domingo, 19 de mayo de 2019

Tenga usted un Festival para esto...







Alguien, cuando pase el tiempo
y encuentren mi calavera,
el tiro que no me he dado
buscará en la sien entera.
Y en las cuencas de mis ojos
querrá adivinar tal vez
lo que vi... cuando veía
y que yo nunca miré.
A ese piadoso erudito
que busque el paso borrado
--¡un débil paso terreno!--
de la vida de un cansado
de sí mismo, quiero dar
esta confesión tardía
resuelta en un epitafio
pues que puedo todavía:
Vino, venció. Fue vencido
en lo que quiso vencer.
Escribió, y en el tintero
dejó lo que quiso hacer
por hacer lo que quisieron:
Y se fue...
(César G. Ruano)


En el puesto número veintidós de un total de veintiséis; ése es el lugar en el que los europeos que han votado colocaron a España, en el Festival de Eurovisión que se celebró ayer en Tel Aviv, la ciudad más grande de Israel y lugar del evento al ganar este país el Festival el pasado año..
Lo nuestro con éste Festival, --tan seguido por el gran público algunas temporadas-- es un la historia de un quiero y no puedo.. Sólo dos veces lo hemos ganado y van ya 63 ediciones desde que allá por 1956 en la ciudad suiza de Lugano se celebrara por primera vez y en la que participaron unos escasos siete países. Por cierto, en aquel primer año aun no estábamos nosotros ya que no fuimos participes hasta cinco años más tarde, en 1961.
El festival de Eurovisión fue un autentico acontecimiento de masas en sus primeros años. Se ve que antes no había otra cosa en la que entretenerse. Además a Franco le venía muy bien. Como estábamos aislados en el mundo democrático por ser la nuestra una dictadura, pues una oportunidad en la que poder codearnos con países de la talla de Francia, Italia o Inglaterra era un puntazo y no iban a dejarla perder, aunque fuera en una cosa tan insustancial como un concurso de canciones..
Durante los años sesenta, acuérdense, el Festival fue para los españoles la repera. Además de ganarlo dos años consecutivos, una con Massiel y otra con Salomé, y coincidir con la entrada a tutiplén de los aparatos de televisión en nuestras casas, fue como una fábrica de sueños, y es que jamás ganábamos nada. En deporte éramos una nulidad, de política no podíamos hablar, así que los toros y las radio-novelas era nuestro único fuerte, y placer..
El Festival en su ya larga andadura ha pasado por diferentes etapas de aceptación. Los ochenta y noventa tal vez fueran la peor; entró en un periodo, casi, de indiferencia por el gran publico televisivo. Luego se reanimó a partir del programa Operación Triunfo y el impulso que éste le dio al vincular su exitosa puesta en escena y elenco de protagonistas con el Festival.. Aunque mucho me temo que estemos en puertas de otro bajón si no cambian mucho las cosas..
Yo siempre lo he pensado, pareciera que haya países que poseen el secreto del triunfo; tradiciones y folclores de algunos que encajan a la perfección en la idiosincrasia del Festival, por ejemplo, Irlanda, un país con apenas cuatro millones de habitantes y lo ha ganado ocho veces, o Suecia, con menos habitantes que Andalucía y ya lleva siete, y no le digo Luxemburgo, una mierda, con perdón de país, tan grande como Zaragoza que se ha embuchado cinco.. Lo de Israel, el anfitrión de ayer, es un caso paradójico pues, ni es europeo ni tiene especial tradición en estos menesteres, y lleva amachambrados ya cinco premios.. A éste pequeño país, rodeado de millones de hostiles musulmanes, se le ha dado una especial deferencia para participar –también lo hace en competiciones deportivas exclusivamente europeas-- y le venido que ni de perlas.. Lo está aprovechando muy bien para edulcorar su imagen de duro y agresivo y trocarla por la de país tolerante, democrático y liberal, y a fe que lo es...
De todas maneras desde que en los años 1993 y 1994 se le dio el visto bueno –con todo el derecho del mundo, todo hay que decirlo-- a los nuevos países de Europa del Este surgidos tras la desmembraron de Yugoslavia y la caída de la antigua URRS, la cosa ya no es lo mismo. En unos pocos años pasamos de ser dieciocho o veinte, cantidad muy manejable, a los más de cincuenta, (incluida Australia que tiene de europea lo que yo de chino) actuales, que previa selección se quedan en veintiséis.. Con todas estas incorporaciones masivas comenzó el mamoneo del regalo de votos a países amigos o afines..
Uno de los fallos, creo, de nuestra inoperancia en éste magno concurso fue la democratización a la hora de elegir interprete y canción. Eso de que lo eligiera toda España a través de chats o mensajes de texto fue una supina estupidez; recuerden al Chiquilicuatre y el espantoso ridículo que hicimos. Yo propondría volver al método antiguo, es decir, que un grupo de expertos en la materia escogiera al artista, y un compositor reconocido y solvente escribiera la canción; apuesto que mejoraríamos.. De todas maneras más bajo no vamos a caer.. Por cierto, ganó Holanda y al año que viene harán el soberbio evento posiblemente en Amsterdam, un magnifico escaparate para promocionar el país. Yo sin haber visto ninguna actuación de ningún país, sólo el pequeño reportaje previo a las votaciones, vaticiné a Italia como ganador, quedó segundo... no tengo mal ojo...jeje
Joaquín Yerga

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