Cosas de la mente...
Mi
amada se fue a la muerte,
partió
al misterio mi amada;
se
fue una tarde de invierno;
iba
pálida, muy pálida.
Ella
que, por su color
gloriosamente
rosada,
parecía
un ser translúcido
iluminado
por llama interna..
¡Qué
lividez
aquella,
la de mi Ana,
y
qué frialdad! ¡Si tenía
hasta
las trenzas heladas!
Hoy
hace tres meses justos
que
se la llevaron trágicamente
inmóvil,
y recuerdo
con
qué expresión desolada
se
plañía entre los arboles
el
viento de Guadarrama.
--Amado
Nervo--
Phineas
Gage fue un trabajador de ferrocarril americano que vivió a mediados
del siglo XIX.. Durante sus 25 primeros años su vida fue un tipo
excelente, admirable, pero un desgraciado accidente cambio su vida, y
su personalidad.. Una barra de hierro desprendida de una maquina le
atravesó el cerebro; tuvo suerte le operaron con urgencia y salvó
su vida, sin embargo...
Físicamente
quedó igual que estaba pero, Phineas ya no fue el mismo, se volvió
inestable, agresivo, perdió el trabajo y tuvo graves problemas
familiares.. Phineas se hizo un caso famoso en la ciencia; a
partir de él los neurocientíficos han desarrollado toda una teoría
acerca del cerebro, la mente y nuestro yo..
¿Sabían
que el cerebro no es nuestra mente.. Sí, lo sé, difícil es
aceptar esta afirmación; ardua tarea se nos hace separar una cosa de
la otra.. Y es que solemos vincular, confundir, cerebro y mente.
Decimos siempre que las personas somos, básicamente, nuestro
cerebro, lo cual no es del todo cierto, ni mucho menos..
Miren,
los estudios que se hacen sobre el cerebro nos lo confirman, éste no
es más una parte del sistema nervioso central, un puñado de células
llenas de neuronas, muy importantes, diría yo, pero simples células
que por sí solas no tendría más importancia que las del riñón o
las del bazo, por decir algunas; lo que de verdad somos, lo que
realmente nos hace únicos a cada individuo son las conexiones
neuronales, es decir el intercambio de micro-datos entre neuronas..
Según sean esas conexiones; su intensidad, la cantidad, la velocidad
etc. etc. así seremos cada uno de nosotros..
Y
no pensemos, que esto de ser cada uno como es, es algo sobrenatural,
fijo, eterno, y que nuestro yo es
inamovible, con su carácter, sus peculiaridades y personalidad, nada
de eso, podemos cambiar, ser otro por cosas muy simples... Contaban en un
articulo de una revista que leí no hace mucho, que durante la
Segunda Guerra Mundial, los soldados que asediaban Singapur estaban
sometidos a una dieta pobre a base de arroz refinado; a causa de ello
miles de hombres contrajeron la enfermedad llamada de Beriberi, una
dolencia que provoca problemas cardíacos y convierte a los que la
sufren en mentirosos compulsivos. Sí, sorpréndanse, tipos que
quizás antes fuesen sinceros, noblotes, francos, se convirtieron en
gualdrapas sin personalidad; y todo porque le faltaban en su dieta la
vitamina B1, un elemento clave para extraer energía de la glucosa
que produce algunos neurotransmisores.. Es decir, una cosa tan simple
como falta de vitamina B1, nos hace cambiar de personalidad, nos hace
diferentes, ya no somos los mismos ¡ya ven!.
Según
el neurocirujano Sam Kean, nuestra memoria es un registro objetivo de
la realidad.. Una herramienta que contribuye a nuestra supervivencia; con ella disponemos de un relato coherente que nos dejará siempre en buen
lugar.. Una de las razones para explicar el fenómeno de los
soldados es que, a memorias dañadas como la de los alcohólicos o
los que padecen la enfermedad de beriberi, si se les pregunta por sus
hijos, por ejemplo, antes de quedar en mal lugar al no recordarlos,
se inventan unos que, posiblemente ni tuvieron.. ¡Qué cosas estas
de la mente!.. Nunca deja de sorprendernos..
Joaquin
Yerga
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