domingo, 29 de diciembre de 2024

Mi último día con él

                                                                                     


          


¿Por qué te fuiste tan pura

de otra vida a la ventura

o al dolor?

¿Qué faltaba a tu recreo?

¿Qué a tu inocente deseo
soñador?

---Álvarez Quintero--


Por tomarnos un último café, se nos hizo tarde para ir a la estación. Coincidimos en que tú fueras caminando y sacaras el billete mientras yo aparcaba el coche. Tardé mucho en lograrlo. Cuando bajé del coche me di cuenta de que habias olvidado tu bufanda. La tomé y corrí tan rápido como me lo permitieron los zapatos de tacón alto.

Intenté convencer a un guardia de que me permitiera pasar hasta el andén para entregarte tu bufanda. Se negó. Le supliqué y hasta le dije que te ibas a una ciudad que estaba a dos grados bajo cero. Se estremeció como si fuera él quien iba a padecer un clima tan adverso.

Me da vergüenza confesartelo, pero odié a ese hombre sólo porque cumplía con su deber. Traté de ablandarlo llamándolo oficial, pero fue inútil. Me resigné a renunciar a nuestra despedida y al invariable intercambio de recomendaciones y promesas: "Júrame que no te quedas triste". "Procura dormir en el camino". "Cierra muy bien la puerta". "Te llamo en cuanto llegue".

Debo haber tenido una cara terrible, porque el guardia al fin me permitió pasar. Entré en el andén en el momento en que subías la escalerilla con la cabeza vuelta hacia la entrada. Sé que me viste, oí que me gritaste algo que no alcancé a entender. Supongo que repetías la promesa habitual: "Te llamo en cuanto llegue".

Sentí desesperación, necesidad de abrigarte el cuello, y corrí pegada a las vías, pero no alcancé el tren y mucho menos a la altura del vagón en que ibas.

Cuando el tren desapareció en la curva me eché tu bufanda sobre los hombros. Sentí la misma tranquilidad que cuando estás de viaje y me pongo tus calcetines o tu suéter que siempre huele a esa loción barata que usas.

Al salir de la estación no pude recordar en dónde había estacionado el coche. Durante el tiempo que caminé para encontrarlo se me olvidó que te habías ido y te llamé a la casa para decírtelo. Claro que no obtuve respuesta. Imaginé las habitaciones vacías, silenciosas y sentí apremio de llenarlos con el rumor de mis pasos.

En cuanto abrí la puerta te grité el saludo de siempre, ya sabes cuál. Subí a tu cuarto rápido, como si estuvieras esperándome. No estabas, pero encontré la ropa que dejaste tirada, el encendedor que diste por perdido y la visera con que te protegías de la luz artificial para ahorrar vista, según tus propias palabras.

Luego hice lo de siempre al mediodía: bajé a la cocina para hacer café. Aunque no lo creas resulta muy difícil y requiere de cierto valor preparar una sola porción de lo que sea cuando siempre has hecho dos.

Con la taza en la mano salí al patio y puse a funcionar la fuentecilla para que subiera el rumor del agua que te recuerda el mar. Entré en casa y escribí un par de hojas en mi diario, pondré la fecha de hoy: 30 de diciembre. Mañana seguiré contándote mi vida hasta el día en que vuelvas. Ya sé que esta vez no será pronto. En cierta forma es mejor: me darás tiempo de cumplir con todos tus encargos, entre ellos encontrar la pluma negra con la que tenías mejor letra.

Hice una pausa. Me levanté del escritorio porque reapareció frente a tu ventana el colibrí que tanto te gustaba. Si él regresó, es imposible que no regreses tú.


Pero no regresó, un infarto al llegar a su ciudad de destino acabó con su vida. El relato fue publicado el 2 de enero de 2014 con motivo del fallecimiento de José Emilio Pacheco, (escritor), por la mujer de su vida, Cristina..








Cualquier cosa, con tal de no trabajar

                                                                                        



El amor es lo único que hay que ganarse en la vida,

todo lo demás se puede conseguir robando.

