Con la Biblia en la mano...
Hoy
la tierra y los cielos me sonríen,
hoy
llega al fondo de mi alma el Sol,
hoy
la he visto... La he visto y me ha mirado...
¡Hoy
creo en Dios!..
(Bécquer)
Todavía
hoy millones de personas tienen una Biblia en su casa; yo tengo la
mía. Es más, rompo la norma y las estadísticas, tengo dos. Lo que
pasa es que no me atrevo a segurar que sean iguales las dos.
Curiosamente una la compré en su día como Biblia católica, y
recuerdo que la otra me la regaló un buen amigo hace muchos años.
El problema es que éste amigo, al que hace décadas que no veo ni sé
de él, era Testigo de Jehová y jamás me atreví a ojearla siquiera pensando que estaría trucada, tal es el temor, las más de
las veces infundado, que provocan esta gente cuando apenas sabemos
nada de sus prácticas. No obstante he de decir a favor de mi antiguo
y generoso amigo que jamás intentó influir en mis ideas religiosas,
y eso que estuvimos más de tres años trabajando juntos codo con
codo..
Pero
hablando de Biblias y versiones de ellas, hace años que noto una
gran proliferación de pequeñas congregaciones eclesiásticas en
España, sobre todo en las grandes ciudades y todas con trasfondo
evangelista. Esta gente suelen ser tan activos como persuasivos y se
lanzan básicamente a la caza de inmigrantes latinoamericanos; piezas fáciles; tal
vez por el desamparo que suele acompañar al que está fuera de su
tierra y ambiente...
Sus
reuniones y sesiones religiosas, desarrolladas las más de las veces
en naves acondicionadas a tal efecto en polígonos industriales un
par de veces a la semana, son tremendamente contundentes. Los
vehementes sermones de sus líderes acompañados de cánticos y
gestos grandilocuentes consiguen atraer a los iniciados, muchos de
los cuales entran en una especie de éxtasis y delirio al escuchar al
ministro y pastor, terminando la asamblea reconfortados y fuertemente
hermanados con sus colegas de función... Imagino que después pasan
la gorra para cubrir gastos..
Ya
puede despabilar la iglesia católica puesto que está perdiendo
fieles a marchas forzadas. La sangría de seguidores tiene dos
culpables, creo. Uno es el lógico abandono del oficio religioso por
parte de gente quizás más evolucionada que, a medida que avanza en
conocimientos y sabiduría desestima sus ideas religiosas por ser
sólo cuestión de fe, sin prueba alguna. El otro derrame proviene de
los mismos jerifaltes y mandos (curas, prelados, obispos, etc.)
eclesiásticos que, abúlicos y desganados se limitan a seguir la
matraca semanal sin ánimo de buscar nuevos incentivos que ilusionen
a los jóvenes; según vamos desapareciendo la gente mayor, temerosa y
educada en el catolicismo más contumaz, las iglesias y las misas se
van quedando desiertas.. El espacio vacío dejado por estos lo están
ocupando éstas nuevas comunidades religiosas venidas de América..
Es
evidente que con los nuevos tiempos y las actuales circunstancias la
cuestión ha cambiado mucho en el terreno religioso. Ya no tenemos el
monopolio católico que nos caracterizaba hasta hace poco, ahora
nuevas y agresivas comunidades irrumpen en el antiguo feudo católico
y hay que ponerse las pilas.
Según se percibe, aquí en España en los próximos años
habrá una lucha feroz por llevarse el gato al agua en esto de la fe. Los más agresivos, que actúen igual que multinacionales en el
mercado, echando mano de todo tipo de marketing y merchandising
persuasivos, serán los beneficiarios.. Un ejemplo de esto lo tengo
justo aquí, al lado de mi casa.. Una congregación de Mormones
(Iglesia de los Santos de los últimos Días) promete inglés gratis a
los que se acerquen a saber de ellos; además los encargados de
convencer a los futuros fieles son chicos y chicas jovencísimos y
con una presencia física que ni os cuento.. ¡Así cualquiera se
deja convencer, claro!..
Los
evangelistas aglutinan ideas de los metodistas, luteranos,
congregacionistas o prebiterianos, pero no sólo estos van a más y
acabarán invadiéndonos, también los mismos Testigos de Jehová,
los mencionados Mormones, la cienciología o el mismo islam.. son
muchos... En fin..Ustedes dirán..
Dicho
queda...
Joaquín
Yerga
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