sábado, 5 de noviembre de 2022

¡Ojo!, que nos la clavan..

                                                                                      



En invernales horas, mirad a Carolina.
Medio apelotonada, descansa en el sillón,
envuelta con su abrigo de marta cibelina
y no lejos del fuego que brilla en el salón.

Con sus sutiles filtros la invade un dulce sueño:
entro, sin hacer ruido: dejo mi abrigo gris;
voy a besar su rostro, rosado y halagüeño.

Como una rosa roja que fuera flor de lis.
Abre los ojos; mírame con su mirar risueño,
y en tanto cae la nieve del cielo de París.

--Rubén Darío--



¿Sabéis que analizando todos los «Likes» que dejamos en las redes sociales, los dueños de determinados programas informáticos nos pueden conocer mejor que nuestra propia pareja?

Pues sí, sin darnos cuenta vamos ofreciendo nuestros datos personales de manera gratuita. Fijaos, cuando compramos un jersey, un libro o unas entradas al teatro, vamos dejando un rastro imborrable. Y se trata de datos que pueden alterar tanto el propio curso de nuestras vidas, como de la común como nación y la propia democracia.

De la misma manera que nos llega legalmente publicidad «personalizada», nos pueden llegar mensajes subliminares o imágenes que determinen nuestro voto. 

En fin. ¡Ojo, al tanto!, pues..

Joaquín





1 comentario:

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