martes, 1 de febrero de 2022

El más humillante achaque masculino

                                                                                   


Corría el año 1994 y en un laboratorio de Swansea, en el Reino Unido, un grupo de científicos británicos de la empresa Pfizer investigaban en un ensayo clínico métodos para combatir la angina de pecho.  

El principio activo que manipulaban era el sildenafil, un comprobado y eficaz medicamento cardiovascular. Estaban suministrando pequeñas dosis a un grupo de varones voluntarios ya mayores. Pero se extrañaban porque acabada la prueba ninguno quería devolver el resto del medicamento sobrante. ¿Sabéis por qué? No os lo vais a creer, y es que uno de los efectos secundarios del sildenafil era que les hacían tener erecciones más fuertes y duraderas. ¡Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita!, pensarían los voluntarios.

Ante la extrañeza, a  Chris Wayman, uno de los científicos más reputados de la empresa, los jefes de la Pfizer le encargaron investigar y ver qué demonios pasaba con el tema, que todos los voluntarios estaban encantados con el medicamento en cuestión, he hizo más ensayos..

Wayman se olvidó de la angina de pecho y se centró en pacientes con distintas patologías relacionadas con la disfunción eréctil. El asunto le salió de perlas, a todos los voluntarios se les enderezaba a aquello de una manera descomunal; ¡¡había descubierto el mayor remedio para este humillante achaque masculino!!. 

Ni que decir tiene que los directivos de la empresa se volvieron locos de alegría. Algunos (los mayores) se llevaron cajas enteras del medicamento a sus casas para uso propio.. Enseguida buscaron un nombre para ese milagro. A uno se le ocurrió lo de Viagra. 

Como sabéis, la Viagra es un vasodilatador que relaja los músculos del pene y hace que los vasos sanguíneos se dilaten y fluya más sangre por sus paredes. 

¡Y qué decirles de la alegría de muchos varones mayores que pensaban finiquitada ya su actividad sexual!. Por no hablar de sus respectivas esposas; resignadas estaban ya las pobres al lengueteo..

En fin. A mi no me miréis; yo no la uso, lo sé por oídas😅😅😅

Joaquín






                                                                    


                                                                  


1 comentario:

  1. Pues si ,,eso tenía ,yo oído ,,que por sanar ,una cosa ,nos dieron ,otra alegría ,,

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