De tus sueños me
gustaría ser la estrella.
O mejor aún, ser el escritor
que ideara el argumento.
Urdiría un romance de amor y
celos con final feliz.
La protagonista serías tú...
Yo el guapo galán por el que
beberías los vientos.
Me haría de rogar hasta que me
confesaras que estás loca por mi..
Apuesto que mi película sería
de Oscar.
Al menos al mejor guion adaptado..
--Joaquín--
El año en el que Androgeo llegó
a la mayoría de edad, su padre, el rey Minos, de Creta, lo envió
a Atenas a participar en los Juegos Olímpicos, en donde todos los
pueblos y ciudades del mundo helénico luchaban por ser los
mejores..
Fue todo un triunfador, se había entrenado duro para ello. Se proclamó el campeón de todos los griegos. Sin embargo,
resentido y envidioso del joven por su fortaleza física y
heroicidad, el rey de Atenas, Egeo, lo asesinó a
traición.. Con alevosía y nocturnidad hizo que unos sicarios le
acuchillaran por la espalda..
Informado su padre, el rey Minos, del
horrendo crimen, hizo recibir con todo el pesar del mundo a su hijo
muerto y lo enterró con desconsolada tristeza. Toda Creta lloró su muerte.. Pero..
Pasados los llorados
funerales, Minos, enfurecido, invadió Atenas, la
sometió y le impuso un cruel sacrificio: cada nueve años debía de
entregar la flor y nata de su juventud; un tributo consistente en
siete jóvenes varones y siete doncellas, los más fuertes ellos y
las más guapas ellas, que debían ser entregados al
monstruo Minotauro, que habitaba en Creta..
Durante dos años el terrible
sacrificio se cumplió con pasmosa puntualidad. Desesperado por esa
ignominia, Teseo, el hijo de Egeo, rey de
Atenas, se propuso matar al Minotauro con sus
propias manos..
Embarcado rumbo a Creta junto a los siete jóvenes y
las siete doncellas preparadas para el sacrificio, Teseo había preparado una magnifica embarcación
con velas negras.. Prometió a su padre y a sus compatriotas
atenienses que si a la vuelta desplegaba velas blancas significaría
que su misión había tenido éxito.
Arribó Teseo a
Creta y se dispuso a internarse en el laberinto, donde moraba el monstruo. Sabía que allí encontraría la muerte.. Pero..
Ariadna, hija de Minos, lo vio, y quedó prendada del joven al verlo llegar, valiente y con el pelo alborotado en la popa del barco. Irresistiblemente enamorada se dispuso a ayudarle. Su padre, dolido, se enfado con ella.
La mejor espada del reino le entregó Ariadna y le hizo
atarse un hilo de lana a la cintura, mientras ella sujetaba la madeja
a la entrada al laberinto donde se agitaba de placer el Minotauro.. Teseo mató al Minotauro
y, gracias al hilo de lana de la madeja que su amada aprisionaba
con fuerza, pudo salir del laberinto.. Pero...
Volvía Teseo a
Atenas, junto a Ariadna, enamorado, victorioso y feliz,
acompañado de los jóvenes, que por fin se libraron de morir a manos
del monstruo, y tan eufórico iba que olvidó colocar las velas
blancas que prometió a su padre en caso de victoria..
--¡Horror! --exclamó Minos, su padre-- al ver
llegar la nave con velas negras, y desesperado se arrojó al mar
pereciendo ahogado. Ni les cuento la desesperación de los jóvenes amantes
Joaquin
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