Decir adiós.. La vida es eso.
Y yo te digo adiós y sigo...
Volver a amar es el castigo
de los que amaron con exceso.
Amar y amar toda la vida,
y arder en esa llama.
Y no saber por qué se ama...
Y no saber por qué se olvida.
Coger las rosas una a una,
beber un vino y otro vino
y andar y andar por un camino
que no conduce a parte alguna.
--José A. Buesa--
En 1833 (año de la muerte de Fernando VII) nos hicieron a Fuente de Cantos, cabeza de partido judicial. Éramos ya muy importantes.
Aún así, sólo 18 grandes calles aparecen en el trazado urbano de aquel entonces.. Llerena, Mesones, Hermosa, Usagre, Carrera, Calzadilla, Almena, Caño, Barrigas, Olmo, Esperanza, Sangre, Plaza, San Julián, Coso, Martínez, Misericordia y Frailes..
Con el tiempo aquellas calles se fueron desdoblando, triplicado alguna de ellas, y cambiado de nombres.. por ejemplo..
La calle Hermosa, que era la más larga y poblada (vivían en ella unos 430 vecinos) se segregó en: Hermosa, Nicolás Megía, Plaza de Sta. Teresa, y Plaza del Carmen..
La calle Sangre (400 vecinos) se quedó en: calle de la Sangre y Valencia..
La calle Carrera (con 250 vecinos) que quedó dividida en: en Laurel, Espíritu Santo, Carrera y Gravina. Aún muchos llaman calle Carrera a la de Gravina..
En fin, y así el resto de calles..
¿Sabíais a qué se dedicaban los 4.560 vecinos, antepasados nuestros, por aquellos años? Fijaos..
Teníamos 320 labradores, (los que más), 108 ganaderos, 310 jornaleros, 14 hortelanos, 2 pintores, 2 plateros, 7 carpinteros, 14 molineros, 3 abogados, 2 escribanos, 5 maestros, 2 boticarios, 8 mesoneros, 27 zapateros (todo un gremio) 2 cirujanos, etcétera, etcétera, y 68 traficantes, que supongo serían tenderos y comerciantes.
Y eso sí, no pueden faltar los 22 clérigos (curas y presbíteros) sin contar a los frailes y monjas de los conventos.
Uno de los oficios muy demandados entonces (teníamos 8 en el pueblo) era el de sangrador, a mitad de camino entre cirujano y curandero. Realizaban estos el ingrato trabajo de sangrar a enfermos, con o sin sanguijuelas. Acordaros que entonces se creía que muchas enfermedades sanaban haciendo correr la sangre al paciente..
Por cierto, ése mismo año del que hablamos murieron en el pueblo 188 personas (61 adultos y 127 niños (42 en julio)).
Ya no enterraban en las iglesias por lo tanto recibirían sepultura en el cementerio de San Juan, alrededor de la ermita. El de San Fernando aún tardaría cincuenta años en hacerse.
Y, pasmaos, 54 años era la esperanza de vida de un fuentecanteño.. En fin..
Joaquín
calle Fernando Poocalle Gravina
calle Pilar (Caño)
trasera de la ermita de San Juan
calle San Isidro esquina Guadalcanal
calle Valencia
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