martes, 29 de marzo de 2022

Un experimento fallido

                                                                                         



Hay tanto amor en mi alma que no queda

ni el rincón más estrecho para el odio.

¿Dónde quieres que ponga los rencores

que tus vilezas engendrar podrían?

Impasible no soy: todo lo siento,

lo sufro todo... pero como el niño

a quien hacen llorar, en cuanto mira

un juguete delante de sus ojos

se consuela, sonríe,

y la ávidas manos

tiende hacia él sin recordar la pena.

--Amado Nervo--



Hubo una vez un rey, Gustavo III, en ese país tan extraordinario y pionero del bienestar social que fue Suecia, que estaba convencido de que el café era venenoso.

Éste monarca de finales del siglo XVIII, obligó a tomarlo todos los días a un criminal, mientras otro reo de la misma prisión bebía solo té. Supervisaba todo el proceso una comisión de médicos para valorar los resultados. Pero nunca hubo un experimento más desastroso que éste. Veréis que cúmulo de despropósitos se dio..

Primero murieron los miembros de la comisión, después el rey fue asesinado en un atentado mortal, a continuación estiró la pata el reo del té a los 83 años, y ya por último murió el pobre de café, y bien a gusto, supongo. 

Está claro que a los suecos les salió mal el experimento del café, pero no otros que han hecho despues. Precisamente acabo de ver uno norteamericano muy serio que nos asegura que tomar dos o tres tazas de cafés al día es estupendo para todo.

Por cierto, los suecos han despabilado, no hay más que ver el invento ese del Ikea.

Joaquín




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