Cuando,
infeliz, postrado por el hombre y la suerte,
en
mi triste destierro lloro a solas conmigo,
y
agito al sordo cielo mi grito vano y fuerte,
y,
volviendo a mirarme , mi destino maldigo,
y
sueño ser como otro más rico en esperanza,
tener
su mismo aspecto, gozar sus compañías,
y
envidio el arte de éste, del otro la pujanza,
hastiado
aún de aquello que me daba alegrías;
si
en estos pensamientos mi desprecio me espanta,
pienso
en ti felizmente, y entonces mi consuelo
como
una alondra a orillas del día se levanta
del
mundo oscuro, y canta a las puertas del cielo.
Tal
riqueza me ofreces, dulce amor recordado,
que
desdeño cambiar con los reyes mi estado.
--Shakespeare--
Ahora
que terminó esto de Halloween lo puedo decir alto y claro: qué
mediocres, o aprovechados, llamémosle como queramos, somos los
españoles para lo que nos interesa porque, fíjense de qué manera
ha penetrado en nuestra sociedad toda la parafernalia, con sus
rituales y demás elementos decorativos, ésta nueva fiesta americana
en nuestros pueblos y ciudades.. No hay escuela, discoteca o reunión
familiar en la que la gente no le dedique semanas enteras a los
preparativos y disfraces con motivos fúnebres o góticos para la
ocasión...
¿Cómo
le llamamos a este fenómeno tan fantástico que ha sido capaz en
unos pocos años de calar tan hondo en las entrañas del pueblo llano
español? ¿Quizás poca personalidad colectiva? ¿Un pasotismo tal
que cambiamos de usos y costumbres como el cambia de chaqueta? Seguro
que un poco de todo; conste que esto no pasa en Francia, por decir
algún país europeo con cierto carisma, allí cuidan más de lo
suyo..
Dicen
y se quejan los cineastas españoles de que en Francia aprecian a
rabiar lo propio: sus costumbres, sus tradiciones, su idioma, su
cine, en fin, todo lo francés, y que nosotros aquí de todo nos da
igual; es posible, lo que no entiendo es cómo para unas cosas si nos
aferramos a las tradiciones como un clavo ardiendo, por ejemplo, con
los toros o las procesiones y, sin embargo para otras nos da
exactamente igual perderlas; ahí están los nombres de nuestros
hijos y muchas tradiciones ancestrales..
No
podemos negar que los yankis son tipos que marcan tendencias, y que
todo lo suyo, sobre todo lo; digamos, plácido, festivo o indecente,
lo copiamos a las primeras de cambio; qué me dicen, sino, de la noche
de halloween, de las hamburguesas, de la Coca Cola, del tabaco rubio,
del cine, etc. etc. y, sin embargo, ¡oh!, todo lo que cueste un
mínimo esfuerzo apenas nos interesa.
Podíamos
emular, como digo, el amor al trabajo de los norteamericanos, sus
ganas de montar empresas, su libertad de elegir, sus bajos impuestos,
su emprendimiento, que les ha llevado a ser el país más rico y más
próspero del mundo, y con una tasa de paro del 3,5%, ¡pero no!, es
más fácil imitar aquello que nos cuesta poco trabajo y además es
cojonudo.. ¡Coño, si hasta el amor a la cocaína y demás
estupefacientes, como a ellos, nos priva! Somos el segundo país
detrás suyo donde más se consume del mundo..
Y
digo yo, es verdad que no se le pueden poner puertas al campo, y que
hoy en día con la globalización no hay hábitos, fiestas, vicios o
depravaciones que no traspase frontera y nos llegue a nosotros pero,
¡hombre! un poco más de “por favor”, como decía el eslogan
aquél, no seamos tan blandengues y fáciles de convencer; cuidemos
un poco más de lo nuestro, que llevamos con ellos muchos siglos.. Y
si de imitar se trata, intentemos hacerlo de lo provechoso, de lo
útil, de lo que nos enriquezca como personas y como colectividad,
aunque cueste más esfuerzo conseguirlo, y no sólo de los placeres
fáciles..
Miren,
aunque nos sorprenda, hay países tan sabios e inteligente que llevan
esto de las importaciones culturales y festivas muy controlado.. En
Japón, por ejemplo, cuidan muy mucho esto de imitar lo bueno de los
demás y preservar lo suyo propio, y no sólo en ése magnifico país
del extremo oriente, también los hay aquí más cerquita, en Europa,
que hacen lo mismo; Noruega, Holanda, Austria o la misma Francia como
dije antes; y es que ¿Tendrá mucho que ver para eso su alto nivel
cultural? Me temo que si, ya saben que eso es básico para todo,
también para eso, y a nosotros nos falta, qué duda cabe...
Joaquín
Yerga
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