Sin complejo de culpa por un gran error..
Ver
en todas las cosas
de
un espíritu incógnito las huellas;
contemplar
sin
cesar
en
las diáfanas noches misteriosas,
la
santa desnudez de las estrellas..
¡Esperar!
¡Esperar!
¿Qué?
¡Quién sabe! Tal vez una futura
y
no soñada paz.. Sereno y fuerte,
correr
esa aventura
sublime
y portentosa de la muerte
(Amado
Nervo)
¿Cuántas
veces ha pasado en medicina o en investigación científica? Muchas,
más de las que nos parece. Resulta que, inventos, medicamentos,
nombres famosos y muchas más cosas existen gracias a errores
humanos.. Me estaba acordando de la penicilina.. Ya ven, un fármaco
tan potente, tan beneficioso para el ser humano como son los
antibióticos surgieron por culpa, o mejor dicho, gracias a un
despiste del Doctor Fleming. Sí, porque.. el 28 de septiembre de
1928 regresaba a su laboratorio después de un mes de vacaciones
cuando observó que unos cultivos bacterianos que estaba estudiando
se habían contaminado, y los tiró a una bandeja con lysol, que es
donde tiraba lo inservible. A los dos días tuvo que enseñarle a un
amigo una de esas placas que aun no habían sido lavadas y, ¡Eureka!
sorprendido comprobó que alrededor del hongo contaminante se había
creado un halo transparente, lo que indicaba destrucción celular.
Posteriormente aisló y cultivó el hongo y, ahí empezó todo; ahora
nos cura infecciones que nos amargarían la vida..
Otro
error garrafal fue producido a causa del invento de los rayos X...
Sí, así es; cuando el profesor alemán Wilhhelm Roentgen descubrió
estos rayos tan espectaculares, tan provechosos para nuestra salud y
los dio a conocer, en los Estados Unidos se promulgó una ley
prohibiendo su aplicación en los binoculares, creyendo que servirían
para ver los cuerpos desnudos de las mujeres a través de sus ropas.
Y miren hasta donde llegó la cosa; en Londres se llegó a vender
ropa interior femenina a prueba de rayos X... Y es que para la
idiotez no hay fronteras..
Este
error que les cuento a continuación es más inofensivo aunque sus
consecuencias se ha quedado entre nosotros a perpetuidad. .. El
portugués Magallanes, contratado por el gobierno español para
circunvalar la tierra, como sabemos no acabó su hazaña pues al
llegar a Filipinas unos indios se lo zamparon después de trocearlo
debidamente; la gran aventura de dar la primera vuelta al mundo la
terminó el vasco de Guetaria, Juan Sebastián Elcano.. Por cierto,
esto pasaba cuando los marinos vascos estaban orgullosos de
pertenecer a la corona de Castilla; un paisano suyo Blas de Lezo dio
su vida orgullosamente por defender a España de los ingleses en
Colombia.. Pero, no nos desviemos de la cuestión, Magallanes, al
poco de empezar su periplo viajero recaló en una playa al sur de la
actual Argentina. Allí asistieron a una danza ritual bailada por los
indígenas. Observando su gran corpulencia y los enormes pies que se
gastaban los indios, les puso a aquella tierra Patagonía, es decir,
“tierra de los de la pata grande” cuando en realidad debido al
frio los pobres indios llevaban los pies forrado de pieles, pero en
fin , Patagonia se quedó para los restos...
Y
hablando de Patagonia, para pata la que metió el embajador
norteamericano en las Naciones Unidas, un tal Warren Austin en 1948.
En plena guerra entre judíos y árabes, después de hacer un largo y
apasionado discurso intentando apaciguar los exaltados ánimos de
ambos bandos, terminó el sermón diciendo.. “Y ahora procurad
arreglar vuestras desavenencias como buenos cristianos que somos”
.. Ignoro si alguien de su círculo más cercano le advirtió del
error de llamar cristianos, precisamente a judíos y árabes, ¡según
son con estos temas! o se dio cuenta él más tarde..., pero, es
verdad que hasta el mejor escribiente hace un borrón; seguro que yo
también lo he cometido al escribir este insípido articulo...
Dicho
queda...
Joaquin
Yerga
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