Si pudiera
volver a vivir
comenzaría a andar
descalzo a principios
de la
primavera
y seguiría descalzo hasta
concluir el otoño.
Daría más
vueltas en calesita,
contemplaría
más amaneceres,
y jugaría con más
niños,
si tuviera otra vez vida por
delante.
Pero ya ven, tengo 85
años...
y sé que me estoy muriendo.
--Borges--
En 1492, ese mítico año, muchos forasteros llegaban a Fuente de Cantos a ocupar las nuevas tierras que se estaban roturando en los alrededores del contorno urbano. No tenían casas donde cobijarse, así que, imagino que el pueblo se rodearía de chabolas de mala muerte, chamizos hechos de adobe, paja y barro. En ése año de 1.492 había unas 950 casas censadas, entre las que estaban ya, más sólidas, y las de medio pelo que acabamos de nombrar..
Pero, fijaos, en el siglo XV, del que hablamos, aún era el final de la Edad Media y los Reyes Católicos se preparaban para conquistar Granada y expulsar definitivamente a los moros de la península, y claro, necesitaban soldados con caballos, armas y armaduras, ¿Sabéis cuántos había en Fuente de Cantos dispuestos a dar su vida por los Reyes y por Castilla? Pues exactamente ochenta y cuatro..
Si, ochenta y cuatro ricos caballeros hidalgos que no pagaban impuestos, con caballo, armas, bagajes y criados, andaban prestos a que Isabel la Católica les llamaran para echarles una mano a expulsar a los moros; el resto de la población a trabajar y a pagar impuestos, no más..
Joaquín
Paseo de Extremadura, esquina Hermosa
calle Hermosa
calle Laurel
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