Amiga..
Tú, que sabes del
amor y con los dos hablas,
no le digas nada
de mi sufrimiento.
Sé que te
incomoda mi dolor
y le suplicarás
que vuelva
a mi lado; que
muero por ella.
Comprendo tus
ansias de ayudar;
has visto la ruina
de un hombre herido.
Pero no puedo rogarle más.
Sanaré mis
heridas en silencio,
mientras espero el milagro del olvido
--Joaquín--
Correr no es sólo la
otra forma de locomoción más rápida de andar. No, porque correr
implica mecánicamente otras circunstancias. Corriendo ejercitamos de
manera distinta: mente, músculos, tendones y huesos. Pero como no
podemos hacerlo mientras dure el confinamiento casero, tendremos que
andar; aunque sea por esta pista de atletismo improvisada y cutre que
es el pasillo central de nuestras kelis.
Sólo con andar unos
once minutillos al día los 365 días del año, (aunque sea por ése
raquítico pasillo) nos supone unos dos años más de vida. Si lo
hacemos una hora, la diferencia con otro tío que apenas se mueva es
ya casi de cinco años más. Merece la pena, ¿no? Además con una
horita de nada andando gastamos unas 180 calorías, ¡menos da una
piedra!. Bueno, que sepáis que solo con estar de pie ése tiempo ya
dilapidamos 107. En fin, cualquier cosa menos estar apoltronados en
el sofá..
En general todos
sabemos que hacer ejercicio es bueno para corazón y mente, pero,
¿saben desde cuándo conocemos esto? Pues de mitad del siglo pasado.
Se le ocurrió a un tipo listo, médico e inglés para más señas.
Se maleaba éste buen hombre de que moverse sería bueno para todo el
sistema cardiovascular, e hizo una prueba contundente. Con cierta
ayuda del gobierno, tomó datos de todos los conductores y cobradores
de aquellos típicos autobuses de dos pisos de Londres; eran
aproximadamente unos 35.000, y se puso a cavilar..
Durante dos años fue
investigando y anotando edad y estado de salud de esos funcionarios,
y llegó a una curiosa conclusión. Resultaba que los conductores
morían de infartos el doble que los cobradores, ¿y saben porqué?.
Los conductores apenas se movían, estaban muchas horas sentados. Sin
embargo los cobradores se tiraban todo el día subiendo y bajando las
escalerillas de las dos plantas del autobús, además de desplazarse
lateralmente pidiendo y marcando los tickets. ¡Eureka!, exclamaría.
Y es que caminar regularmente reduce el riesgo de ataque cardíaco y
apoplejía un 40%, nada menos..
Perdónenme que les
diga, y que aproveche el tema, pero estamos diseñados para andar y
correr. De todas las especies de primates (primos lejanos nuestros) y
hay 250 especies, sólo nosotros andamos erguidos y nos desplazamos
exclusivamente con dos piernas. Dicen los antropólogos que bajar de los arboles en África, echar a andar y hablar, lo hicimos casi de
la mano. Claro, que con el tiempo todo se fue perfeccionando, hasta
hacernos perfectos andarines.
La ambulación humana
(andar) requiere más habilidad de la que imaginamos. Al tener que
mantener el equilibrio en solo dos soportes (piernas) desafiamos
constantemente a la gravedad. Cuando andamos, y aunque no nos damos
cuenta, mantenemos un pie u otro levantado del suelo el 90% del
tiempo. Pero tenemos el cuerpo perfecto para ello porque: el cuello
se nos hizo largo y recto y se unió al cráneo en una posición más
o memos central en lugar de desplazarse hacia atrás como los simios;
tenemos unas espaldas flexibles, unas rodillas descomunales y los
fémures angulados, lo que nos hace un andar airoso y uniforme. Sería
imposible enseñar a un mono andar así, porque su diseño oseo hace
que se bambolee.
Para impulsar nuestra
marcha hacia adelante contamos con un musculo gigantesco en las
nalgas, el glúteo mayor, y el tendón de aquiles. Tenemos los pies
de forma arqueada (lo que nos dota de mayor elasticidad). Para evitar
sobrecalentamiento cuando hacemos esfuerzo, nos volvimos lampiños y
desarrollamos abundantes glándulas sudoríparas. Nuestra cara es
plana y carente de hocico y tenemos la frente alta para dar cabida a
nuestro impresionante cerebro. Pero hay más; en la parte posterior de la cabeza (en
la nuca) se aloja un modesto ligamento cuya única función es
mantener la cabeza firme cuando corremos; por supuesto todo esto no
lo tiene ningún simio..
Correr es una de las
cosas que mejor hacemos. Podemos alcanzar los 30 kilómetros por
hora, y aunque un guepardo lo hace más rápido, sin embargo dudo que
éste pueda correr más de 15 kilómetros seguidos, caería rendido.
Nosotros transpiramos para mantenernos frescos, los cuadrúpedos
pierden el calor jadeando. En fin, somos puro diseño atlético, el
único problema de andar erguidos es el dolor de espaldas y la enorme
dificultad que supuso a las mujeres dar a luz. Se le estrechó la
pelvis y los dolores para parir se hicieron insufribles. Ningún
animal en la tierra ha tenido más probabilidades de morir en el
parto que un humano.. Y es que nadie es perfecto..
Joaquín
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