lunes, 23 de diciembre de 2024

El hombre que no tenía albedrío

                                                                                     


       

         El cuerpo es mucho más que las hormonas. 

menopáusica o no, 

una mujer sigue siendo una mujer; 

mucho más que una fábrica de humores 

o de óvulos. 

Perder la regla no es perder la medida  

ni las facultades. 

Cada sangre menstrual ha traído lágrimas 

y su dosis irracional de rabia.

No hay pues ninguna razón 

para sentirse devaluada.  

Tirá los tampones, 

las toallas sanitarias. 

Haz una hoguera con ellas en el patio de tu casa. 

Desnudate. 

Baila la danza ritual de la madurez. 

Y sobrevive 

como sobreviviremos todas.

---Gioconda Belli---



Estamos lejos de poder cambiar a voluntad nuestra situación. Es más, incluso parece que no somos capaces ni siquiera de cambiarnos a nosotros mismos.

Ya lo dijo Jean-Paul Sartre, no somos libres, aunque lo parezca. Por ejemplo, yo no puedo escapar al destino de mi clase, de mi nación o de mi familia, ni para cimentar mi poder o mi fortuna, ni tampoco para vencer mis inclinaciones o hábitos más insignificantes.

Fijaos: yo, Joaquín, he nacido obrero, católico, español, extremeño y propenso a la calvicie, hernias o úlceras de estómago; me debo a todo esto. La historia de mi vida es, por lo tanto, la historia de un fracaso. Lo digo porque antes de hacerme hombre, ya estaba ‘hecho’ por el clima y la tierra, la raza, la clase, la lengua, la historia de la colectividad de la que formo parte, la herencia, las circunstancias particulares de mi infancia, las costumbres adquiridas, y los grandes o pequeños acontecimientos de mi vida.

Así, pues, nos guste o no, vamos por la vida cargado con una pesada mochila de sentimientos, costumbres, hábitos, carácter etc. que nos han impuesto ya desde niño y que nos obliga a deambular por la vida por caminos ya definidos. 

---Sartre / J. Y.---



    






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