martes, 10 de septiembre de 2019

El lugar que todos nos gustaría visitar..





Yo ya me despedía... y palpitante
cerca mi labio de tus labios rojos,
-Hasta mañana- susurraste ;
yo te miré a los ojos un instante
y tú cerraste sin pensar los ojos
y te di el primer beso: alcé la frente
iluminado por mi dicha cierta.

Salí a la calle alborozadamente
mientras tú te asomabas a la puerta
mirándome encendida y sonriente.
Volví la cara en dulce arrobamiento,
y sin dejar de mirar siquiera,
salté a un tranvía en raudo movimiento;
y me quedé mirándote un momento
y sonriendo con el alma entera,
y aun más te sonreí... Y en el tranvía
a un ansioso, sarcástico y curioso,
que nos miró a los dos con ironía,
le dije poniéndome dichoso;
-Perdóneme, señor, esta alegría-
--Amado Nervo--


Vamos por parte; imagínense un país el doble de grande que España cuyo paisaje y clima es seco y pedregoso, como el del Sahara.. En su capital apenas llueve nunca; jamás un paraguas se ha visto por sus calles.. ¡Para qué!.., si las únicas precipitaciones son dos gotas contadas cada ocho o diez años!. Pero, eso sí, un río, largo (el segundo del mundo) y caudaloso (veinte veces más que el Guadalquivir) lo atraviesa de sur a norte.. ¿Se lo imaginan?..
Efectivamente, se trata de Egipto, el país y de El Cairo, su capital.. Yo no conozco Egipto pero debe ser impresionante.. Visto por el Google Maps desde el aire es un puro desierto, excepto, digamos una impresionante autopista verde de unos cinco o seis kilómetros de anchura de media y que discurre desde el sur (frontera con Sudán), hasta su desembocadura al norte, en el Mediterráneo..
Comprobado, pues, lo generosa que fue la naturaleza con este país, que dos veces al año un maná de barro y limo salía del río y fecundaba la tierra circundante de tal forma que, casi sin despeinarse, sus habitantes recogían dos ubérrimas cosechas cada temporada, no es de extrañar que naciera allí la más antigua y fabulosa civilización que han dado los siglos, la egipcia..
Pero a pesar de la fastuosidad de sus templos y pirámides, de su antigüedad (hace 5500 años), y de su importancia artística y militar, era la egipcia una civilización muy desconocida para el resto del mundo, sobre todo para los europeos.. Y fue precisamente uno de los más famosos e importantes personajes europeos, Napoleón Bonaparte, el que nos la dio a conocer..
Antes de la famosa expedición de Napoleón a Egipto a finales del siglo XVIII, sólo unos pocos sabían de las momias egipcias y de los tesoros allí guardados.. Cuando al gran corso le encomendaron ir a Egipto para cortar de raíz los aprovisionamientos, vía Mediterráneo, de los ingleses, aprovechó e hizo una labor que nunca le estaremos suficientemente agradecidos los amantes de la historia y del arte, se llevó con él arqueólogos, historiadores, pintores, expertos en lenguas orientales etc. etc. con el fin de excavar, descubrir, traducir, y también, como no, saquear las riquezas artísticas que allí había por doquier..
Napoleón y su gente permanecieron en Egipto un año.. Militarmente la expedición fue un fracaso porque, los ingleses se les escaparan vivitos y coleando.. Sin embargo para la historia fue una proeza sin igual.. Arramplaron con todo lo que pudieron, momias, obeliscos, piezas de oro, sarcófagos etc. etc.. hicieron copia de todo, anotaron todo y crearon un departamento de asuntos egipcios.. Y Miren qué barbaridad, para transportar el obelisco de Luxor, actualmente en la Plaza de la Concordia de París, que mide 23 metros y pesa 300 toneladas, se construyó un barco especial que tardó meses en llegar a Francia.. Para izarlo en ésa famosa plaza parisina se necesitaron más de 300 hombres fornidos.. Por cierto, cuenta la leyenda que Josefina le dijo a Napoleón antes de partir: “Si vas a Tebas, enviadme un pequeño obelisco”.. Satisfizo sobradamente su amante el capricho..
Entre las miles piezas que saquearon los franceses de Egipto destaca, entre todas, la piedra Rosetta.. Es una estela informativa de granito negro; un decreto del faraón Ptolomeo V que tiene la particularidad de estar escrito en las tres lenguas diferentes que se hablaba en Egipto en esa época; en jeroglíficos, en griego y en demótico.. Antes de encontrar esta piedra era imposible descifrar los miles de textos grabados con jeroglíficos en pirámides, tumbas, palacios etc... Cuando se la llevaron a París, después de años estudiandola y a punto ya de desistir traducirla, se presentó un joven historiador, Champollion, que dio con la clave.. A partir de entonces pudimos saber lo que los antiguos egipcios nos decían; a partir de entonces pudimos conocer su historia, sus dinastías, y el nombre de sus faraones.. ¡Ahí es nada!..
De todas maneras no sólo París posee joyas de los antiguos egipcios, en Roma hay ocho obeliscos, en Turín tienen miles de piezas valiosisimas, Londres atesora infinidad de momias y sarcófagos preciosisimos, y hasta en Berlín se expone otro de los tesoros más preciados de esa fabulosa civilización, la hermosa cabeza de Nefertiti.. Nosotros aquí en Madrid tenemos el Templo de Debod, pero conste que fue un regalo del rey egipcio..
Joaquín Yerga

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