En busca de mi alma
Ver
en todas las cosas
de
un espíritu incógnito las huellas;
contemplar
sin
cesar
en
las diáfanas noches misteriosas,
la
santa desnudez de las estrellas..
¡Esperar!
¡Esperar!
¿Qué?
¡Quién sabe! Tal vez una futura
y
no soñada paz.. Sereno y fuerte,
correr
esa aventura
sublime
y portentosa de la muerte
(Amado
Nervo)
¿Les
gusta pensar? ¿Reflexionan mucho sobre asuntos trascendentales,
vitales? ¿Piensan sobre su vida, sobre el más allá, del qué
pintamos aquí? Me temo que no; tal vez seamos demasiado conformistas, temerosos.. perezosos. Si acaso las pueriles cotidianidades del
día a día absorbe nuestras horas y anhelos...y algún somero pensamiento que otro.. Ahora
les cuento...
Estarán conmigo que estamos saturados de información. Jamás los seres humanos en
toda su historia recibimos tantos datos en tan poco tiempo como lo
hacemos hoy; medios para hacerlo los hay por docenas, la mayoría
audiovisuales. Apuesto mil contra uno que cualquiera de nosotros
procesamos más información en sólo un mes que nuestros abuelos en
toda su vida. Otra cosa es la manera de tratarla puesto que ésa
información la mayoría es más falsa que un euro de madera, otras son inútiles y hasta
las hay nimias o efímeras; tan sólo una pequeña parte es
considerada útil o interesante para nuestro interés personal, sea
éste físico o mental.
Puesto
que tenemos esa bicoca de enterarnos de todo lo que pasa en el mundo
en un corto espacio de tiempo sólo nos falta tener habilidad para
discernir lo que nos interesa o lo que no, pero esa habilidad sólo
se alcanza a base de sabiduría, y la sabiduría se consigue, o bien
con la experiencia o con el raciocinio leer y de pensar. Conseguir tener
ambos es un puntazo no al alcance de todos.
No
sé porqué pero me da la nariz que pensar no es la facultad o
atribución innata más usada por la mayoría de los mortales. Pensar
mucho nos lleva a incertidumbres indeseadas que no todos están
dispuestos a soportar. Hoy en día, en plena era del bienestar y la obtención de la felicidad por encima de todas las cosas lo que menos interesa a nadie es esforzarse demasiado en reflexionar ¡Con la inquietud y desasosiego
que podríamos llegar a padecer si llegáramos a conocer cosas que no
deseamos saberlas!...
Y
hablando de pensar, se hacía una pregunta un antiguo y conocido filosofo; la
pregunta del millón podríamos catalogarla ¿Dónde reside el alma
humana? Si, porque todos alardeamos de tener un alma que nos
identifica como seres extraordinarios y nos aleja de
los animales, que, en teoría, no deberían tenerla. Pero entonces.. ¿Dónde se esconde?..
Estarán
conmigo que la mente no tiene nada que ver con al alma, o sí..
bueno, no sé.. Siempre se ha identificado el alma como algo
inmaterial, incorpóreo, abstracto, espiritual, pero que nadie sabe
donde está. Y es curioso porque llevamos siglos de adelantos
médicos, de disecciones orgánicas humanas, y nada, no aparece;
sabemos del hígado, de los riñones, del cerebro etc. pero del alma
ni mu..
El
mismo filósofo que se preguntaba donde está el alma reconocía la
complicación de ésa pregunta; más que nada porque no tenia
respuesta convincente. El rechazo de gran parte de la
humanidad pensante a la teoría de la evolución de Darwin, es precisamente por no reconocer que procedemos de un mono,
porque como estos no tienen alma, tampoco deberíamos tenerla
nosotros. Decía René Descartes, el gran filosofo francés padre de
la analítica y de la filosofía moderna, que los animales no sienten
ni anhelan, que sólo son autómatas parecidos a las maquinas o
robots. Si le pegamos a un perro se encoge y aúlla de manera
automática pero no siente dolor... aseguraba..
Se
hizo una encuesta en los Estados Unidos no hace mucho en la que el
65% de los encuestados decía creer lo que dice la Biblia en cuando a
la creación, es decir, que Dios nos puso en la tierra ya formaditos
y bien hechos, tal y como somos ahora (Adán y Eva). Se negaban en redondo a
admitir que los primates son primos hermanos nuestros. Y no crean, aquí
no había distinción en cuanto al grado de estudios de la gente,
también los universitarios pensaban así. Y es que es muy duro
pensar que sólo somos animales algo más racionales que el resto,
que lo del alma es un cuento chino y que, en realidad es nuestra mente, camuflada, que se resiste a creer que no es más que un conjunto de
neuronas y química cerebral. En fin, como para pensar mucho está la cosa...
Dicho
queda...
Joaquín
Yerga
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