Cuando yo me muera, pobres hijos míos,
y vengan a casa los enterradores
a buscar mis restos rígidos y fríos
para arrebatarlos de vuestros amores;
cuando ya mis ojos no puedan miraros
y me haya invadido la eterna quietud
y el cuerpo no pueda salir a buscaros
de las ocho tablas de un negro ataúd.
Pobres hijos, cuando en el materno
regazo dulcísimo durmáis silenciosos
en las largas noches del horrible invierno
y os despierten graves ruidos misteriosos
y sienta en su triste lecho de viuda
vuestra madre el sueño segado de la hoz
del llanto, deciros sin miedo y sin duda:
--Nuestro padre llega y esa es su voz..
--Alberto V. Martín--
Perdonad mi brusquedad, pero resulta que yo podría haber estado enamorado de mi madre, y lo que es peor, hubiera querido poseerla sexualmente. Sí, si, ya sé que es escandaloso lo que digo, pero esto se deduce de las teorías de Sigmund Freud, el famoso psicólogo.
Según Freud, los tipos raros, excéntricos, acomplejados, o introvertidos como yo, somos así porque hemos tenido episodios traumáticos en nuestra infancia. Incluso va más allá y nos escandaliza cuando dice que a vosotras, las niñas, os ha pasado lo mismo con vuestros padres, es decir, hubierais deseado yacer con ellos, pero...
Como eso no era posible realizarlo, esos deseos reprimidos se fueron acumulando en nuestro subconsciente, y son ahora el motivo de que seamos tipos extraños y la causa de nuestra infidelidad..
Freud llegó a la conclusión de que a través del psicoanálisis se podía hurgar en la mente del paciente con problemas emocionales, hacerle aflorar esos refrenados deseos y así liberarle de ellos para que fuera un tipo normal. Debe ser por eso que sigo siendo un tipejo raro, jamás me han psicoanalizado.
Por cierto, a pesar de lo extraño que podéis pensar de todo esto, la teoría de Freud fue todo un éxito, y él se convirtió en uno de los hombres más populares, casi al nivel de Einstein o Darwin. Hoy, sin embargo, esa teoría está muy cuestionada..
Lo que si hizo Freud fue enfrentarnos a nuestros propios fantasmas. Quizás por ello una de sus frases favoritas fue: “Si no puedo doblegar los cielos, despertaré los infiernos”..
Joaquín
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