--Lord Byron--


El dinero no me interesa tanto como para salir corriendo a ganarlo. A mí me parece que se trabaja demasiado en el mundo, lo cual es una pena.

No se puede comer, beber o hacer el amor durante ocho horas al día. Lo único que se puede hacer durante ocho horas es trabajar, que es el motivo por el que el ser humano se hunde a sí mismo en la miseria y la infelicidad, arrastrando con él a todos los demás”.

Bueno, esta de arriba era la opinión que tenía del trabajo el escritor William Faulkner, estupendo escritor, por cierto, pero..

Él se sabía un intelectual y era consciente que con poco esfuerzo, dinero y comodidad no le iba a faltar. Claro, que, ¿qué hacemos los del montón, los que no tenemos mucho que aportar a la cotidianidad? Pues eso, trabajar como burros para poder comer.

Apenas un grupito de gente en el mundo se han podido permitir el lujo de vivir sin trabajar. Ahora el grupito se ha agrandado considerablemente gracias a los privilegios del estado del bienestar que nos hemos proporcionado el mundo occidental. Sin embargo, las cosas como son, para que haya gente viviendo sin trabajar otros tienen que hacer su parte, conste..

Joaquín





viernes, 27 de diciembre de 2024

Resulta que le daba miedo quedarse solo

                                                                                            



Era un jardín sonriente;

era una tranquila fuente

de cristal;

era, a su borde asomada

una rosa inmaculada

de un rosal.

Era un viejo jardinero

que cuidaba con esmero

del vergel,

y era la rosa un tesoro

de más quilates que el oro

para él.

--Álvarez Quintero--



¿Por qué, en general, rehuimos la soledad? ¿Por qué la mayoría de nosotros preferimos estar acompañados la mayor parte del tiempo? Muchas personas evitan a toda costa estar solasDe ahí que busquen mil y un planes para hacerlos con otras personas. Tienen miedo a sentir la soledad, a quedarse en silencio consigo mismas.

¿Que por qué no aprendemos a estar solos?. Pues eso digo yo, a ver por qué nos necesitamos unos a otros sin parar: ver la tele, oír la radio, salir a la calle; en definitiva, gente gente. Va a ser que la sociedad nos ha hecho así, excesivamente dependientes.

Pues lo creáis o no, necesitaríamos haber aprendido desde la infancia cómo pasar tiempo con uno mismo. Eso no significa que uno deba ser un solitario, sino que no debiera aburrirse consigo mismo. Ya lo decía no sé quién: “Si te sientes solo cuando estás contigo mismo, estás en mala compañía” Y estos días navideños nos ponen a prueba. 

Joaquín




jueves, 26 de diciembre de 2024

Y decidió perder el tiempo viendo "Sálvame"

                                                                                



¿Cómo no me suicido frente a un espejo

y desaparezco para reaparecer en el mar

donde un gran barco me esperaría

con las luces encendidas?

Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo

porque aún no les enseñaron

que ya es demasiado tarde.

--Alejandra Pizarnik--


Decía Ray Bradbury: Dale a la gente concursos que puedan ganar recordando la letra de las canciones más populares, o los nombres de famosos y famosillos. Atibórralos de datos de equipos de fútbol, de jugadores, de copas de Europa. Lánzales encima tantas noticias que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información. Entonces, tendrán la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin moverse. Y serán felices, así, sin más.

Ni se te ocurra darle a la gente ninguna materia delicada como Filosofía o Psicología para que piensen y empiecen a atar cabos. No, porque ese camino les lleva a la melancolía, y no les va a gustar..

Es muy cierto este dilema, pero digo yo: teniendo en cuenta que la vida es como es, es decir, cortísima: ¿Es más tonto, o más listo, el que no quiere problemas y dedica su tiempo a cosas intranscendentes, banales y frívolas.? Porque, claro, no todos tienen por qué consagrar su vida a sesudos estudios filosóficos con la pretensión de ser consciente de todo lo que le rodea; total los años a vivir son los que son.. Y supongo yo que cada uno los pasa como puede y guste.

