El coleccionista de huesos...
¿Ves
aquel nido? Hay un ave.
Son
dos: el macho y la hembra.
Ella
tiene el buche blanco
él
tiene las plumas negras.
En
la garganta el gorjeo,
las
alas blancas y trémulas;
y
lo picos que se chocan
como
labios que se besan.
El
nido es cántico. El ave
incuba
el trino, ¿oh poetas!
de
la lira universal,
el
ave pulsa un cuerda.
Bendito
el calor sagrado
que
hizo reventar las yemas.
¡Oh
amada mía! Es el dulce
tiempo
de la primavera.
(Rubén
Darío)
Tan
delgado y frágil, con la piel tan blanca, los ojos de un azul tan
claro y pelo tan rubio que parecía albino, hijo de la luna..
Ninguno de los temores sobre su salud se cumplieron y se convirtió
en un joven de estatura media, talle esbelto, andar erguido, hablar
pausado, sonrisa blanca, elegante y sencillo en su atuendo,
cuidadosisimo de su higiene, con un talante amable y gentil y punto
de lejana melancolía.. Éste era el niño y así fue hombre
después..
Los
españoles llegamos al culmen de nuestro poder en el mundo con uno de
los reyes más desaboridos que hemos tenido jamás, Felipe II...
Este Felipe era hijo de Carlos I, nieto de Felipe el Hermoso y Juana
“la Loca” y bisnieto, por tanto, de los Reyes Católicos..
En
sus tiempos, segunda mitad del siglo XVI, los ejércitos españoles
señoreaban sus alabardas y picas por media Europa. En América
empezábamos a hacernos con todo el continente y a afianzar nuestra
colonización trayendo de allí toneladas y toneladas de oro y plata.
Eramos temidos en los campos de batallas y respetados en las
cancillerías de medio mundo; sin embargo nuestro rey no parecía, a
tenor de su poco entusiasmo, que fuera muy feliz por todo ello..
Felipe
II, a pesar de su poca fogosidad tuvo cuatro esposas, nada menos el
tío.. Con la primera que se casó --tenía el menda dieciséis
años-- era su prima hermana María Manuela de Portugal,
sobrina de su madre.. Tardó semanas en consumar su matrimonio;
alegaba que su joven esposa tenía sarna en sus extremidades.. No sé
a que se refería, pero poco duró su luna de miel, María Manuela
murió sólo dos años después, a los 18 añitos, la pobre.. Por
cierto, hasta aquí aun no era rey, sólo príncipe...
Poco
después lo casaron con su tía, la reina de Inglaterra María
Tudor... Cosas del
protocolo y de bodas reales por conveniencias. Esta mujer hacía lo
que podía, pero resulta que era doce años mayor que su príncipe
azul Felipe; era calva, fea y encima estéril..Ya me dirán qué
panorama para un jovencito de sólo 18 años.. María tuvo varios
embarazos psicológicos, es decir, estaba convencida de que estaba
preñada pero realmente no lo estaba... Murió a los 42 años de un
cáncer de ovarios pero estaba ya vieja y decrépita.. Los retratos
suyos que tenemos nos la presentan horrorosa...
La
tercera esposa que pasó por su lecho conyugal fue Isabel de
Valois, con la tuvo cinco hijas. Otra que murió jovencisima,
tenía 22 escasos años.. Por cierto, a esta pobre la tenían
designada para casarla con el hijo de Felipe II, Carlos, pero éste
pobre estiró la pata antes de tiempo y aprovechó el padre para
quedársela..
Pero
hubo un cuarto matrimonio, Ana de Austria.. Felipe tenía ya
42 años y, mirando mirando se fijo en su sobrina, --no era tonto, 20
añitos tenia la moza-- Tenia ya Gota y estaba fastidiado pero aun
así tuvo seis hijos de los que cuatro eran varones, entre ellos
Felipe III, el heredero.. De todas maneras murió con 72 años,
lo que era muy viejo ya para la la época... Los últimos días se le
prohibió comulgar para que no se ahogara con la hostia --se
asfixiaba el hombre-- a pesar de que era de misa diaria..
Bueno,
todo hay que decirlo, además de sus cuatro jovencisimas esposas
(excepto María, que era un callo reseco) tuvo unas cuantas amantes,
--no muchas para lo que era la costumbre.. La principal fue Isabel
de Osorio, una dama diez años mayor que él, bellisima mujer de
la que estuvo enamorado hasta el final de sus días. La conoció
desde bien joven, antes de casarse por primera vez, pero por razones
de protocolo no la pudo desposar. Eso sí, le construyó una coqueta
residencia en un pueblo de Burgos, a la que los vecinos le llamaban
la casa de la puta del rey.. Era tan guapa y la quiso tanto que
ordenó a su pintor favorito y amigo, Tiziano que
le hiciera unos cuadros de inspiración mitológica pero con su cara.
Hoy la podemos admirar en El Prado..
Uno es, “Dánae recibiendo la lluvia de oro” y el otro “Venus y
Adonis” En éste último aparecen la cara de los dos, Felipe e
Isabel.. La otra amante del rey fue Ana de Mendoza, la
princesa de Éboli (la del
parche en el ojo) bella e intrigante mujer..
Pero
Felipe II, fue muy devoto; coleccionaba huesos de santos a tutiplén.
Además en cuanto se enteraba de alguno que se vendía se hacía con
él rápidamente.. Desde su dormitorio había ordenado hacer una
ventana que daba a la capilla y justo desde su cama oía misa todos
los días.. Y todo esto un tipo que gobernaba él solito medio mundo
desde El Escorial, que tenia
fama de frio, muy trabajador (se tiraba ocho horas diarias en su
despacho) y que fue, también, un amante del arte, En fin, ya sabemos
algo más del rey con el que llegamos a ser los más poderosos en la
historia del mundo..
Joaquín
Yerga
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