lunes, 20 de mayo de 2019

Crónica de una muerte evitable..





Cristian murió hace ya año y medio, pero Milagros, su madre, no remonta.. “Es muy complicado, muy difícil” --le dice al periodista que la entrevista “Tienes un hijo a esa edad, tan joven, con todo por delante.. Estaba trabajando pero quería seguir estudiando.. Le gustaba mucho el fútbol” --continua con lágrimas en los ojos a pesar del tiempo... --”Ahora no sé qué será de mi”.. “No sé como encajarlo”...

Ésta es la historia de un sinsentido. La vi publicada ayer en un periódico digital de ámbito nacional. Los lamentables sucesos que describo a continuación ocurrieron hace poco más de un año en un pueblo de Toledo, Corral de Almaguer.. Si se cuenta estos días es por la fecha del comienzo del juicio a los responsables de este tremendo disparate...
El joven Cristian de 21 años cayó fulminado sobre el reluciente suelo de parquet del polideportivo. Sus amigos sabían de su dolencia, una cardiopatía asintomática; él también.. No obstante los médicos que se la diagnosticaron le permitieron que hiciera deporte moderado..pero..
Al caer se había golpeado la cabeza y por la sien derecha manaba sangre abundante. Alberto y Alejandro, los dos amigos que le acompañaban en el entrenamiento se asustaron al verlo inerte en el suelo y con la mirada fija en un punto indefinido.. Rápidamente uno telefoneó al 112 y el otro, Alberto, muy nervioso fue en busca de su coche y se acercó a “toda pastilla” al cercano ambulatorio de la localidad en busca de ayuda..
Eran unas circunstancias, digamos muy habituales en los tiempos que corren.. Un infarto a un chico joven que en la mayoría de los casos el médico o los del Samur que le atienden solventan con muchas garantías de éxito...
El ambulatorio estaba abierto. --¡Estupendo! --Gritó para sus adentros Alberto..--¡Menos mal!. Eran ya las ocho de la tarde –suspiró excitado y confiado al mismo tiempo..
Entró raudo en el centro de salud y, --¡Aleluya!, dos facultativos presentes.. --Su amigo Cristian estaba de suerte a pesar de todo –Pensó.. Pasó corriendo al despacho del jefe de guardia y le puso al corriente de la situación... Sin embargo., incomprensiblemente...
Los dos médicos se negaron en redondo a acompañar a Alberto al polideportivo y auxiliar a Cristian. Adujeron que el otro equipo había salido a una urgencia y no podían dejar solo el ambulatorio... Alberto insistió e insistió, llorando, pataleando... suplicando que Cristian estaba muy mal, que se moría si no se le atendía.. --Sus lamentos fueron inútiles, los dos galenos se empecinaron en que no podían abandonar el hospital; “se lo indicaba bien clarito el reglamento y protocolo”, insistieron..
Alberto, desesperado, volvió al polideportivo donde su amigo ya agonizaba y nadie le atendía.. Por el camino se tropezó con la madre de Cristian, Milagros que, avisada y presa de pánico y angustia al ver el estado terminal de su hijo, iba corriendo camino del ambulatorio a avisar.. Luego se supo que los dos incompetentes médicos habían llegado, incluso, a sugerirle que fuera ella misma en busca de una ambulancia al pueblo vecino..
A Cristian tardaron más de media hora en atenderle. Otro médico del pueblo que vivía cerca acudió en su ayuda, pero ya era demasiado tarde; dos infartos seguidos lo pusieron al borde de la muerte; cosa que ocurrió algo más tarde en el hospital de Toledo.. Para colmo de la mala suerte el desfibrilador del polideportivo estaba guardado en un cuarto bajo siete llaves. El responsable de las instalaciones estaba en el entierro de su abuela y su sustituto no tenía ni idea de su existencia..
Sin duda se trata de una muerte perfectamente evitable.Todo estaba dispuesto para que lo de Cristian se quedara solo en un gran susto; el ambulatorio a 600 mts., dos médicos con todos los instrumentos precisos, y el paciente un chico joven capaz de superar cualquier contratiempo, pero tropezaron con dos estúpidos galenos incapaces de discernir prioridades..
Ahora estos tipos se enfrentan a un juicio que, si es  tal y como nos lo han contado, merecen cuanto menos el desprecio de sus convecinos y la prohibición durante años para ejercer la profesión.. La madre de Cristian mientras tanto llora desconsolada la muerte de su hijo sin entender nada..
Joaquin Yerga


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