El tonto y el listo criaran malvas a partes iguales y en el mismo tiempo (más o menos).

Conste que yo soy de los tontos que de vez en cuando lee filosofía.. 😅😅😅

Joaquín





miércoles, 25 de diciembre de 2024

Aquí yace...

                                                                                      



Y mi sombra,

por los rayos de la luna proyectada,

iba sola, iba sola,

iba sola por la estepa solitaria;

y tu sombra esbelta y ágil,

fina y lánguida,

como en esa noche tibia de la muerta primavera,

como en esa noche llena de murmullos,

de perfumes y de músicas de alas,

se acercó y se marchó con ella.

--José A. Silva--



El otro día soñé que el mundo funcionaba sin mí. ¡Joder, pues ahí estaba el mundo, siguiendo con sus cosas y yo no estaba!. Muy extraño estaba todo. 

Vi mi coche aparcado cerca, en zona azul, expirando el tiempo concertado y sin poder recogerlo. ¡Ah, y otra cosa, terminaba la tarde y aún no tenía historia que contar en mi blog!, ¡qué angustia!.

Claro, que peor fue saber (como sabía) que algún tiempo después de mi muerte pronto me iban a olvidar. Apenas unos cuantos que me trataron recordaban que existí, y sólo en ciertas ocasiones. Lo más raro es que algunos de los que me odiaban cuando estaba vivo abrazaron de repente mi memoria. Incluso dijeron que fui un buen tipo, ¡qué os parece!

Eso sí, mi página de Facebook seguía activa durante mucho tiempo después de mi desaparición. Sé que alguien le dio por revisar mis escritos; tal vez redescubriera, tarde, mis inquietudes.

Por cierto, poco a poco fueron desapareciendo las flores de mi tumba. El lustre de los primeros días fue derivando en polvo y desolación. El último ramo, mustio, el viento se encargó de esparcirlo por los solitarios paseos del cementerio. 

No creo que se llegara hacer una película de mi vida---soñé---si lo hicieran me pintarían mucho más valiente de lo que soy, y con mucho más talento del que tengo; mucho más; esa es la impresión que he dado a la gente antes de estirar la pata.

La conclusión final es que, para lo bueno y para lo malo, la especie humana lo olvida todo, a sus héroes, a sus enemigos, a los indiferentes. También a mi, ¡como no!...

Bukowski / J.Y.






martes, 24 de diciembre de 2024

Se enamoró de ella por lo bien que hacía el amor

                                                                                  



Yo caliento tus noches,

encendiendo volcanes en mis manos,

mojándote los ojos con el humo de mis cráteres.

Yo he llegado hasta vos vestida de lluvia y de recuerdo,

riendo la risa inmutable de los años.

---Gioconda Belli---


Lo escuché sin querer. Se trataba de un grupo de mujeres (posiblemente celebraban algo) que conversaban alrededor de una mesa en una terraza de verano. Yo estaba sentado en otra contigua. No pude evitar oír lo que decían, entre otras cosas porque hablaban muy alto:

---¿Es malo tener sexo con alguien, sólo sexo? Preguntaba una al grupo. Tal vez le habían reprochado de cierta frivolidad

---No, no es malo tener sexo---le dijeron---pero es importante no confundirte, porque si ya es difícil encontrar a alguien que comparta tus valores y con quien formalizar una relación, imagínate si el sexo te engancha a la persona equivocada.

---Bueno, pero el sexo ya es un placer por sí solo, ¿No?---insistía ávida de excusas la misma chica

---Cierto---le replicaron---pero te puede pasar que no sepas que el tipo NO te conviene y te auto-engañes con mil mentiras para volverlo a ver.

---¿Y qué puedo hacer en ese caso?---preguntó ella no muy conforme con las anteriores explicaciones.

