Afuera, el invierno, de una crudeza excepcional,
sacude los árboles, el viento aúlla,
la lluvia azota las vidrieras; nubes bajas,
ventrudas, de un plomo cobrizo, pasan atormentadas
y trágicas. Y yo echando mano de mis reservas
de voluntad, hago dolorosamente el esfuerzo
previo para vivir, y con gesto resignado del
enfermo que accede a tomar la poción
nauseabunda, empiezo a tragarme el contenido
turbio del vaso de la existencia.
--Amado Nervo--
¿Se puede medir la belleza? Tal pregunta se plantean hoy los científicos del arte; lograr una respuesta se convierte en una tarea complicada.
En realidad aún no sabemos qué es la belleza, hay muchas definiciones sobre ella, tantas, casi, como personas estamos en el mundo .¿Entonces? ¿Si no sabemos qué es, cómo vamos a medirla?.
Hubo una vez un sabio griego, Pitágoras, que pretendió relacionar la estética con las matemáticas, él descubrió la relación entre la armonía musical y los valores numéricos.
Otros griegos, hace ya 2.500 años, llegaron a la conclusión de que existía una medida estética llamada proporción áurea, una relación entre los lados de un rectángulo, ideal por perfecto.
Entre los seres vivos se aplicó la norma del rectángulo, estableciendo la relación entre la altura total de una persona y la existente entre el suelo y su ombligo.
La proporción áurea puede hallarse también en la cara, las manos y otras partes del cuerpo..
En fin..
Joaquín
El hombre de Vitruvio, de Leonardo Da Vinci, en busca de la perfección humana
La proporción áurea de Angelina Jolie ¿la cara diez, perfecta?
No hay comentarios:
Publicar un comentario