John Wayne que estás en los cielos..
Mi
vida es un erial,
flor
que toco se deshoja;
que
en mi camino fatal
alguien
va sembrando el mal
para
que yo lo recoja.
(Bécquer)
Como
sabrán todos anteayer se celebró en Los Ángeles la entrega anual
de los premios Oscars a las mejores interpretaciones y mejores películas del año anterior. Reconozco mi apatía y desidia por el
cine actual; me he quedado petrificado en el clásico de otros
tiempos y de ahí no hay quien me mueva. El gran problema que tenemos
los de gustos parecidos al mio es que llegará un día que no haya
películas de las llamadas clásicas que no hayamos visto más de una
vez. Yo, por ejemplo, suelo repetir muchas veces; confieso haber
visto unas cuantas hasta cinco o seis veces: El Padrino, Casablanca,
Perdición, Centauros del desierto o Encadenados, son algunas de
ellas.. ¡Qué le vamos hacer!.. Pero, ¿sabían el por qué de los
Oscars?.. Pues vean..
En
1927 el director de la Academia de las Artes y de las Ciencias
Cinematográficas de Hollywood de entonces, un tipo llamado Louis B.
Mayer, fundador también de los Estudios Metro Goldwyn Mayer,
comiendo con unos amiguetes del gremio se le ocurrió dar unos
premios a las mejores películas del año anterior. Uno de esos
amigos diseñó, a groso modo y en la misma servilleta de la comida,
la figura de un hombre desnudo con una espada en la mano y, dicho y
hecho, se mando a un escultor a que le diera forma, y así nació el
famoso Oscar... Por cierto, ¿saben porqué el nombre de Oscar?..
Pues por una tontería; a una actriz, Margaret Herrick, a la que le
dieron ese primer premio, al verlo exclamó: ¡Anda, se parece a mi
tío Oscar!. y con Oscar se quedó. Las entregas de este año, 2019
han hecho la número noventa y dos, y para mi gusto esto ya no es lo
que era.. ¿Nostalgia?.. tal vez..
Y
hablando de cine; “el séptimo arte”, que dicen algunos, aunque
apuesto lo que sea que ya ocupa uno de los primeros puestos en ese
ranking.. Miren, pues, unas apetitosas curiosidades al aspecto...
Llévense
las manos a la cabeza, pero sepan que para hacer el traje a escala
del mono ese de King Kong (la famosa película) se necesitaron mas de
20.000 rabos de caballos argentinos..¡Madre mía!. para mí que con
tal de hacer negocio dejaron rabones a casi toda la cabaña caballar
de aquel país.. Y es que en Hollywood no se andan con chiquitas...
Uno
de los más famosos actores de todos los tiempos fue el gran John
Wayne, para mi inolvidable en sus papeles de tipo duro del oeste.
Realmente se llamaba Marion Morrison, pero en cuanto empezó en esto
le sugirieron cambiar el nombre; impacta más John Wayne. A este
gigantón lo descubrió en 1927 el director de cine Raoul Walsh,
estaba descargando muebles en una tienda y le gustó su forma de
andar...
John
Wayne hizo películas inolvidables; El hombre tranquilo, Centauros
del desierto, El hombre que mató a Liberty Valance, La diligencia,
Río Bravo etc. etc. murió de un cáncer de estomago en 1979, pero
antes, en 1966 había padecido otro de pulmón del que se libró de
milagro. Él siempre achacó ése cáncer a un lugar en el estado de
Iowa al que fueron a rodar una película; parece ser que muy cerca
había un campo de pruebas nucleares. El caso es que casi todos los
miembros que había participado en el rodaje (más de cincuenta)
tuvieron serios problemas de salud, algunos murieron pronto.
Una
cosa que no se le puede negar a Jonh Wayne, a pesar de las
apariencias, es su falta de racismo o xenofobia, se casó tres veces
y las tres mujeres elegidas eran de ascendencia mexicana. Cuando
murió, su última mujer no quiso decir el paradero de su tumba por
miedo a que fuera profanada, tal era la pasión y el delirio que
suscitaba su figura. A cambio se dijo que, para despistar a la gente,
habían hecho creer que yacía en una tumba en la que estaba impreso
por deseo de John las palabras: Feo, Fuerte y Formal... Y, por
cierto, hablando de premios, que por ahí empecé el articulo, ni
siquiera sé quien ha ganado este año.. pero lo preocupante es que
ni me importa..Lo dicho, me gustaba más en el pasado, cuando los
premios los entregaban actores y actrices reconocidos, pero ya
envejecidos, como Cary Grant, Gary Cooper, Gregory Peck, James
Stewart, Ingrid Bergman, Bette Davis o Katharine Hepburn...En fin,
debe ser que uno, al igual que estos monstruos de la escena, también
estamos envejeciendo...
Por cierto, lo el título y lo del cielo se me ha ocurrido porque, poco antes de morir, John Wayne se convirtió al catolicismo..
Dicho
queda...
Joaquín
Yerga
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