Casi todo lo que sabemos relacionado con el sexo es de muy reciente aprendizaje. No os extrañéis, pues, que a todos los de más de cincuenta años (sea hombre o mujer) esto de conocer los entresijos del sexo nos ha llegado un poco tarde. ¡Qué os voy a contar que no sepáis!.
Así nos ha pasado, que aprendiendo sólo a través de amigos y a las propias intuiciones, hemos llevado (el que más y el que menos) una vida sexual desastrosa. Claro, que nunca es tarde..
Es asombroso lo poco que hemos sabido de la vida íntima de la mujer. Por ejemplo del Punto G. "Qué sabe nadie", que diría Raphael.
Pues que sepáis que éste asunto sólo se ha podido tratar desde hace bien poco; antes era impensable. Lo de Punto G viene por el ginecólogo alemán Ernst Grafenberg, el mismo que inventó el DIU (dispositivo anticonceptivo intrauterino)
En 1944, Erns Grafenberg escribió un artículo en una revista americana en la que identificaba un punto erógeno en la pared de la vagina. El artículo llamó la atención y la gente empezó a llamar a ese tan buscado y apetecible lugar, Punto G (por el apellido del ginecólogo)..
Eso sí, la mayoría de nosotros seguimos incapaces de identificar de manera fiable las partes íntimas de la mujer. Apenas nada sabemos de la vulva, los labios, el clítoris...
Por supuestisimo, el aparato genital femenino es mucho más complejo que el masculino. El nuestro es muy simple, con cuatro palabras se cuenta.
Por cierto, dicen algunas que el Punto G femenino está en su cerebro. Es decir, que para que alcancen su máximo placer hay que saber qué decirles, cuanto amarlas, cómo besarlas...
Lo dicho, seguimos igual que al principio, buscando desesperadamente ese apetecible Punto
Joaquín
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