Se
murió porque ella quiso;
no
la mató Dios
ni
el destino.
Volvió
una tarde a su casa
y
dijo con voz eléctrica;
por
teléfono, a su sombra:
¡Quiero
morirme
pero
sin estar en la cama,
ni
que venga el médico,
ni
nada! ¡Tú cállate!.
¡Qué
silbidos de venenos
candidatos
se sentían!
Las
pistolas en bandadas
cruzaban
sobre alas negras
por
delante del balcón.
Daban
miedo los collares
que
tanto se estrecharon.
Pero
no. Morirse quería ella.
Se
murió a las cuatro y media
del
gran reloj de la sala,
a
las cuatro y veinticinco
de
su reloj de pulsera.
Nadie
lo notó. Su traje
seguía
lleno de ella,
en
pie, sobre sus zapatos,
hasta
las sonrisas frescas
arriba
en los labios. Todos
la
vieron ir y venir,
como
siempre.
No
se le mudó la voz,
hacía
la misma vida
de
siempre.
Cumplió
diecinueve años
en
marzo siguiente: <Está
más
hermosa cada día>,
dijeron
en ediciones
especiales
los periódicos.
La
heredera sombra cómplice,
prueba
rosa, azul o negra,
en
playas, nieves y alfombras,
los
engaños prolongaba..
(Pedro
Salinas)
Ya
tenemos servido el triste asunto pasional de cada temporada que poder
llevarnos a... conversaciones, tertulias, solidaridades y cotilleos
varios, el affaire Verónica; esa chica madrileña de 32
escasos años que se suicidó hace un par de días por difundirse
entre sus compañeros de trabajo un vídeo suyo con un alto contenido
sexual..
Lo
que ha transcendido a la opinión publica es que un antiguo novio le
estuvo chantajeando con hacer público el pornográfico vídeo sino
accedía a volver con él. Verónica estaba ahora felizmente
casada con otro hombre y tenia un hijo pequeño.. La cinta, en la que
aparece ella y su antiguo novio practicando sexo, circuló estos días
pasados de móvil en móvil entre sus compañeros de fábrica sin que
nadie supiera cómo ni quién las colgó en la red.. Si se sabe, por
cierto, que el 80% de la plantilla, compuesta por más de 2.200
trabajadores llegó a babear con el vídeo, entre ellas muchas
mujeres.. La policía investiga los hechos..
Este
caso a todos nos trae a la memoria el otro aquel de la concejala del
pueblo Toledo, Olvido Hormigos, pero con un final mucho más
triste.. Olvido se repuso y supo sacarle provecho al mal gesto de su
antiguo novio de publicar su vídeo; participó en diversos programas
de la farándula ganando unos buenos dividendos; la pobre Verónica
debió estar hecha de otra pasta, no pudo soportar la vergüenza de
verse en boca de todos exhibiendo sus actos más íntimos..
Ya
imagino a todo el mundo; a la “casta y pura” opinión pública
española hacer aspavientos por consentir los compañeros de Verónica
la atrocidad de visualizar el vídeo mientras se relamían de gusto y
envidiaban al novio.. Si hubiera que linchar a los que miraron el
vídeo y lo compartíeron con amiguetes lo haríamos sin
contemplaciones, incluso no faltarían voluntarios para tirar de la
soga hasta que expiraran esos pervertidos... Pero, ¿alguien en su
sano juicio será capaz de obviar que él hubiera hecho lo mismo? ¿Es
que nadie recuerda la de veces que compartimos entre amigos y
compañeros de manera cómplice fotos, frases ofensivas y toda clase
de vídeos, y nos reímos a mandíbula batiente?.. Evidentemente y
previo al suicidio nadie era consciente del sufrimiento de la chica y
menos aun del resultado final de esta amarga historia.. Bien es
verdad que siempre los hay tan sumamente groseros y vulgares que
incluso se acercaron al departamento de la chica a verla en persona y
constatar que era ella la que se recreaba en esas escenas eróticas..
De
todas maneras mucho camino nos queda por recorrer todavía hasta
alcanzar cierta igualdad entre hombres y mujeres.. No es de recibo que a estas
alturas del siglo más ilustrado y avanzado socialmente una mujer tan
joven se quite la vida por cuestiones de sexo, exposición y
vergüenza.. ¿Se imaginan que el afectado hubiera sido un trabajador
masculino? ¿Alguien duda que no sólo no se sentiría dolido y
abochornado, sino todo lo contrario, orgulloso y arrogante por su
poder de seducción y vigor sexual?.. Yo no dudo desde luego..
Cada
vez que alguien, --algún pequeño por acoso o mujer por asunto como
este-- se quita la vida es un fracaso de la sociedad, pues todos, yo
el primero, contribuimos con nuestras aún atávicas conductas
machistas a condenar a la desesperación a personas frágiles.. Y es
una pena también porque, las del suicidio son actitudes que se toman
a la desesperada y que con nada que hubiesen aguantado la presión
unos días hubieran sido perfectamente evitables.. En fin, descanse
en paz Verónica y mucha suerte para su pequeño, que le va a
hacer falta...
Joaquin
Yerga
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