sábado, 13 de noviembre de 2021

La carta de amor de Julia que le hizo llorar amargamente

                                                                                



Corazón, corazón martirizado

por todos los dolores...

Un jardín otoñal abandonado, 

sin aves y sin flores.

Las largas avenidas de las citas,

hoy mudas y desiertas,

recuerdan, con su olor a hojas marchitas,

un cementerio de esperanzas muertas.

--F. Villaespesa--



"Querido Guibert;

Me siento triste, la vida me duele. Sólo temo vivir. Me siento tan fuerte y al mismo tiempo tan débil que desde el fondo de mi corazón te pido que me acabes de hundir o que vengas a socorrerme.

Sólo hay una desgracia que creo no soportable; ofenderte y perderte. Mi pena es que tú no necesitas ser amado como yo sé amar.. 

Tu querida, Julia"



Julia de Lespinasse había nacido para amar; la de arriba es una más de las muchas cartas que envió a su amado Guibert..

Guibert también la ama, sin duda, pero tiene otras cosas en qué pensar: su profesión, sus viajes, su vida, todo eso hace que Julia, que sólo piensa en él, le diga en ésta otra carta:

"La juventud es tan magnánima que da hasta la prodigalidad, pero tú te muestras avaro en el amor, como si fueras viejo o rico".

Julia era unos años mayor que Guibert y su tuberculosis empezaba a asomar la patita cuando lo conoció. Es el suyo un amor profundo, inexplicable, más allá de la razón y de los sentidos.

Lo vio por primera vez en su salón de tertulia de París. 

Ella había tenido una infancia y juventud desgraciada. Su padre la abandonó, y su madre murió muy joven. Después de perder a un gran amor temprano, consolaba sus penas con su amigo del alma, el célebre escritor, D'Alembert, que la cuidó con esmero cuando cayó enferma. 

Luego ella lo cuidó a él, cuando el enfermo fue su amigo..

D'Alembert la ama con locura, en secreto, pero sólo en secreto, porque es consciente que el corazón de Julia sólo palpita por el joven Guibert..

"Tú eres joven, has conocido el amor, has sufrido y de ello se deduce que eres sensible. Pero no es cierto, eres fuerte, ardoroso, apasionado, serías capaz de hacer todo lo que sea grande y fuerte, pero solo harás cosas impulsivas, acciones, casos asilados"---Así le dice Julia a Guibert en otra carta.

Pero la salud de Julia se resiente, a veces se siente desfallecer.. Un día le hace llegar esta misiva:

"He sido siempre tan desgraciada que hay algo que me dice que moriré en el momento que acabe mi dolor. Desde que te amo me parece que no vivo. Todo lo que me afectaba, y hasta hoy era mi desgracia se ha desvanecido y, a pesar de ello, la gente razonable cree que no tengo otras penas que aquella que ya no siento. Para ellos las pasiones son dolores ficticios ¡Dios mío! ¿Es que no aman nada? ¿viven sólo de vanidad y de ambición?.. ¡Y yo no vivo más que para amar!".

La vida de Julia está llegando a su fin.. Sólo a su amigo D'Alembert permite estar a su lado.. 

Una última carta escribe al joven Guibert antes de morir:

"Adiós, amor.. Si hubiese que retornar a la vida quisiera todavía que me sirviera para amarte, pero ya no hay tiempo para ello".

Postrada en su lecho de muerte no quiso que su amado Guibert la viera en ese penoso estado final.. 

Él le esperó dos días en su antecámara sin poder entrar en su habitación, los dos días que duró su agonía

Por cierto, las cartas de amor de Julia, tal vez sean las más bellas jamás escritas, y no sólo lo digo yo.

Joaquín








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