Y el agua, que solloza desolada,
al salpicar el mármol de la fuente,
es un alma celosa, condenada
a llorar su traición eternamente.
Blancas manos de ensueño que cuidasteis
del jardín de mis últimos amores,
¿Por qué, por qué dejasteis
secar las ramas y morir las flores?
--F. Villaespesa--
Durante un concierto de ópera, Amadeo quedó prendado de la cantante. Al acabar la función le hizo proposiciones deshonestas.. Ella se negó indignada. Él le ofreció un cheque de 3.000 francos.. Ella seguía indignada.. Él añadió otro cero más a la cifra.. Ella se dispuso a cobrar el cheque, previo paso por la alcoba, claro..
Y es curioso, ¿sabéis con quien tuvo su más sonoro romance Amadeo? Pues nada menos que con Adela, la hija de Mariano José de Larra, el escritor romántico por excelencia.. Ella era diez años mayor que él, la llamaban “La dama de las patillas”, por dos espesos mechones de pelo que le colgaban en las mejillas. Por cierto, era una mujer de armas tomar. Sí, mirad:
Adela se enteró de un encuentro sexual de Amadeo con la esposa del embajador inglés, y le amenazó con hacer pública sus cartas. Al final todo acabó con la pistola de Amadeo en la sien izquierda de la dama, una cantidad importante de dinero y el alejamiento de ella de la corte, porque, no os lo he dicho, pero es que Amadeo era Amadeo de Saboya, ese efímero rey de origen italiano que tuvimos una vez en España a finales del siglo XIX, ¡¡Y estaba casado!!..
Pero este Amadeo la cagó al final de su vida. Sí, resultó que era un guarrete. No sólo mujeres bellas y distinguidas coparon su currículum sexual, una vez le acusaron de un encuentro carnal en un parque de Turín (Italia) con un chiquillo de no muchos años.. Fue un escándalo mayúsculo que empañó su impecable trabajo diplomático..
Murió en esa ciudad italiana a los 44 años de una pulmonía.. Y conste que no era Borbón, que luego decimos de nuestro Juanca..😆😆😆
Joaquín
Amadeo de Saboya, rey de España entre 1871 y 1873
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