---Mira chica---le respondió una rubia teñida, la que parecía llevar la voz cantante---si eres capaz de disfrutar del buen sexo sin más, enhorabuena ¡disfruta lo que puedas! Pero, si después de la relación sexual no te apetece que se quede a dormir, desayunar juntos al día siguiente, ni compartir otras cosas y no sólo sexuales, estás con la persona inadecuada; has de pararlo antes de que te hagas daño a ti misma.

Siguieron hablando cada vez de manera más acalorada. Pero yo me enfrasqué en la charla que mantenía con la mujer que me acompañaba y ya no le presté atención.

Por cierto, qué malo tiene el que se enamoren de uno aunque sólo sea por lo bien que hace el amor. ¡Joe, ya me hubiera gustado que se hubieran enamorado de mi por eso!, ¡me cago en la leche!.. 😜😜

Joaquín





lunes, 23 de diciembre de 2024

El hombre que no tenía albedrío

                                                                                     


       

         El cuerpo es mucho más que las hormonas. 

menopáusica o no, 

una mujer sigue siendo una mujer; 

mucho más que una fábrica de humores 

o de óvulos. 

Perder la regla no es perder la medida  

ni las facultades. 

Cada sangre menstrual ha traído lágrimas 

y su dosis irracional de rabia.

No hay pues ninguna razón 

para sentirse devaluada.  

Tirá los tampones, 

las toallas sanitarias. 

Haz una hoguera con ellas en el patio de tu casa. 

Desnudate. 

Baila la danza ritual de la madurez. 

Y sobrevive 

como sobreviviremos todas.

---Gioconda Belli---



Estamos lejos de poder cambiar a voluntad nuestra situación. Es más, incluso parece que no somos capaces ni siquiera de cambiarnos a nosotros mismos.

Ya lo dijo Jean-Paul Sartre, no somos libres, aunque lo parezca. Por ejemplo, yo no puedo escapar al destino de mi clase, de mi nación o de mi familia, ni para cimentar mi poder o mi fortuna, ni tampoco para vencer mis inclinaciones o hábitos más insignificantes.

Fijaos: yo, Joaquín, he nacido obrero, católico, español, extremeño y propenso a la calvicie, hernias o úlceras de estómago; me debo a todo esto. La historia de mi vida es, por lo tanto, la historia de un fracaso. Lo digo porque antes de hacerme hombre, ya estaba ‘hecho’ por el clima y la tierra, la raza, la clase, la lengua, la historia de la colectividad de la que formo parte, la herencia, las circunstancias particulares de mi infancia, las costumbres adquiridas, y los grandes o pequeños acontecimientos de mi vida.

Así, pues, nos guste o no, vamos por la vida cargado con una pesada mochila de sentimientos, costumbres, hábitos, carácter etc. que nos han impuesto ya desde niño y que nos obliga a deambular por la vida por caminos ya definidos. 

---Sartre / J. Y.---



    






domingo, 22 de diciembre de 2024

Cara de tonto se me quedó cuando me lo dijo

                                                                                



Sean mis manos como ríos

entre tus cabellos.

Mis pechos como naranjas maduras.

Mi vientre un comal cálido para tu hombría.

Mis piernas y mis brazos sean como puertas,

como puertos para tus tempestades.

Mi pelo como algodón en rama.

Todo mi cuerpo sea hamaca para el tuyo,

y mi mente tu olla,

tu cañada.

---Gioconda Belli---



Entonces ella me escribió en el wasap:

---Déjalo así, mañana lo resolvemos

Yo le contesté que de acuerdo, que mañana hablaríamos.

Me senté en el sofá y encendí la tele, luego volví a coger el teléfono. Ella seguía en línea. Me quedé mirando, pero no apareció la palabra "escribiendo". Yo no iba a dar el brazo a torcer, después de todo no era mi culpa.

