martes, 26 de marzo de 2019

La truculenta historia de mi calle..







Yo no volveré. Y la noche
tibia, serena y callada
dormirá el mundo, a los rayos
de su luna soltaría.
Mi cuerpo no estará allí,
y por la abierta ventana,
entrará una brisa fresca,
preguntando por mi alma.
No sé si habrá quien me aguarde
de mi doble ausencia larga,
o quien bese mi recuerdo,
entre caricias y lágrimas.
Pero habrá estrellas y flores,
y suspiros y esperanzas,
y el amor en las avenidas,
a la sombra de las ramas.
Y sonará ese piano,
como en esta noche plácida,
y no tendrá quien lo escuche,
pensativo, en mi ventana..
(Juan Ramón Jiménez)


No es de extrañar que Madrid, nuestra capital, debido a su larga historia (no en vano ha sido metrópoli durante más de 400 años de un imperio tan extenso que no se ponía el sol) tuviese una cuajada colección de anécdotas y leyendas entre sus calles, edificios o palacios...
Son muchos los libros dedicados a las historia de la capital. No hay más que acercarse a algún stand de librería y comprobará sorprendido la enorme cantidad de planos, libros, libretos o manuales consagrados exclusivamente a misterios o leyendas capitalinas; y es que no hay calle, callejuela, plazoleta, travesía o callejón que no tenga alguna suculenta anécdota de tiempos pretéritos... Tengan en cuenta que por estos lares han paseado, vivido y “estirado la pata”, desde reyes, condes, marqueses, escritores, pintores, políticos de toda ralea, militares, bandidos, ladrones, curas trabucaires, putas, frailes golferas, etc.etc. es decir, lo más granado de nuestra historia e infrahistoria patria...
Calles de Madrid con nombres curiosos que hacen las delicias de cualquiera que pretenda conocer sus orígenes las hay a docenas, algunas para mear y no echar gota, con perdón... Miren algunas..
Hay una calle no muy extensa en el barrio de Chueca que tiene el llamativo nombre de Válgame Dios, su historia es singular. En esa calle hubo un convento de frailes; hace siglos, en una noche infernal de viento y lluvia, estando ya retirados en sus celdas los frailes, llamaron a la puerta unos desconocidos pidiendo que alguno de ellos les acompañara a dar la extremaunción a una dama que estaba en agonía. El prior designó al fraile más robusto de la congregación (por si acaso), que a regañadientes fue con ellos.. cuando iban a mitad del camino los desconocidos (dos hombres) lo amordazaron y le taparon los ojos para que no supiera del lugar a dónde iban... al poco oyó llorar a un niño y lamentarse amargamente a una mujer, a los que los desconocidos pretendían asesinar después de recibir el sacramento. El fraile (muy corpulento) pudo zafarse de las mordazas y peleó con ellos dándole a uno un trabucazo dejándolo muerto y al otro malherido.. Liberó a la mujer. y de vuelta al convento pudo explicar lo sucedido. Parece ser que tres tipos, parientes de la chica, quisieron matar a ambos por considerar que el niño había sido fruto de aventuras extra-matrimoniales... Como la pobre mujer no hacia más que vociferar ¡Válgame Dios!, pues con esa expresión se quedó la calle..
Lo de la calle Del Soldado la cosa fue peor aun. Un soldado se enamoró de Almudena, una chica de 15 años, de buena posición y con unos ojos azules como el mar, que vivía en esa calle. La familia no aceptaba esas relaciones y dispusieron meter a la chica en un convento... Él insistió e insistió, pero nada... Apunto ya la chica de hacerse monja, se citó un día con ella para despedirse, pero en vez de darle amoroso beso le dio tres navajazos y la descuartizó... Al día siguiente se presentó en el convento con un saco, llama al timbre y le dice a la monja que le recibió.. “Toma hermana, aquí le traigo un regalo de Almudena para el convento”..
¡Y qué me dicen de ésta!.. la llamada casa de “Tócame Roque” estaba situada en la calle Del Barquillo esquina con la de Belén, también en el barrio de Chueca. Era un edificio con unos 70 pisos en donde una multitud de variopintas familias pobres y castizas moraban en chusca vecindad, todos de alquiler.. Allí las escenas matritenses eran de aupá; había manolas, chulapos, castizos, chicas de servir, serenos etc. en fin, lo típico de aquel Madrid más autentico; y también , peleas, riñas, escándalos.. Lo del “Tócame Roque”, era porque este edificio lo habían heredado dos hermanos asturianos, Roque y Juan, que a raíz de la herencia se llevaban a matar.. El testamento de sus padres no quedó claro y ambos se disputaban el edifico con saña... Cuando se veían por la calle se decían...tócame a mi Juan.. no tócame a mi Roque...
Pero no hay tiempo para más, les aseguro que son miles y miles las anécdotas dignas de contar las que han generado las calles y plazas de Madrid.. Vean algunos nombres más: calle del: Desengaño, Melancólicos, de la Pasa, Rompelanzas, del Panecillo, de la Lechuga, de la Ballesta, Sombrerete, Tribulete, del Piojo, Salsipuedes, La alegría de la huerta, Historias de la Radio, etcétera. Tengan en cuenta que, además de su fecunda historia, en Madrid ciudad hay la friolera de, casi, 10.000 calles, la más larga la de Alcalá (con 10,5 kilómetros y más de 550 portales), cientos de plazas, y más de 500 iglesias... En fin..
Dicho queda...
Joaquín Yerga

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