Varias veces acaricié mi pistola que, automáticamente podía
disparar en mi sien seis balas blindadas. Pero me asustó,
no la aprensión vulgar de la muerte, sino el horror
de una ausencia todavía más terrible, infligida por castigo.
La voz de Ana desde el más allá me advirtió..
¡Desgraciado! ¡No hagas eso! ¡No te mates por unirte a mí!
¡Tu muerte así provocada, nos separaría sin esperanza,
y abriría entre nosotros abismos que millones de años no
bastarían a franquear! ¡Vuelve en ti! Soporta la vida, que,
por larga que sea, no dura más que la caída de un grano
de arena... Para soportar el tiempo, piensa en la eternidad,
en que podremos amarnos siempre»
Y he aquí cómo inveteradas ideas espiritualistas, que desde
mi infancia anclaron en el alma, ahondadas por tantas lecturas,
me han impedido la muerte; gracias a ellas...
¡ni puedo vivir ni puedo morir!
--Amado Nervo--
Perdonadme que insista con la historia de Fuente de Cantos, pero entiendo como necesario cierto conocimiento de nuestro pasado. Qué mejor para cualquier ciudad o pueblo que sus vecinos conozcan su historia: la de sus calles y plazas, la de sus antepasados, la de sus monumentos, así como estar al corriente de los principales acontecimientos históricos..
Hoy se me antoja mostraros una serie de anécdotas ocurridas tiempos ha, anécdotas que, apuesto os resultaran la mar de interesantes por curiosas.
Fijaos:
--A principios del siglo XX, el Hospital de la Sangre, que estaba en el mismo emplazamiento que está ahora la Plaza de Abastos, se trasladó al antiguo convento de San Diego. Se hizo una especie de inventario a tal efecto y, entre otros objetos contaban con: 38 camas de hierro valoradas en 228 pesetas. El otro gran valor digno de mención es el precio a recibir por la casa donde había ejercido el Hospital y que luego se derruyó para hacer la plaza de abastos, unas 6.000 pesetas..
---En 1913 teníamos en el pueblo una amplia gama de servicios que colmaban de manera desahogada las apetencias de ocio de la población local. Fijaos: contábamos con trece cafés, once tabernas, cinco fondas y cuatro posadas. Además de tres casinos capaces de atender a todas las capas sociales: el Círculo Moderno, el Círculo de Zurbarán y el Casino de la Amistad.
---En 1920 existían sólo nueve vehículos a motor matriculados en Fuente de Cantos (un Mercedes de Felipe Márquez -BA75-, otro Mercedes -BA76-, de Gabriel Fernández, otro Mercedes -BA77- de Valentín Márquez, un Ford -BA78- de Guillermo López, un Buick -BA80- de Alfonso Real; Jerónimo Buzo poseía un Oakland -BA148-, Juan Ramírez Messias dos Ford -BA178- y -BA203- y José Chávez un Ford- BA250-.. Haceros una idea, hoy tenemos unos 2.600 coches..
En fin, mañana más..
Joaquín
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