Pensarás, convencida,
que nada vale ya para ti,
que nada tiene sentido sin él.
Y soñarás sus besos como
lejanos e inalcanzables.
Y creerás no ser digna del castigo
que te impuso el destino..
Y te preguntarás,
¿Por qué a ti? ¿Por qué él?
Y no hallarás respuestas.
--Joaquín--
Gorgías era un filósofo griego que nació durante el funeral de su madre. Sí, suena raro pero resulta que su madre, embarazadísima, falleció de muerte súbita. A la pobre la metieron en el ataúd, y debió ser que aun hizo alguna contracción post-mortem que el niño asomó la cabecita. Dicen que durante el sepelio oyeron llorar a un bebé dentro del féretro, lo abrieron y la sorpresa fue mayúscula. Evidentemente es una leyenda que ha circulado, por cierto, durante más de dos milenios; ignoro si pudiera darse un caso así, aunque fuera muy extremo...
Y hablando de Gorgias, (el niño el ataúd) fue éste uno de los principales filósofos llamados “sofistas”.. Sócrates y Platón los criticaron a rabiar. Decían de ellos que sólo eran unos demagogos superficiales que pervertían a los jóvenes y no les inculcaban los verdaderos valores filosóficos. Una frase atribuida al Gorgias resume su pensamiento.. “El poder de la palabra en relación con los asuntos del alma equivale al poder de los medicamentos en relación a los asuntos del cuerpo”..
Otra leyenda curiosa, aunque ésta tiene más viso de verosimilitud, es aquella que nos cuenta las andanzas de “Lady Godiva”.. Lady Godiva, (ahora es una marca de chocolate) era una bella y honesta dama inglesa que vivió en el siglo X, y que echaba en cara a su marido, el conde de Coventry, lo mal que se comportaba con sus súbditos a los que les exigía demasiados impuestos, incluso hasta hacerles pasar hambre.
El conde, convencido de que sus vasallos eran simples rufianes y se merecían, por tanto, todo eso, propuso a su mujer recorrer desnuda y montada a caballo todo el condado de Coventry; así comprobaría con sus propios ojos cómo todos la mirarían con ojos lascivos y cachondos, a pesar de la defensa que hacía de ellos. Y dicho y hecho...
Lady Godiva habló antes con los representantes de los vecinos y les puso al corriente de sus planes. Llegó el día, pues, elegido, y efectivamente, totalmente desnuda montada en su caballo blanco se paseó por la ciudad. Pero, incomprensiblemente, todos sus habitantes permanecieron voluntariamente encerrados en sus casas y con las puertas y ventanas cerradas a cal y canto. Sólo un tipo, un sastre llamado Tom, tuvo la desfachatez de mirar, con ojos como platos, a la bella dama. A partir de entonces los vecinos le negaron la palabra y le dieron de lado, con lo que, amargado, tuvo que marcharse del pueblo...
Como lady Godiva ganó la apuesta, su marido, el conde de Coventry, cumplió su promesa y se comprometió seriamente a bajarles los impuestos a los siervos... En fin, por aquí los andan subiendo..
Joaquín Yerga
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