Veinte minutos después miré de nuevo el móvil y el "Online" había desaparecido. Me quedé pensando. No sé, una sensación extraña me invadió de súbito. Era como si una voz dentro de mi me dijera: ¡Qué coño haces! ¿Te inquieta saber que ella no está bien? ¿Hiciste lo suficiente? Seguro que está llorando. Con todo lo que la amas: ¿No vale hacer un esfuerzo mayor?

Por un momento imaginé que estaba hablando más conmigo mismo que con ella, y que probablemente ni siquiera iba a dormir por el disgusto. Así que, cogí el teléfono y llamé:

---Cariño, soy un idiota, perdóname---le dije---no mereces dormir mal por la discusión. Si quieres estar furiosa, si quieres resolver mañana lo resuelves, pero hoy, antes de todo, quiero que sepas cuánto me gustas. Te amo porque eres la única persona en quien confío y la única con quien puedo contar.

Ella esperó paciente y a medias mi diatriba, porque enseguida me enseñó los dientes:

---Ni lo siento ni dada, petardo, ¡véte a la mierda!. No sabes cuánto me alegro que me hayas abierto los ojos. Ni se te ocurra llamarme más.

Y cortó.

Bueno, no sé qué deciros.😕😕😕 Dos horas me quedé mirando el móvil absorto, atónito, estupefacto, helado, alucinado, patidifuso, turulato, desconcertado, boquiabierto...

Pero no os preocupéis por mi, ya estoy mejor..




sábado, 21 de diciembre de 2024

Se jodió la vida por decir la verdad

                                                                                      


     

          Quiero encenderme de nuevo,

olvidarme del sabor salado de las lágrimas

de los huecos en los lirios,

de la golondrina muerta en el balcón.

Quiero volver a refrescarme de brisa risa,

reventada ola de mar sobre 

las peñas de mi infancia

---Gioconda Belli---


"La sinceridad sin empatía es simplemente crueldad", dicen.. Y yo os digo: Desconfiad de quien manifieste: “Yo digo siempre lo que pienso”. 

Qué horror de gente, van por la vida de sincerotes y resulta que eso es más primitivo que una cuchara de palo.

Antes de decir la verdad debemos contemplar siempre la valoración de su posible impacto en el otro o en la otra. Incluso es una magnífica opción callar si lo que vas a decir no mejora el silencio.

Conste que cierto grado de hipocresía es recomendable y necesaria. Las sociedades más avanzadas son las más hipócritas. 

Y es que, es ley de vida, para socializar es imprescindible ser un poco falsete. ¿Qué son las relaciones sociales sino poner a parir a algún vecino, conocido o amigote?

Claro, que siempre nos queda la opción de ser super-sincero, de ir con la verdad por delante caiga quien caiga, pero, que sepais que eso nos precipita a estar más solo que la una.. Elegid.. 

Joaquín



   


viernes, 20 de diciembre de 2024

Que la muerte no me coja llorando

                                                                                 


 

Vísteme de amor

que estoy desnuda.

Rodeame de gozo

que no nací para estar triste

y la tristeza me queda floja

como ropa que no me pertenece

---Gioconda Belli---


Si la muerte nos traiciona y morimos de mala manera, todos se lamentan: hay que morir como se vive. La muerte es intransferible, como la vida. Si no morimos como vivimos es porque realmente no fue nuestra la vida que vivimos: no nos pertenecía como no nos pertenece la mala suerte que nos mata”.

Estas palabras de arriba las escribió Octavio Paz, ese estupendo escritor mejicano. Están muy bien. No obstante os hago una preguntas: ¿Importa morir de una manera o de otra? Lo digo porque, si al fin y al cabo vamos a morir y luego ya no hay nada, qué cóño más da..

Claro, que hay gente que lleva tan lejos esto de morir, que se empeñan en hacerlo con dignidad. Es como cuando ajusticiaban en la plaza pública, que los había valientes que no pestañeaban cuando el verdugo le anudaba la soga al cuello y otros lloraban a calzón quitao pidiendo clemencia.. O la entereza de enfermos terminales, que aún sabiendo que van a morir (incluso lentamente y con sufrimiento) lo hacen con grandeza de espíritu.

