martes, 28 de mayo de 2019

El coleccionista de huesos...





¿Ves aquel nido? Hay un ave.
Son dos: el macho y la hembra.
Ella tiene el buche blanco
él tiene las plumas negras.
En la garganta el gorjeo,
las alas blancas y trémulas;
y lo picos que se chocan
como labios que se besan.
El nido es cántico. El ave
incuba el trino, ¿oh poetas!
de la lira universal,
el ave pulsa un cuerda.
Bendito el calor sagrado
que hizo reventar las yemas.
¡Oh amada mía! Es el dulce
tiempo de la primavera.
(Rubén Darío)


Tan delgado y frágil, con la piel tan blanca, los ojos de un azul tan claro y pelo tan rubio que parecía albino, hijo de la luna.. Ninguno de los temores sobre su salud se cumplieron y se convirtió en un joven de estatura media, talle esbelto, andar erguido, hablar pausado, sonrisa blanca, elegante y sencillo en su atuendo, cuidadosisimo de su higiene, con un talante amable y gentil y punto de lejana melancolía.. Éste era el niño y así fue hombre después..
Los españoles llegamos al culmen de nuestro poder en el mundo con uno de los reyes más desaboridos que hemos tenido jamás, Felipe II... Este Felipe era hijo de Carlos I, nieto de Felipe el Hermoso y Juana “la Loca” y bisnieto, por tanto, de los Reyes Católicos..
En sus tiempos, segunda mitad del siglo XVI, los ejércitos españoles señoreaban sus alabardas y picas por media Europa. En América empezábamos a hacernos con todo el continente y a afianzar nuestra colonización trayendo de allí toneladas y toneladas de oro y plata. Eramos temidos en los campos de batallas y respetados en las cancillerías de medio mundo; sin embargo nuestro rey no parecía, a tenor de su poco entusiasmo, que fuera muy feliz por todo ello..
Felipe II, a pesar de su poca fogosidad tuvo cuatro esposas, nada menos el tío.. Con la primera que se casó --tenía el menda dieciséis años-- era su prima hermana María Manuela de Portugal, sobrina de su madre.. Tardó semanas en consumar su matrimonio; alegaba que su joven esposa tenía sarna en sus extremidades.. No sé a que se refería, pero poco duró su luna de miel, María Manuela murió sólo dos años después, a los 18 añitos, la pobre.. Por cierto, hasta aquí aun no era rey, sólo príncipe...
Poco después lo casaron con su tía, la reina de Inglaterra María Tudor... Cosas del protocolo y de bodas reales por conveniencias. Esta mujer hacía lo que podía, pero resulta que era doce años mayor que su príncipe azul Felipe; era calva, fea y encima estéril..Ya me dirán qué panorama para un jovencito de sólo 18 años.. María tuvo varios embarazos psicológicos, es decir, estaba convencida de que estaba preñada pero realmente no lo estaba... Murió a los 42 años de un cáncer de ovarios pero estaba ya vieja y decrépita.. Los retratos suyos que tenemos nos la presentan horrorosa...
La tercera esposa que pasó por su lecho conyugal fue Isabel de Valois, con la tuvo cinco hijas. Otra que murió jovencisima, tenía 22 escasos años.. Por cierto, a esta pobre la tenían designada para casarla con el hijo de Felipe II, Carlos, pero éste pobre estiró la pata antes de tiempo y aprovechó el padre para quedársela..
Pero hubo un cuarto matrimonio, Ana de Austria.. Felipe tenía ya 42 años y, mirando mirando se fijo en su sobrina, --no era tonto, 20 añitos tenia la moza-- Tenia ya Gota y estaba fastidiado pero aun así tuvo seis hijos de los que cuatro eran varones, entre ellos Felipe III, el heredero.. De todas maneras murió con 72 años, lo que era muy viejo ya para la la época... Los últimos días se le prohibió comulgar para que no se ahogara con la hostia --se asfixiaba el hombre-- a pesar de que era de misa diaria..
Bueno, todo hay que decirlo, además de sus cuatro jovencisimas esposas (excepto María, que era un callo reseco) tuvo unas cuantas amantes, --no muchas para lo que era la costumbre.. La principal fue Isabel de Osorio, una dama diez años mayor que él, bellisima mujer de la que estuvo enamorado hasta el final de sus días. La conoció desde bien joven, antes de casarse por primera vez, pero por razones de protocolo no la pudo desposar. Eso sí, le construyó una coqueta residencia en un pueblo de Burgos, a la que los vecinos le llamaban la casa de la puta del rey.. Era tan guapa y la quiso tanto que ordenó a su pintor favorito y amigo, Tiziano que le hiciera unos cuadros de inspiración mitológica pero con su cara. Hoy la podemos admirar en El Prado.. Uno es, “Dánae recibiendo la lluvia de oro” y el otro “Venus y Adonis” En éste último aparecen la cara de los dos, Felipe e Isabel.. La otra amante del rey fue Ana de Mendoza, la princesa de Éboli (la del parche en el ojo) bella e intrigante mujer..
Pero Felipe II, fue muy devoto; coleccionaba huesos de santos a tutiplén. Además en cuanto se enteraba de alguno que se vendía se hacía con él rápidamente.. Desde su dormitorio había ordenado hacer una ventana que daba a la capilla y justo desde su cama oía misa todos los días.. Y todo esto un tipo que gobernaba él solito medio mundo desde El Escorial, que tenia fama de frio, muy trabajador (se tiraba ocho horas diarias en su despacho) y que fue, también, un amante del arte, En fin, ya sabemos algo más del rey con el que llegamos a ser los más poderosos en la historia del mundo..
Joaquín Yerga

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