Amiga..
Lo que son las
cosas.
Tú que en
aquellos días,
andabas como loca
por mis besos,
vas ahora por la
vida
diciendo a los
amigos
que me dejaste.
Y yo que obviaba
tu insistente
coquetería para
enamorarme,
me veo ahora
sufriendo lo
indecible
porque vuelvas a
mi lado.
--Joaquín--
No somos conscientes
de todo lo que le debemos a la gente que ha inventado, estudiado,
investigado o se ha preocupado por mejorar nuestra salud hasta que no
nos encontramos en una tesitura complicada. Entonces sí somos capaces de
cualquier cosa sólo por salvar el pellejo. Y no lo digo sólo por lo
del coronavirus, que también. Como locos estamos porque alguien
invente algo que nos haga tranquilizar, aunque luego, cuando
mejoremos, lo olvidemos rápidamente y volvamos a beber los vientos
por Messi o Ronaldo, por decir algo frívolo..
Yo reconozco no haber
estado nunca en grave peligro a causa de mi salud. Bueno, ni tan
siquiera a medio peligro. Tal vez lo más cercano a rozar un moderado
susto fue una pequeña operación de corazón a través de un catéter
introducido por mis venas. Andaba el corazón desbocado y hubo que
meterlo en vereda. No quiero ni imaginar que no hubiera existido un
tal Werner Forssman, el médico alemán que fue el primero en
ocurrírsele enmendar taquicardias a través de las venas y sin abrir
el pecho.
En 1929, Forssman,
sin tener la más remota idea de cómo podrían ser las
consecuencias, se introdujo el solito un catéter por una arteria en
el brazo y la fue empujando con precaución primero hacia el hombro y
luego hacia el interior del pecho hasta que llegó al corazón. Se
alegró de descubrir que este no se detenía cuando lo invadía un
objeto extraño. Tuvo el tío la sangre fría de caminar con el cable
metido en las venas hasta la sala de rayos X que estaba en otro
pabellón del hospital y hacerse una radiografía en la que se veía
perfectamente la punta del cable en el corazón. Éste fue el primero, y abríó camino, luego vinieron otros. La cantidad de vidas que han
salvado, mejorado y aliviado no tiene nombre..
Y qué me dicen de
John H. Gibbon, un tipo de la universidad de Pensilvania. En
1930 se metió un termómetro por el culo y tragó una sonda
gástrica; luego vertió agua helada por ella con el propósito
de determinar su efecto en la temperatura interior del cuerpo. Su
idea era inventar una máquina cardiopulmonar (baipás) que
pudiera oxigenar la sangre para poder operar a corazón abierto.
Después de infinidad de tragos de agua helada y con el culo para el
arrastre, presentó al mundo su primera máquina. Hoy se ha
perfeccionado un montón, pero él fue el primero..
Desde siempre el gran sueño de la
medicina fue poder realizar un trasplante de corazón. Pero
en la mayoría de países no se podía
declarar a una persona oficialmente muerta mientras palpitara su
corazón; por lo tanto se podía considerar incluso asesinato
si alguien osaba tocarlo antes de que parara. Por supuesto hacía
inviable el trasplante. Esto era así en casi todos los sitios
excepto en Sudáfrica.
Y fue allí
precisamente donde el doctor Christiaan Barnard, un cirujano
que trabajaba en Ciudad del Cabo realizó en 1967 el famoso primer
trasplante de corazón del mundo. Extrajo el corazón de una
joven mortalmente herida en un accidente de trafico y se lo puso a un
hombre de cincuenta y cuatro años. Sólo duro el pobre dieciocho
días, pero fue el inicio.
En el segundo trasplante que realizó el doctor Barnard ya aguantó el enfermo veinte meses. Por cierto, a raíz de estas proezas se hizo tan famoso que se le subió el éxito a la cabeza y se despendoló. Anduvo en amores con Sofia Loren o Gina Lollobrígida, anunció cremas para rejuvenecer de dudosa verosimilitud y curiosamente murió de un infarto en Chipre, mientras se lo pasaba en grande..
En el segundo trasplante que realizó el doctor Barnard ya aguantó el enfermo veinte meses. Por cierto, a raíz de estas proezas se hizo tan famoso que se le subió el éxito a la cabeza y se despendoló. Anduvo en amores con Sofia Loren o Gina Lollobrígida, anunció cremas para rejuvenecer de dudosa verosimilitud y curiosamente murió de un infarto en Chipre, mientras se lo pasaba en grande..
El descubrimiento
definitivo para el éxito de los trasplantes se debió a un empleado
de los laboratorios suizos Sandoz, H. P. Frey. Buscando un nuevo y potente antibiótico dio con uno que era muy flojo, sin
embargo si era un excelente supresor. Acaba de descubrir la ciclosporina el remedio
ideal para todos los trasplantes. Hacía que el cuerpo no rechazara
los órganos intrusos trasplantados. Gracias a esto y otras
innovaciones hoy en día se realizan en el mundo unos 5.000
trasplantes de corazón con un tiempo medio de supervivencia de
quince años. El paciente trasplantado del corazón que más tiempo
ha vivido fue el británico John McCafferty, murió en 2016 después
de treinta y tres años con un corazón que no era el suyo. Y
nosotros subiendo a los altares a Messi.. En fin..
Joaquin
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