No sé, yo no las tengo todas conmigo, estoy aquí de prestado y esto lo tengo claro. Ya me gustaría estirar la pata con dignidad, que los míos piensen... Bueno, o que no piensen, pero jamás berreando... 

Eso sí, como no sabemos de qué particular manera vamos a morir, tampoco es plan de prometer cosas que no estamos seguro que vamos a cumplir.

Joaquín





jueves, 19 de diciembre de 2024

Si tú me dices no..

                                                                                       



Te siento, mi compañero, hermoso

juntos somos completos

y nos miramos con orgullo

conociendo nuestras diferencias

sabiéndonos mujer y hombre

y apreciando la disimilitud

de nuestros cuerpos.

---Gioconda Belli--


Me decía alguien muy cercano a mi un día:

---Lo único que te pido, Joaquín, es que cuando hables conmigo, cuides tus palabras. Que tus palabras sean justas, que sean del tamaño de tus sentimientos, porque si tú me dices no, para mi es no, y si me dices llueve, para mi está lloviendo. Y si me dices amor, para mi es amor.

Me impactaron esas palabras porque, es cierto, suelo ser un tipo sincero, pero no hasta el punto de tomarlo todo tan al pie de la letra. Me asusta esa tajante rotundidad; tal es así, que incluso me hicieron poner en guardia, lo confieso, quizás porque no tenga la conciencia del todo tranquila..

Fijaos: en líneas generales suelo generar confianza en los demás. Me lo han dicho alguna vez: “Joaquín, tienes cara de buena persona”. Y lo soy, qué duda cabe, pero también tiro de ironías, y recurro a medias verdades, y a veces hiero sin querer, y a veces miento por extrema necesidad.

Es bueno tener una conciencia exigente. y la mía lo es, por lo tanto, jamás haré daño a nadie intencionadamente, sin embargo, tampoco soy Teresa de Calcuta, con lo que, que me pidan tal grado de pulcritud en mis intenciones, qué queréis que os diga, me acojona..

Joaquín




miércoles, 18 de diciembre de 2024

El extraordinario caso de un tipo ameno

                                                                                      



No me dejéis tranquila, poema:

asaltame, violame,

rebálsame los bordes,

los pliegues, los pechos

inúndame de maravilloso asombro,

llename entera con el semen vital de la palabra,

con el milagro de un descubrimiento,

dáteme poema

---Gioconda Belli--


Mirad qué cosas acabo de leer, ¿Pues no van y dicen que en una relación presencial, es decir, cara a cara, uno puede soportar a otro ser humano dos o tres horas seguidas; y tres o cuatro si éstas no son seguidas, sino espaciadas, no más? Qué os parece..Y yo que creo que incluso tres son demasiadas..😅😅😅

Esta teoría vale para las relaciones normales y cotidianas con familiares, amigos y parejas estables. Pero no vale para las relaciones especiales en las que hay pasión, deslumbramiento, admiración, obstinación, arrebato, obcecación o frenesí (el enamoramiento), que implica un régimen atencional completamente anómalo. O sea que, en estos extraordinarios casos, uno sí se puede tirar días enteros ensimismado, besuqueando y pelando la pava con la pareja amada.

Tampoco vale lo de las tres o cuatro horas de charla en el caso de seres humanos aburridos y patéticamente desprovistos de vida interior, que se reúnen horas y horas para mitigar el tedio, ¡¡qué horror!!

Fijaos lo que escribió una vez el gran poeta italiano Giacomo Leopardi:

"No hay nada más raro en el mundo que una persona habitualmente soportable".

Y yo que casi estoy de acuerdo. 😏😏😏

En fin..






martes, 17 de diciembre de 2024

No volveré a tocarte

                                                                                       



Ya no será, ya no.

No viviremos juntos

no criaré a tu hijo

no coseré tu ropa

no te tendré de noche

no te besaré al irme

nunca sabrás quién fui

por qué me amaron otros.

