viernes, 14 de junio de 2019

Nosotros, que nos creemos tanto...





Ódiame o ámame,
ambas están a mi favor.
Si me amas, siempre voy a estar
en tu corazón; si me odias,
siempre voy a estar en tu mente.
(Shakespeare)

Los que hayan estado en Pompeya lo habrán visto.. Esta hermosa ciudad rescatada de las cenizas como el Ave Fenix es el escaparate ideal para que veamos hoy en día cómo vivían los romanos hace ya 2.000 años, ¡ahí es nada!..
Sepan que mientras en el resto del mundo, exceptuando el extremo oriental del Mediterráneo, andábamos aún casi en taparrabos, los romanos hacían las mismas cosas que hacemos nosotros ahora si nos quitaran los medios electrónicos y los móviles.. Sí, no crean que exagero mucho..
En Pompeya tenemos la suerte de ver en pleno siglo XXI cómo era exactamente una ciudad romana de tamaño medio.. Recuerden que esta ciudad quedó sepultada bajo las cenizas del volcán Vesubio que pegó un zambombazo en el año 79 de nuestra era.. Muchos de sus habitantes murieron en el acto, otros pudieron huir, y la ciudad quedó en el olvido más absoluto.. Mil setecientos años después unos campesinos de la zona encontraron una serie de esculturas y objetos antiguos enterrados bajo una capa de tierra que las autoridades han ido desenterrando hasta conseguir que la ciudad emerja a la superficie casi intacta...
No pensemos, pues, que somos la leche de modernos porque pedimos la comida fuera y nos la traen (previo pago) unos jóvenes repartidores; ni de coña, con perdón, los romanos ya lo hacían antes que nosotros.. Cualquiera que se de una vuelta por Pompeya verá calles como las nuestras, con las aguas residuales encauzadas, con pasos de cebra pintados en el suelo, con tiendas de comestibles a pie de acera o establecimientos exclusivos donde servían esas comidas ya hechas.. Por si no lo sabían muchas residencias romanas carecían de cocinas, su inquilinos comían siempre fuera de casa..
Por cierto, si creen que los bares lo inventamos los españoles por lo cachondos que somos y por la enorme cantidad de ellos que tenemos en cada esquina están muy equivocados; hace 2.000 años los romanos ya alternaban en los suyos, solo que bebían vino y no cerveza a la que consideraban bebida bárbara, y en vez de llamarlos bares, garitos o tascas los llamaban thermopolias; por lo demás igual, es decir, con sus borrachos, sus camareros y sus pelmas que no se iban de allí ni a tiros..
Otra de las cosas en las que los romanos nos tomaron la delantera, y aunque no se lo crean eran, por ejemplo la depilación corporal, lo mismo en mujeres que en hombres, aun no habían inventado el rayo láser pero quedaban igual de rasurados que nosotros.. Y conste que esto de descansar los domingos se lo sacó de la manga el emperador Constantino en el año 321.. Lo hizo para dedicar un día a la semana a honrar al Sol; desde entonces nos tocamos las pelotas los domingos..
Algunos creerán, también, que esto del reciclaje es cosa de ecologistas intransigentes modernos, pues nada de eso; si yo les dijera que en Pompeya regalaban una especia de caja de cerillas a todo aquel que entregara una bolsa de vidrios rotos no se lo iban a creer; pues creáselo que es verdad..
En fin, los romanos eran ya la repera hace dos mil años.. Hacían propaganda electoral para elegir alcaldes, tenían saunas donde tertuliaban, bañaban y perfumaban.. Su leyes civiles y de derecho procesal aún las usamos nosotros, sus calzadas por donde transitaban carretas atestadas de mercancías trazaban una maraña de vías que ocupaban todo el territorio de norte a sur y de este a oeste y, no digamos la comodidad de sus ciudades, con sus abastecimientos de agua traídas de sitios lejanos a través de canales o acueductos.. Lo dicho un romano de entonces tenia acceso a una serie de comodidades y adelantos como cualquiera de nosotros ahora, sólo les faltaban los wassaps, que lo sustituían, por cierto, por largas y apacibles charlas en los suntuosos salones de sus haciendas o en las cálidas termas públicas.. Si no se lo creen ahí tienen a Pompeya para verlo, y saldrán de dudas...
Dicho queda...
Joaquin Yerga

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