Cuando me lo contaron sentí el
frío
de una hoja de acero en las
entrañas;
me apoyé contra el muro, y un
instante
la conciencia perdí de donde
estaba.
Cayó sobre mi espíritu la
noche;
en ira y en piedad se anegó el
alma…
¡y entonces comprendí por qué
se llora,
y entonces comprendí por qué
se mata!
Pasó la nube de dolor… Con
pena
logré balbucear breves
palabras…
¿Quién me dio la noticia?…
Un fiel amigo…
¡Me hacía un gran favor!…
Le di las gracias.
--Bécquer--
No es mi intención amargar la
festividad de San Isidro a mis paisanos aunque este
año por motivos obvios no lo celebremos. Tampoco pretendo enfriar ni
un ápice la fe de muchos, faltaría más. Solo que, en algún
recóndito lugar del panorama informativo virtual leí ayer que San
Isidro, ése santo tan venerado en nuestro pueblo y amadísimo patrón
de algunos oficios primarios, pudiera haber sido musulmán, ¡ahí es
nada!.. Sí, pero no se acuerden de mis antepasados todavía, déjenme
que les explique.. Aunque les adelanto que es una más que factible
posibilidad con visos de verosimilitud...
La versión oficial que tenemos
del santo es la que nos proporciona la Iglesia y la tradición. Dice
esta que Isidro fue de origen humilde en una época
en la que todos los santos y grandes hombres de fe fueron de
extracción noble.. Por si no lo saben, a lo largo de la historia
casi todos los que han destacado por su bien hacer, bien sea
revolucionario, religioso, cultural, etc. etc. eran gente preparada y
culta; los pobres y humildes ni sabían hacer nada ni tenían tiempo
para nada que no fuera trabajar..
Pues bien, en un tiempo en los que
la pequeña población de Magerit (Madrid) aun
estaba en manos de los musulmanes (ellos la habían fundado) dos
de sus moradores de origen cristiano, Inés y Pedro,
más pobres que carracuca, parieron un niño al que pusieron de
nombre Isidro, seguramente en honor a San Isidoro de Sevilla,
(el sabio nacido tres siglos antes. Sólo habían pasado cinco años
de la avenida del niño al mundo cuando los cristianos del
rey Alfonso VI se apoderaron de la futura Villa y
Corte y los papis de Isidrín se pusieron a trabajar con el rico
hacendado Iván de Vargas. Allí creció el niño y
allí se hizo zahorí y santero...
Siguen diciendo las crónicas que
ya de mayorcito se trasladó a vivir a Torrelaguna, (un pueblecito al
norte de Madrid) porque en la capital estaba la cosa revuelta.. En
ése pueblo se enamoró y casó con María Toribia, la futura María
de la Cabeza (otra santa).. Cierta mañana de verano su hijo
mayor se cayó a un pozo y esa fue la oportunidad de hacer su primer
milagro, salvando a su vástago de una muerte segura y sin ningún
rasguño.. Otro día permitió a su mujer, María, cruzar el
rio Jarama a pie en un momento de aprietos e
infidelidades que contra ella lanzaban gentes del pueblo.. Claro que
lo raro del Jarama es mojarte.. Se cruza con zapatillas de andar por
casa en cualquier época del año, casí...
Pasado el tiempo se le ve al mozo
otra vez en Madrid, por los arrabales de San Andrés (lo que ahora es
el distrito de la Latina). Ya muy anciano muere en 1172 y es
enterrado en el cementerio de la misma iglesia de San Andrés.. Los
únicos datos fiables que tenemos de su vida, (sin contar la
tradición y leyenda) es la que nos cuenta el códice de Juan
Diácono, el único que habla de él y de sus peripecias, y su origen
se remonta a cien años después de la muerte del santo... Y dice el
códice que Isidro fue un experto en averiguar dónde había agua
para hacer pozos, y nos habla, a su vez, de cinco milagros y no de
cuatrocientos como le atribuye la leyenda..
De todas maneras la tradición de
santón fue pasando de padres a hijos, y ya en tiempos de Felipe
II, que fue el que traslada la capital del reino a Madrid, se
propuso santificarlo; cosa que sucede, por fin, en 1622 por el Papa
Gregorio XV.. El pueblo de Madrid le tenia mucho cariño y fervor a
su figura. Los reyes a menudo recurrían a sus despojos para curar
enfermedades de su familia, llevando y trayendo el cuerpo de un lado
para otro.. Una vez una de las damas de Isabel la Católica le dio un
mordisco a un pie del cadáver. En otra ocasión un cerrajero de
Carlos II le arrancó un diente y se lo regaló al monarca que lo
mantuvo debajo de su almohada hasta su muerte.. En fin, al pobre
santo después de 600 años de trajín lo tenían destrozado.. Ya en
siglo XIX lo hicieron patrón de los labradores.. Y hasta aquí la
leyenda, ahora viene la historia real y novedosa..
Según la historiadora Matilde
Fernández, en la sociedad musulmana de entonces se daba mucho la
figura del wali, una especie de santones muy populares,
normalmente de extracción marginal. Hombres de campo y esclavos
analfabetos que llegaban a ser verdaderos ascetas (tipos que creen
llegar a la perfección espiritual a través de privarse de placeres
terrenales) llegando a ejercer sus virtudes religiosas estando
casados.. Según estas teorías, la historia de San Isidro pudo ser
la de un santón musulmán de origen bereber el cual vivió en un
periodo previo a la conquista de Magerit (Madrid) por los
cristianos.. Ante el fervor que le profesaba el pueblo llano
musulmán, la tradición milagrera fue asumida por los nuevos
conquistadores que la hicieron como suya propia....
En fin, la cosa tiene signo de
verosimilitud, tengamos en cuenta que casos parecidos han pasado en
la historia de las religiones.. Casi todas las fiestas cristianas,
incluida la Navidad, tuvieron un origen pagano que la
iglesia asumió y las hizo suya para no indisponer al pueblo llano..
En fin, no me insulten mucho. Yo he escrito lo que he leído. Además,
precisamente lo digo hoy que no hay Romería..
Joaquin Yerga
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