En busca del alma española..
Cuando
mi hermana la invitó
y
yo salí a abrirle la puerta,
entró
el sol, entraron las estrellas,
entraron
dos trenzas de trigo
y
dos ojos interminables.
Yo
tenía catorce años
y
era orgullosamente oscuro,
delgado,
ceñido y fruncido,
funeral
y ceremonioso:
yo
vivía con las arañas
humedecido
por el bosque,
me
conocían los coleópteros
y
las abejas tricolores,
yo
dormía con las perdices
sumergido
bajo la menta.
Entonces
entró la Guillermina
con
dos relámpagos azules
que
me atravesaron el pelo
y
me clavaron como espadas
contra
los muros del invierno.
(Neruda)
Nadie podrá negar que las ciudades tienen alma, también los pueblos. Pero de una ciudad son centenares de miles los
individuos, sociedades, firmas o colectivos de toda índole los que
pueden sacar su impresión de ella. Todas y cada una de las ciudades
del mundo son peculiares, inconfundibles; y aludo no solo a su
patrimonio arquitectónico o cultural, también a su entorno, a su gente, a su
olor porque, qué duda cabe todas lo tienen, y muy
distinto unas de otras...
Yo les puedo hablar del alma Madrid. Algo sé de su ambiente, no en vano hace ya cuarenta años que pateo sus calles,
frecuento locales, paseo sus parques y sufro su caótico trafico. También sé
algo de otras ciudades que he visitado en múltiples ocasiones y
puedo asegurar que todas son singulares, todas son únicas, exclusivas, luego
cada cual puede encontrar su hábitat idóneo, que no tiene porque
coincidir, por cierto, con el de los demás ni mucho menos. Lo mio, después de comparar, es Madrid..
Me
gusta Madrid por muchos motivos: sentimentales, políticos,
históricos, artísticos, deportivos, y hasta festivos y de ocio..
Madrid no tiene playa como Barcelona, su clima no es el
marbellí ni su aire fresco y puro como el
soriano, eso es verdad. Por sus calles circulan centenares de miles de
coches y por sus aceras millones de transeúntes se agolpan; nadie lo
niega... Madrid es también, atascos, colas, prisas, boina
contaminante a veces, todo esto y más, pero es el ombligo de España,
y eso es razón suficiente para querer estar aquí...
Nadie
negará que, como decía aquel, Madrid es el rompeolas de
todas las Españas, pues por sus calles han caminado la flor y nata
de la intelectualidad del país; en sus cafés han holgado los
escritores y artistas más sobresalientes de nuestra historia;
delineando sus avenidas y bulevares señorean los edificios más
espectaculares y en sus museos las obras más cotizadas. No hay una
plaza, un parque, un palmo de calle de la capital que no tenga su
historia.. Por todo eso y mucho más, de Madrid al cielo..
Yo que soy de fuera, cuántas
veces de joven anhelé pisar la Puerta del Sol.. Comprobar “in
situ” el mismo lugar, las mismas baldosas donde multitudes
enfervorecidas proclamaban en 1931 la Segunda República.Qué
ganas de pasar por la calle del Turco donde cuatro tiros acabaron con
la vida del General Prim.. O por la esquina de la Plaza de la
Independencia donde unos anarquistas fanáticos asesinaron al que
fuera presidente del gobierno Eduardo Dato..
Habiendo
leído a Pérez Galdós me moría de ganas de pasar por la calle de
Toledo y de evocar el ambiente que vivieran los personajes de sus
libros, o en Arganzuela y La Latina o Lavapiés. De ver la casa donde
murió Cervantes, y Lope de Vega y Calderón. Mirar la placas
conmemorativas en los edificios donde vivieron o estudiaron
Espronceda, y Zorrilla, y Bécquer, y tantos otros; tomar un cortado
en el Café Gijón, (aun en pie) donde antes que yo tertuliaran
Machado, y Pio Baroja y Valle Inclán, y hasta la hermosa espía Mata
Hari, y más recientemente Fernando Fernán Gómez o Cela... En fin,
si alguna ciudad tiene historia, pasado, empaque, y sobre todo guarda
el alma española, aunque a veces sea esta negra, esa es Madrid,
nuestra capital..
Dicho
queda..
Joaquín
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