domingo, 8 de septiembre de 2019

Camilo Sesto que estás en los cielos..




Este mundo es el camino
para el otro, que es morada
sin pesar,
más cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.
Partimos cuando nacemos,
andamos cuando vivimos
y llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que, cuando morimos,
descansamos.
--Jorge Manrique--

No somos nadie, dice la frase, y cuánta verdad encierra las pocas palabras que la forman.. La decimos sin mucha convicción en los pésames de algún allegado; de hecho su intención se nos olvida rápidamente. Es soltar la mano del apesadumbrado deudor del fallecido y a las primeras de cambio volvemos a lo nuestro, es decir, a nuestras miserias cotidianas.. Imagino que así debe ser; la naturaleza, que es muy sabia, nos hace olvidar o empequeñecer la importancia de la muerte para, precisamente, seguir viviendo... Hasta ayer todo era Blanca Fernández Ochoa, hoy no hay más que Camilo Sexto..
Se nos fue también Camilo Sesto, y su desaparición confirma lo que siempre solemos decir, que en la muerte todos somos iguales... Adiós, pues, a un tipo apuesto, adiós a su fama a su dinero, a su suerte... Adiós a un hombre que lo tuvo todo pero que ya es uno más en el más allá ignoto, aunque aquí lo sigamos recordando y amando un tiempo más..
Suele ocurrir en estos casos, que nos pongamos tristes y seamos buenos y comprensivos por unos instantes; la inesperada muerte de un conocido nos emociona, nos da que pensar; luego como dije antes, enseguida volvemos a las andadas; pero, aprovechando estos emotivos momentos se me ocurre hablar de la brevedad de la vida, que no es moco de pavo...
Decidme: la hermosura, la gentil frescura y tez de la cara, el color y la blancura, cuando viene la vejez ¿quién lo para?.. Así lamentaba la fugacidad de la vida Jorge Manrique en la más famosa elegía de nuestra literatura.. No es por nada pero, poco a poco sin prisas pero sin pausa, están desapareciendo los ídolos y famosos de nuestra juventud.. Gente que casi eran de nuestra generación, gente que hemos visto madurar y envejecer se nos están yendo ya irremisiblemente... Aunque en el caso de Camilo siempre podemos echar mano de sus canciones o probar suerte en los karaokes con sus creaciones..
Nunca fui un fan de Camilo Sexto, por el hecho de ser chico no había lugar, pero sé de su importancia en nuestro pasado reciente, sé de las horas de radio que llenaron sus canciones, y sé y viví el ídolo de masas que fue en todo el mundo hispano.. Ya quedan pocos como él, tan número uno, tan imprescindible; el día que a Raphael y a Julio Iglesias le den por hacerle una visita a Camilo, allá en la Gloria musical, apaga y vámonos..
Y seguía Jorge Manrique: “Dio el alma a quien se la dio, el cual la ponga en el cielo y en su gloria; y aunque a la vida murió, nos dejó harto consuelo su memoria”.. Ignoro si Camilo dio alguna vez su alma a alguien; apenas sé de su benevolencia o bondad, tal vez no fuera como el padre de Jorge Manrique, al que su hijo dedicó estas hermosas y sentidas palabras pero, al menos felicitémonos, Camilo Sexto nos regaló a quién gustara, y fuimos legión, infinitos momentos dulces con sus bonitas canciones; con ellas hizo feliz a mucha gente, y eso siempre es de agradecer.. Descanse en paz..
Joaquin Yerga



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