miércoles, 26 de julio de 2023

La séptima puerta

                                                                                     




    
        ¿Qué me dijo? ¿Lo sé acaso?

Hablamos con el alma. . .
como era la última cita,
la despedida fue larga.
Los besos y los sollozos
completaron las palabras
que de la boca salían
en frases entrecortadas.
Rézale cuando estés triste,
dijo al darme una medalla,
y no pienses que vas solo
si en tus penas te acompaña.

--Fco. A. De Icaza--



Hay una puerta en un convento que dicen que es: La puerta más estrecha del mundo. Se encuentra en el Monasterio de Alcobaça en Portugal, mide 2 metros de alto por, ¡ojo! 32 centímetros de ancho. La razón por la cual la puerta es tan angosta es para que los monjes que habitaban el monasterio no engordaran si querían traspasarla.

Y todo porque en tiempos pretéritos muchos tipos se metían frailes para llenar la tripa. Esto es un hecho contrastado. Los monasterios eran de los pocos lugares autosuficientes donde sus moradores podían comer decentemente; la mayoría de ellos disponían de huertos, campos y repletas despensas.

Pero, claro, mucho orar, mucho cantar, poco currar y mucho comer, daba como resultado que muchos frailes estaban gordos y orondos como cebones, a diferencia de la gente de la calle, que en aquellos duros tiempos andaban famélicos, los pobres ¡Imaginad qué mala imagen!.

De ahí que los abades de algunos monasterios y conventos decidieran tomar medidas estrictas para que los monjes no tuvieran más remedio que ponerse a dieta; y se les ocurrió lo de las puertas estrechas..

En fin, ¡no me digáis que no es una idea brillante!

Joaquín



    

                                                                        



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