por ser la nuestra una dictadura,
pues una oportunidad en la que poder codearnos con países de la
talla de Francia, Italia o Inglaterra era un puntazo y no iban a
dejarla perder, aunque fuera en una cosa tan insustancial como un
concurso de canciones..
Durante
los años sesenta, acuérdense, el Festival fue para los
españoles la repera. Además de ganarlo dos años consecutivos, una
con Massiel y otra con Salomé, y coincidir con la
entrada a tutiplén de los aparatos de televisión en nuestras casas,
fue como una fábrica de sueños, y es que jamás ganábamos nada. En
deporte éramos una nulidad, de política no podíamos hablar, así
que los toros y las radio-novelas era nuestro único fuerte, y
placer..
El
Festival en su ya larga andadura ha pasado por diferentes
etapas de aceptación. Los ochenta y noventa tal vez fueran la peor;
entró en un periodo, casi, de indiferencia por el gran publico televisivo. Luego se
reanimó a partir del programa Operación Triunfo y el impulso
que éste le dio al vincular su exitosa puesta en escena y elenco de protagonistas con el Festival.. Aunque mucho me temo que estemos en
puertas de otro bajón si no cambian mucho las cosas..
Yo
siempre lo he pensado, pareciera que haya países que poseen el
secreto del triunfo; tradiciones y folclores de algunos que encajan a la
perfección en la idiosincrasia del Festival, por ejemplo, Irlanda,
un país con apenas cuatro millones de habitantes y lo ha ganado ocho
veces, o Suecia, con menos habitantes que Andalucía y ya
lleva siete, y no le digo Luxemburgo, una mierda, con perdón
de país, tan grande como Zaragoza que se ha embuchado cinco.. Lo de
Israel, el anfitrión de ayer, es un caso paradójico pues, ni
es europeo ni tiene especial tradición en estos menesteres, y lleva
amachambrados ya cinco premios.. A éste pequeño país, rodeado de
millones de hostiles musulmanes, se le ha dado una especial
deferencia para participar –también lo hace en competiciones
deportivas exclusivamente europeas-- y le venido que ni de perlas..
Lo está aprovechando muy bien para edulcorar su imagen de duro y
agresivo y trocarla por la de país tolerante, democrático y
liberal, y a fe que lo es...
De
todas maneras desde que en los años 1993 y 1994 se le dio el visto
bueno –con todo el derecho del mundo, todo hay que decirlo-- a los
nuevos países de Europa del Este surgidos tras la desmembraron de
Yugoslavia y la caída de la antigua URRS, la cosa ya no es lo mismo.
En unos pocos años pasamos de ser dieciocho o veinte, cantidad muy
manejable, a los más de cincuenta, (incluida Australia que tiene de
europea lo que yo de chino) actuales, que previa selección se quedan
en veintiséis.. Con todas estas incorporaciones masivas comenzó el
mamoneo del regalo de votos a países amigos o afines..
Uno
de los fallos, creo, de nuestra inoperancia en éste magno concurso
fue la democratización a la hora de elegir interprete y canción.
Eso de que lo eligiera toda España a través de chats o mensajes de
texto fue una supina estupidez; recuerden al Chiquilicuatre y
el espantoso ridículo que hicimos. Yo propondría volver al método
antiguo, es decir, que un grupo de expertos en la materia escogiera
al artista, y un compositor reconocido y solvente escribiera la
canción; apuesto que mejoraríamos.. De todas maneras más bajo no
vamos a caer.. Por cierto, ganó Holanda y al año que viene
harán el soberbio evento posiblemente en Amsterdam, un magnifico
escaparate para promocionar el país. Yo sin haber visto ninguna
actuación de ningún país, sólo el pequeño reportaje previo a las
votaciones, vaticiné a Italia como ganador, quedó segundo... no
tengo mal ojo...jeje
Joaquín
Yerga
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