Algo donde agarrarse
Las
ondas tienen vaga armonía,
las
violetas suave su olor,
brumas
de plata la noche fría,
luz
y oro el día;
yo
algo mejor;
¡yo
tengo el amor!
(Bécquer)
Gilbert
K.Chesterton fue un escritor y periodista inglés que vivió a
caballo entre los siglos XIX y XX; murió en 1936, precisamente el
año que en España comenzábamos a matarnos unos a otros a lo
bestia. Hoy en día, Chesterton está considerado unos de los mejores
narradores en lengua inglesa. Escribió un montón de libros, algunos
muy buenos, y decenas de artículos en los mejores periódicos
londinenses. En España es conocido por ser el autor de los famosos
relatos de intriga y misterio “El padre Brown” versionado también
en serie de televisión.
Con
Chesterton pasó una cosa curiosa y justo al contrario de lo que
suele suceder. Él que fue un ateo durante la mayor parte de su juventud,
después abrazó el anglicanismo (versión inglesa del
protestantismo) y en su madurez se hizo católico. Solía decir que
ninguna religión inteligente como el cristianismo ha estado durante
dos mil años corrigiendo sus errores con el resultado de que, todos
los malos caminos y callejones ciegos los tiene ya claramente
marcados.
Chesterton
dijo una vez: “Cuando los hombres no creen en Dios, no es que no
crean en nada, es que se lo creen todo”.. Nunca llegó a conocer
las nuevas tecnologías ni últimas las tendencias ni las modas, ni
mucho de los hábitos que nos abruman hoy en día, pero ya intuía
por donde van los tiros.
El
carácter místico o espiritual, si queremos llamarlo
así, de los seres humanos, nos hizo inventarnos unos dioses capaces
de supervisar nuestro comportamiento en la tierra. Nos hizo pensar y
concebir que no todo se acaba con nuestro paso por este mundo, sino
que tiene continuación en un más allá en donde
residiríamos eternamente cuando estiráramos la pata... Y así, con
estas certidumbres y esperanzas hemos ido soportado la absurdidad de
la vida. Pero.. ¡claro! si dejamos de creer en un Dios supremo,
puntal básico donde agarrar nuestra existencia vital, nos quedamos
desvalidos, muy perdidos, y es entonces cuando nos aferramos a cualquier
cosa persuasiva que se nos ponga delante de los ojos. Sí, porque...
Se de algunos
que se han entregado en cuerpo y alma a disciplinas orientales tales
como, el yoga o el reiki, otros no miran más allá de su carta
astral; los hay también seguidores del New Age, un conjunto de
creencias de origen dispares, y hasta fanáticos de la cienciología,
como muchos afanados actores de Hollywood.. En fin.. y hasta
asideros más, digamos mundanos como el deporte, el arte o el
espectáculo se agarran algunos como tabla de salvación y fe ciega para no
enloquecer...
Y, siguiendo con Chesterton, se ha quedado como uno de los pocos, por no decir el único, de los
grandes intelectuales modernos católicos dignos de ser citados con
regularidad. Sus teorías religiosas son muy tenidas en cuenta, sobre
todo en debates, tertulias o en el mundo de la teología..
Cuando Chesterton se
convirtió al catolicismo se armó un gran revuelo en su Inglaterra
mayoritariamente protestante; y es que para él, el catolicismo tenía
la llave que le permitía abrir la puerta del misterio de la vida; por cierto, anduvo toda ella carente de motivación existencial, y catolicismo
le proporcionó la paz espiritual que necesitaba.. Miren esta otra
frase del gigantón Chesterton (media 1.94 de estatura y pesaba 135
kilos).. “La Iglesia no es la asamblea de los puros, sino el
hospital de los pecadores... En fin, allá cada cual...
Dicho
queda.
Joaquin
Yerga
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