No llegaré a saber

por qué ni cómo nunca

ni si era de verdad

lo que dijiste que era

ni quién fuiste

ni qué fui para ti

ni cómo hubiera sido

vivir juntos, querernos, esperarnos.

Ya no soy más que yo

para siempre y tú

ya no serás para mí

más que tú. Ya no estás

en un día futuro

no sabré dónde vives

con quién ni si te acuerdas.

No me abrazarás nunca

como esa noche, nunca.

No volveré a tocarte.

No te veré morir.

--Idea Vilariño--



Me seducía a fondo con lo mejor de sí mismo. Tanto que yo me quedé convencida de que aquello era la séptima maravilla. Esa misma noche me enamoré de él.

Tras ese primer encuentro comenzamos a cartearnos. Al principio nos escribíamos tratándonos de usted, con el miedo de no saber qué sentiría el receptor. Pero no tardé en dejar entrever sus ganas.

Yo era profesora de literatura entonces, y aprendiz de poeta, una mujer furiosamente enamorada que se dejó encandilar por el gran escritor que era ya él.

Nos recordábamos por las noches y nos olvidábamos durante el día, y así por años. Yo pensaba que él no me quería, y él, pese a todos los poemas que yo le enviaba, pensaba que mi amor era sólo "intelectual".

Nos quisimos y odiamos en partes iguales. Rompimos y nos reconciliamos muchas veces. Nos daba igual estar casados, con pareja, en países distintos. Nos dio igual no ser felices.

Pero me dejó, el gran escritor me dejó para casarse con otra. Para hacer (según parece) bien las cosas por una vez. A ella le dedicó "Los adioses" en 1954. Yo le respondí cuando él ya estaba felizmente casado, con "Poemas de amor", uno de mis más bellos poemas.

Pero resultó no ser nuestro último adiós, volvimos a vernos. Como imanes, nos buscábamos y se embestíamos. Fue el 15 de marzo de 1974, él estaba en el hospital; Pensaban se moría.

Su mujer nos dejó solos un momento. Me levanté y quise tocarlo, tocar su mejilla con la mía. Apenas me acerqué a él cuando me agarró con un vigor desesperado y me besó con el beso más grande, más tremendo que me hayan dado, que me vayan a dar nunca, y apenas comenzó su beso, sollozó, después del cual debí morirme.

No volvimos a vernos. A mi me preguntaban siempre por él, y a él siempre por mi. Los dos asegurábamos querernos y no sentirnos queridos.

Por cierto, él fue Juan Carlos Onetti, el gran escritor. Ella Idea Vilariño, poetisa..




lunes, 16 de diciembre de 2024

Ella los prefería casi virgen

                                                                                     




Te quiero como gata boca arriba, 

panza arriba te quiero

maullando a través de tu mirada,

de este amor-jaula

violento,

lleno de zapatos

como una noche de luna

y dos gatos enamorados

discutiendo su amor en los tejados,

amándose a gritos y llantos,

a maldiciones, lágrimas y sonrisas

---Gioconda Belli--



Me gustan los hombres que no han estado con muchas mujeres. No soy tonta, sé lo que han vivido, pero me gusta la pureza en ese sentido.

Es una cuestión de cómo te miran, cómo te hablan, cómo te tocan. Hay algo en la manera en que un hombre que no ha estado con muchas te ve. Esa pureza es algo que no se puede falsificar.

No espero la virginidad de ellos, simplemente prefiero a los hombres que no han sido maltratados en carne viva por la experiencia.

Hay una cualidad en los hombres que eligen pocas mujeres; aparece en su caminar, en sus ojos, en sus risas y en sus gentiles corazones. 

Los hombres que han tenido muchas mujeres parecen elegir a la siguiente más por amor propio y trofeo que por sentimiento. 

--Magdalena--

¿Comprendéis, chicas, por qué aún a mis sesenta me creo interesante? Pues eso, porque apenas un puñadito de mujeres han pasado por mi vida.. 

En fin

Bukowski / J.Y.