Mi
alma es una princesa en su torre metida,
con
cinco ventanitas para mirar la vida.
Es
una triste diosa que el cuerpo aprisionó.
Y
tu alma, que desde antes de morirte volaba,
es
un ala magnifica, libre de toda traba...
Tú
no eres el fantasma, ¡el fantasma soy yo!
--Amado
Nervo--
Si
hay un cuadro que impresiona por su temática y
colorido; un cuadro misterioso, enigmático, intrigante, ése es sin
duda, El Jardín de las Delicias, del pintor holandés, El
Bosco.. Para el que no lo haya visto aún le recomiendo
encarecidamente que lo vean. Con decirles que son miles los aficionados a la
pintura del mundo que se acercan al museo Del Prado, donde se ubica, a recrearse con sus
vistosas y apasionante dibujos, les digo poco..
El
cuadro, créanselo, es uno de los más valiosos del museo y del mundo
pictórico en general. Es un tríptico, (consta de tres partes) y
está pintado al oleo sobre tabla.. Mide la parte central 220 cmt x
190 cmts y las dos de los laterales de unos 220 cmts.x 98 cmts cada
una.. El tema es la creación del mundo por Dios, pero idealizada de
una manera asombrosa, surrealista.. Todo es simbólico, cada dibujo
representa virtudes o pecados capitales de los hombres; les aseguro
que mirar con detalle las diminutas figuras del lienzo es una
maravilla indescriptible para el sentido de la vista..
Pero,
¡miren que curioso!, El cuadro cerrado representa, en su
totalidad, al globo terráqueo según estaría al tercer día de la
creación.. Así, de esta forma, es una esfera perfecta, pintada de
azul y gris donde aún no hay animales ni hombres, solo vegetales y
Dios.. El cuadro abierto, en cada una de las tres partes simboliza el
paraíso según la actitud que tomen los hombres..
La tabla de la
izquierda es el Jardín del Edén, aquí vemos figuras absurdas
maravillosamente pintadas y coloreadas que representan el Edén, pero
¡ojo!, también los peligros que acechan a los hombres; la gente
parecen felices pero el demonio espera impaciente que sucumben.. Hay
peces insectos, reptiles, aves, murciélagos etc. etc. y cada uno de
ellos simboliza una actitud, un gesto, una conducta humana..
La
tabla central y más grande es el Jardín de las Delicias propiamente dicho.. Es un falso paraíso, porque la humanidad ya ha
caído en el pecado, especialmente en la lujuria. Las escenas que nos
pinta el autor son cuanto menos inverosímiles; hombres de todas las
razas en actitud grosera y de perversión absoluta.. Aves que raptan
cocodrilos, ratas con perros en la boca, leopardos con cabeza humana,
ranas fornicando con mujeres, en fin una locura, el mundo al revés,
y una imaginación, la del pintor, fantástica..
En
la tabla de la derecha, aquí si, aquí ya está el infierno
puro y duro, ¡y no os cuento lo que hay reflejado en ella!; ¡fuegos,
látigos, torturas, paisajes en llamas atroces con cuerpos quemados y
mutilados, tormentos!, etcétera..
En
definitiva, el cuadro es una maravilla que fascina al que lo mira. Sé que, como a mí, un regusto amargo e intrigante se lleva el subconsciente del que ha contemplado sus detalles..
Por cierto, Felipe II lo adquirió en el siglo XVI seducido por su
enigmático mensaje.. El Bosco, en realidad se llamaba Jherónimus
Van Aken, sólo que castellanizamos su apodo que provenía de haber
nacido en la ciudad holandesa de Bosch. Murió de cólera..
Joaquin
Yerga
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