Morir,
dormir, no despertar más nunca,
poder
decir todo acabó; en un sueño,
sepultar
para siempre los dolores
del
corazón, los mil y mil quebrantos
que
heredó nuestra carne, ¡quién no ansiara
concluir
así!
Pero
hay espanto
¡allá
del otro lado de la tumba!
La
muerte, aquel país que todavía
está
por descubrirse,
país
de cuya lóbrega frontera
ningún
viajero regresó, perturba
la
voluntad, y a todo nos decide
a
soportar los males que sabemos
más
bien que ir a buscar los que ignoramos.
Así,
¡o conciencia!, de nosotros todos
haces
unos cobardes, y la ardiente
resolución
original decae
al
pálido mirar del pensamiento
--Shakespeare--
El
último visitante de la tarde traspasó aún lloroso la puerta del
cementerio y salió al exterior. Cerradas ya las enormes verjas apenas unos pocos yerbajos, acaso desprendidos de los cientos de
ramos de flores ofrendadas ayer, revolotean por los solitarios paseos del
cementerio movidos por el viento.., los pájaros posan ya en las
ramas de los cipreses dispuestos afrontar la cercana oscuridad de la noche,
¿Y los muertos? ¡Ay!, de los muertos se han vuelto a olvidar..
Con la muerte, eterna presente en los cementerios ya vacíos, todavía es tiempo de hablar de ella; aun perduran las flores frescas
en las repisas de los nichos y brillan, del lustre de ayer, las frías
losas de mármol de las sepulturas. Relucen los epitafios
esculpidos por diestro cincel en las lápidas pero, ¡tendrán que
esperar! Sí, tendrán que aguardar al próximo año para ser
releídos; la multitud, satisfecha y complacida de sus ofrendas, ha vuelto ya al mundo de
los vivos y no regresará hasta el año que viene..
A
propósito de epitafios, no se si saben que hasta principios del
siglo XX eran muy habituales en las tumbas, y no sólo entre las de
gente pudiente, también en muchas de los humildes.. Modelar un
ingenioso epitafio en el frontispicio de la lápida suponía
indicarles a los demás la manera de ser y pensar del muerto resumida
en dos palabras impactantes.. Una simple y corta frase reflejaba
absolutamente la personalidad del allí enterrado, o sus deseos y
anhelos más buscados..
--Lo
mejor está por llegar-- Este epitafio reza en la tumba del gran
Frank Sinatra.. Quiso él que fuera el titulo de una de sus mejores
canciones el que presidiera la puerta de mármol su última morada..
Hay que reconocer y quitarse el sombrero ante algunos, que son tan
inteligentes, que saben reírse de si mismos, incluso en el trance
final de su vida..
--Jack
Lemon en...-- Así, como si de la presentación de una película
se tratara, prefirió saludar a los que se acercaban a su tumba en un
cementerio de Los Ángeles, este buen actor de Hollywood.. Como saben
Jack Lemon interpretó un montón de buenas películas, entre ellas,
Con faldas y a lo loco, o El apartamento..
--Si
buscáis los mejores elogios, moríos-- Genio y figura hasta la
sepultura, eso fue Enrique Jardiel Poncela, sino piensen en la
leyenda que eligió para su transito final al más allá.. Nos
recuerda que en España hay que morirse para que te elogien..
En
la tumba de John Belushi, actor y cantante, en Los Ángeles, leemos
si nos acercamos un poco –Puede que me haya ido pero el Rock and
Roll continua-- Claro, que este epitafio se lo pondría algún
familiar cercano, puesto que él murió de una sobredosis de alcohol
y drogas en una noche loca de juega; tenía sólo 33 años..
El
actor y juerguista Dean Martin, amigo de parranda de Frank Sinatra,
era otro que tampoco se tomó muy en serio su vida.. Bebedor y
mujeriego empedernido, miren lo que quiso para su tumba, --Todo el
mundo ama a alguien alguna vez-- Fue el titulo de una famosisima
canción suya, que aun se escucha a menudo, por cierto.. Otras son
tan sencillas en sus vidas como en sus muertes— Aquí yace una
actriz-- Así de humilde reza el epitafio de la conocidísima
mujer y mejor actriz, Gracita Morales..
Es
verdad que en el mundo, con tantos como somos, debe haber de todo;
gentes sencillas, desconocidas, anónimas, que pasan por él sin
molestar, sin hacer apenas ruido; otros, sin embargo, necesitan poner
la guinda final a sus azarosas vivencias, y su epitafio en la tumba
es la firma inimitable a la obra de toda su vida..
Joaquín
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