¡Escríbeme
qué llevas puesto! ¿Es cálido?
¡Escríbeme
en qué duermes! ¿Es también blando?
¡Escríbeme
qué aspecto tienes! ¿Sigue siendo la misma?
¡Escríbeme
qué echas de menos! ¿Mi brazo?
¡Escríbeme
cómo te va! ¿Te aman?
¡Escríbeme
qué haces tú! ¿Aún me quieres?
¡Escríbeme
en qué piensas! ¿En mí?
¡La
verdad es que sólo tengo preguntas para ti!
Pero, qué iluso, si tú ya me habrás olvidado.
--B. Brecht--
Hay gente, no muchas todo hay que decirlo, que dormir cada noche un par de horas o tres no supone ningún problema. No, porque los tipos se sienten naturalmente frescos y listos para empezar sus actividades a las cuatro de la madrugada.
Resulta que estas personas con sueño corto (ahora lo han sabido) tienen una mutación en un gen conocido como hDEC2, que regula su ciclo de dormir y despertar. Esta mutación les permite funcionar perfectamente con menos sueño.
En la historia mundial hay supuestos dormidores breves famosos como Bill Gates, Churchill o la ex primera ministro británica Margaret Thatcher. De ésta última se sabía de sobra las pocas horas que dormía cada día, apenas tres horas y media, y la tipa, ya lo sabéis, menudo empuje tenía, nunca se la vio bostezar.
Desde luego, una persona que de forma natural duerme poco tiene ventajas competitivas, pues dispone de más horas para hacer cosas. Quizás por eso algunos triunfadores en la vida, como los famosos descritos y otros muchos, han podido llegar tan alto.
Por cierto, parece ser que, entre 2% y el 3% de la población mundial tienen ese incansable e insomne gen hDEC2. Ahora falta por descubrir quiénes lo tiene mutado, pero al revés, es decir, necesitan dormir al menos 10 horas cada día para estar en forma. Conste que yo de estos conozco algunos, y algunas..
En fin.
Joaquín
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