jueves, 16 de mayo de 2019

La verdadera historia de San Isidro.


Cuando me lo contaron sentí el frío
de una hoja de acero en las entrañas;
me apoyé contra el muro, y un instante
la conciencia perdí de donde estaba.
Cayó sobre mi espíritu la noche;
en ira y en piedad se anegó el alma…
¡y entonces comprendí por qué se llora,
y entonces comprendí por qué se mata!
Pasó la nube de dolor… Con pena
logré balbucear breves palabras…
¿Quién me dio la noticia?… Un fiel amigo…
¡Me hacía un gran favor!… Le di las gracias.
--Bécquer--


No es mi intención amargar la festividad de San Isidro a mis paisanos aunque este año por motivos obvios no lo celebremos. Tampoco pretendo enfriar ni un ápice la fe de muchos, faltaría más. Solo que, en algún recóndito lugar del panorama informativo virtual leí ayer que San Isidro, ése santo tan venerado en nuestro pueblo y amadísimo patrón de algunos oficios primarios, pudiera haber sido musulmán, ¡ahí es nada!.. Sí, pero no se acuerden de mis antepasados todavía, déjenme que les explique.. Aunque les adelanto que es una más que factible posibilidad con visos de verosimilitud...
La versión oficial que tenemos del santo es la que nos proporciona la Iglesia y la tradición. Dice esta que Isidro fue de origen humilde en una época en la que todos los santos y grandes hombres de fe fueron de extracción noble.. Por si no lo saben, a lo largo de la historia casi todos los que han destacado por su bien hacer, bien sea revolucionario, religioso, cultural, etc. etc. eran gente preparada y culta; los pobres y humildes ni sabían hacer nada ni tenían tiempo para nada que no fuera trabajar..
Pues bien, en un tiempo en los que la pequeña población de Magerit (Madrid) aun estaba en manos de los musulmanes (ellos la habían fundado) dos de sus moradores de origen cristiano, Inés y Pedro, más pobres que carracuca, parieron un niño al que pusieron de nombre Isidro, seguramente en honor a San Isidoro de Sevilla, (el sabio nacido tres siglos antes. Sólo habían pasado cinco años de la avenida del niño al mundo cuando los cristianos del rey Alfonso VI se apoderaron de la futura Villa y Corte y los papis de Isidrín se pusieron a trabajar con el rico hacendado Iván de Vargas. Allí creció el niño y allí se hizo zahorí y santero...
Siguen diciendo las crónicas que ya de mayorcito se trasladó a vivir a Torrelaguna, (un pueblecito al norte de Madrid) porque en la capital estaba la cosa revuelta.. En ése pueblo se enamoró y casó con María Toribia, la futura María de la Cabeza (otra santa).. Cierta mañana de verano su hijo mayor se cayó a un pozo y esa fue la oportunidad de hacer su primer milagro, salvando a su vástago de una muerte segura y sin ningún rasguño.. Otro día permitió a su mujer, María, cruzar el rio Jarama a pie en un momento de aprietos e infidelidades que contra ella lanzaban gentes del pueblo.. Claro que lo raro del Jarama es mojarte.. Se cruza con zapatillas de andar por casa en cualquier época del año, casí...
Pasado el tiempo se le ve al mozo otra vez en Madrid, por los arrabales de San Andrés (lo que ahora es el distrito de la Latina). Ya muy anciano muere en 1172 y es enterrado en el cementerio de la misma iglesia de San Andrés.. Los únicos datos fiables que tenemos de su vida, (sin contar la tradición y leyenda) es la que nos cuenta el códice de Juan Diácono, el único que habla de él y de sus peripecias, y su origen se remonta a cien años después de la muerte del santo... Y dice el códice que Isidro fue un experto en averiguar dónde había agua para hacer pozos, y nos habla, a su vez, de cinco milagros y no de cuatrocientos como le atribuye la leyenda..
De todas maneras la tradición de santón fue pasando de padres a hijos, y ya en tiempos de Felipe II, que fue el que traslada la capital del reino a Madrid, se propuso santificarlo; cosa que sucede, por fin, en 1622 por el Papa Gregorio XV.. El pueblo de Madrid le tenia mucho cariño y fervor a su figura. Los reyes a menudo recurrían a sus despojos para curar enfermedades de su familia, llevando y trayendo el cuerpo de un lado para otro.. Una vez una de las damas de Isabel la Católica le dio un mordisco a un pie del cadáver. En otra ocasión un cerrajero de Carlos II le arrancó un diente y se lo regaló al monarca que lo mantuvo debajo de su almohada hasta su muerte.. En fin, al pobre santo después de 600 años de trajín lo tenían destrozado.. Ya en siglo XIX lo hicieron patrón de los labradores.. Y hasta aquí la leyenda, ahora viene la historia real y novedosa..
Según la historiadora Matilde Fernández, en la sociedad musulmana de entonces se daba mucho la figura del wali, una especie de santones muy populares, normalmente de extracción marginal. Hombres de campo y esclavos analfabetos que llegaban a ser verdaderos ascetas (tipos que creen llegar a la perfección espiritual a través de privarse de placeres terrenales) llegando a ejercer sus virtudes religiosas estando casados.. Según estas teorías, la historia de San Isidro pudo ser la de un santón musulmán de origen bereber el cual vivió en un periodo previo a la conquista de Magerit (Madrid) por los cristianos.. Ante el fervor que le profesaba el pueblo llano musulmán, la tradición milagrera fue asumida por los nuevos conquistadores que la hicieron como suya propia....
En fin, la cosa tiene signo de verosimilitud, tengamos en cuenta que casos parecidos han pasado en la historia de las religiones.. Casi todas las fiestas cristianas, incluida la Navidad, tuvieron un origen pagano que la iglesia asumió y las hizo suya para no indisponer al pueblo llano.. En fin, no me insulten mucho. Yo he escrito lo que he leído. Además, precisamente lo digo hoy que no hay Romería..
Joaquin Yerga

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