Este
mundo es el camino
para
el otro, que es morada
sin
pesar,
más
cumple tener buen tino
para
andar esta jornada
sin
errar.
Partimos
cuando nacemos,
andamos
cuando vivimos
y
llegamos
al
tiempo que fenecemos;
así
que, cuando morimos,
descansamos.
--Jorge
Manrique--
No
somos nadie, dice la frase, y cuánta verdad encierra las pocas
palabras que la forman.. La decimos sin mucha convicción en los
pésames de algún allegado; de hecho su intención se nos olvida
rápidamente. Es soltar la mano del apesadumbrado deudor del
fallecido y a las primeras de cambio volvemos a lo nuestro, es
decir, a nuestras miserias cotidianas.. Imagino que así debe ser; la
naturaleza, que es muy sabia, nos hace olvidar o empequeñecer la
importancia de la muerte para, precisamente, seguir viviendo... Hasta
ayer todo era Blanca Fernández Ochoa, hoy no hay más que
Camilo Sexto..
Se
nos fue también Camilo Sesto, y su desaparición confirma lo
que siempre solemos decir, que en la muerte todos somos iguales...
Adiós, pues, a un tipo apuesto, adiós a su fama a su dinero, a su
suerte... Adiós a un hombre que lo tuvo todo pero que ya es uno más
en el más allá ignoto, aunque aquí lo sigamos recordando y amando
un tiempo más..
Suele
ocurrir en estos casos, que nos pongamos tristes y seamos buenos y
comprensivos por unos instantes; la inesperada muerte de un conocido
nos emociona, nos da que pensar; luego como dije antes, enseguida
volvemos a las andadas; pero, aprovechando estos emotivos momentos se
me ocurre hablar de la brevedad de la vida, que no es moco de pavo...
“Decidme:
la hermosura, la gentil frescura y tez de la cara, el color y la
blancura, cuando viene la vejez ¿quién lo para?.. Así lamentaba la fugacidad de la vida Jorge Manrique en la más famosa
elegía de nuestra literatura.. No es por nada pero, poco a poco sin
prisas pero sin pausa, están desapareciendo los ídolos y famosos de
nuestra juventud.. Gente que casi eran de nuestra generación, gente
que hemos visto madurar y envejecer se nos están yendo ya irremisiblemente... Aunque en el caso de Camilo siempre podemos echar
mano de sus canciones o probar suerte en los karaokes con sus creaciones..
Nunca
fui un fan de Camilo Sexto, por el hecho de ser chico no
había lugar, pero sé de su importancia en nuestro pasado reciente,
sé de las horas de radio que llenaron sus canciones, y sé y viví
el ídolo de masas que fue en todo el mundo hispano.. Ya quedan pocos
como él, tan número uno, tan imprescindible; el día que a Raphael
y a Julio Iglesias le den por hacerle una visita a Camilo,
allá en la Gloria musical, apaga y vámonos..
Y
seguía Jorge Manrique: “Dio el alma a quien se la dio, el cual
la ponga en el cielo y en su gloria; y aunque a la vida murió, nos
dejó harto consuelo su memoria”.. Ignoro si Camilo dio alguna
vez su alma a alguien; apenas sé de su benevolencia o bondad, tal
vez no fuera como el padre de Jorge Manrique, al que su hijo dedicó
estas hermosas y sentidas palabras pero, al menos felicitémonos, Camilo Sexto
nos regaló a quién gustara, y fuimos legión, infinitos momentos
dulces con sus bonitas canciones; con ellas hizo feliz a mucha gente,
y eso siempre es de agradecer.. Descanse en paz..
Joaquin
Yerga
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