sábado, 9 de febrero de 2019

Algo donde agarrarse





Las ondas tienen vaga armonía,
las violetas suave su olor,
brumas de plata la noche fría,
luz y oro el día;
yo algo mejor;
¡yo tengo el amor!
(Bécquer)

Gilbert K.Chesterton fue un escritor y periodista inglés que vivió a caballo entre los siglos XIX y XX; murió en 1936, precisamente el año que en España comenzábamos a matarnos unos a otros a lo bestia. Hoy en día, Chesterton está considerado unos de los mejores narradores en lengua inglesa. Escribió un montón de libros, algunos muy buenos, y decenas de artículos en los mejores periódicos londinenses. En España es conocido por ser el autor de los famosos relatos de intriga y misterio “El padre Brown” versionado también en serie de televisión.
Con Chesterton pasó una cosa curiosa y justo al contrario de lo que suele suceder. Él que fue un ateo durante la mayor parte de su juventud, después abrazó el anglicanismo (versión inglesa del protestantismo) y en su madurez se hizo católico. Solía decir que ninguna religión inteligente como el cristianismo ha estado durante dos mil años corrigiendo sus errores con el resultado de que, todos los malos caminos y callejones ciegos los tiene ya claramente marcados.
Chesterton dijo una vez: “Cuando los hombres no creen en Dios, no es que no crean en nada, es que se lo creen todo”.. Nunca llegó a conocer las nuevas tecnologías ni últimas las tendencias ni las modas, ni mucho de los hábitos que nos abruman hoy en día, pero ya intuía por donde van los tiros.
El carácter místico o espiritual, si queremos llamarlo así, de los seres humanos, nos hizo inventarnos unos dioses capaces de supervisar nuestro comportamiento en la tierra. Nos hizo pensar y concebir que no todo se acaba con nuestro paso por este mundo, sino que tiene continuación en un más allá en donde residiríamos eternamente cuando estiráramos la pata... Y así, con estas certidumbres y esperanzas hemos ido soportado la absurdidad de la vida. Pero.. ¡claro! si dejamos de creer en un Dios supremo, puntal básico donde agarrar nuestra existencia vital, nos quedamos desvalidos, muy perdidos, y es entonces cuando nos aferramos a cualquier cosa persuasiva que se nos ponga delante de los ojos. Sí, porque... 
Se de algunos que se han entregado en cuerpo y alma a disciplinas orientales tales como, el yoga o el reiki, otros no miran más allá de su carta astral; los hay también seguidores del New Age, un conjunto de creencias de origen dispares, y hasta fanáticos de la cienciología, como muchos afanados actores de Hollywood.. En fin.. y hasta asideros más, digamos mundanos como el deporte, el arte o el espectáculo se agarran algunos como tabla de salvación y fe ciega para no enloquecer...
Y, siguiendo con Chesterton, se ha quedado como uno de los pocos, por no decir el único, de los grandes intelectuales modernos católicos dignos de ser citados con regularidad. Sus teorías religiosas son muy tenidas en cuenta, sobre todo en debates, tertulias o en el mundo de la teología.. 
Cuando Chesterton se convirtió al catolicismo se armó un gran revuelo en su Inglaterra mayoritariamente protestante; y es que para él, el catolicismo tenía la llave que le permitía abrir la puerta del misterio de la vida; por cierto, anduvo toda ella carente de motivación existencial, y catolicismo le proporcionó la paz espiritual que necesitaba.. Miren esta otra frase del gigantón Chesterton (media 1.94 de estatura y pesaba 135 kilos).. “La Iglesia no es la asamblea de los puros, sino el hospital de los pecadores... En fin, allá cada cual...
Dicho queda. 
Joaquin Yerga

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