jueves, 13 de julio de 2023

No endulcéis demasiado vuestros corazones

                                                                                       


         

          No os dejéis engañar

con que la vida es poco.
Bebedla a grandes tragos
porque no os bastará
cuando hayáis de perderla.
No os dejéis consolar.
Vuestro tiempo no es mucho.
El lodo, a los podridos.
La vida es lo más grande:
perderla es perder todo.

--B. Brecht--



Dicen los nutricionistas que no nos fiemos de las bebidas y comidas ligth, que son un engañabobos y que hacen el mismo daño que las normales. Bueno, es posible, pero haced la siguiente prueba:

Para apreciar la diferencia entre, por ejemplo, una Coca-Cola Zero y una convencional, lanzad una lata de cada tipo a un recipiente lleno de agua, y veréis enseguida que la variante Light flota, mientras que la tradicional se hunde hasta el fondo.

El azúcar es el causante de esa situación; aunque ambas latas tienen el mismo contenido en agua, la de la Coca-Cola normal cuenta con 39 gramos de azúcar (ocho cucharaditas llenas) disueltos en su interior a diferencia de los 125 miligramos que tiene la Coca-Cola Light.

En fin, ya sabéis, cuando abrís una inofensiva lata de Coca Cola para tomarla a pecho o echarla en el cubata, el pelotazo de azúcar que ingerimos es descomunal. 

Y digo yo, ¿No es mejor una cervecita fresquita que apenas tiene 0,5 gramos de azúcar y encima natural, o un vasito de vino tinto con 0,8 gramos?.. Pensadlo.. 

Joaquín



 

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