Os aseguro que jamás me había preocupado del asunto. No, porque igual que todos mis congéneres machos, yo sobrellevaba el tamaño de los míos tan ricamente, sin complejos ni obsesiones.. Bueno, si acaso, y por motivos obvios, a su arrogante y solitario compañero de trío si le presté mucha más atención a lo largo de mi vida, aún se la presto. Y todo porque mi mujer aludió una vez a ellos. Sí, sin pensárselo dos veces me dijo un día.
---Joaquín, qué feos los tienes
Acaba yo de salir de la ducha y, empelotas, buscaba una toalla. Tanto me preocupó el asunto, que enseguida miré en Internet...
Los testículos, sí, que de ellos hablo, son la parte del cuerpo reproductor masculino que más veces han servido de mofa en mil chistes y peyorativas ofensas, llegué a leer.. Y todo porque, dentro del paquete sexual varonil son los patitos feos de la familia. No me atrevo a mencionar ningún desdén para con ellos porque todos sabemos de muchos. Simplemente con llamarle a uno “güevón” ya está todo dicho. Los hay infinitamente peores, y lo sabéis..
Pero hay más, buceando en las redes supe que que un padre con los testículos pequeños es un padre más comprensivo y “apañao” con sus hijos. Es decir, es mejor padre que otro que tenga los huevos gordos. Conste que esto, aunque pareciera no tener nada que ver, según la ciencia si tiene su porqué... Resulta que siendo los testículos, como son, el criadero de las llamadas hormonas masculinas (las más machotas de todas) pues a menor contenedor menos testosterona y más feminidad por tanto del padre. Lo que se traduce en más atención a sus hijos. Ya veis, una cosa lleva a la otra.
Y ya puestos miré todo lo que hubiera que mirar sobre el asunto: Resulta que los testículos o gónadas de un adulto normal miden de media unos 6 cmts. de longitud por 3 cmts. de anchura. Todo lo que sea menor que eso, en teoría, produciría menos testosterona y su dueño sería un padre más atento con su prole. Es decir, que si el propietario del paquete escrotal lo tiene de mayor tamaño, sería este un garañón de mucho cuidado, dado a la incontinencia sexual y con tendencia a la infidelidad.
Por cierto, no hay correlación entre el tamaño de los testículos y el pene. Nada tienen que ver, cada uno va por libre, sólo que el pene es el galán que atrae, el vistoso, el que da placer, el gallardo objeto del deseo de las damas. Los pobres testículos, por el contrario, tan rugosos y tan feos, nadie le presta la más mínima atención, ni siquiera sus dueños. ¡Qué pena!..
En fin, espero que ningún padre que haya leído esto vaya corriendo al espejo a medirse el tamaño de sus cataplines para saber si ha sido indulgente con sus hijos. Y sobre todo, ¡ojo a ver en que situación los mostráis!.. Entre otras razones porque a ciertas edades cuelgan más de lo debido y confunden; que me lo digan a mi..😒😒😒
Joaquín

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