jueves, 17 de marzo de 2022

El gran secreto..

                                                                                         



Primero es un albor trémulo y vago,

raya la inquieta luz que corta el mar;

luego chispea y crece y se dilata

en ardiente explosión de claridad.


La brilladora lumbre es la alegría,

la temerosa sombra es el pesar.

¡Ay! En la oscura noche de mi alma,

¿Cuándo amanecerá?

--Bécquer--



¿Qué tiene el antiguo Egipto que tantas pasiones levanta entre los occidentales? ¿Será su antigüedad? ¿La magnificencia de sus templos? ¿El perenne anhelo de encontrar la tumba incólume del ultimo faraón cuajada de joyas?.. Posiblemente todo esto y mucho más hace que sea tan atractivo ésta primera gran civilización humana...

Nada se sabia de Egipto hasta que Napoleón allí desembarcó con su ejercito. Hasta entonces había sido un secreto los miles de jeroglíficos escritos en las paredes de templos y tumbas, nadie sabía cómo descifrarlos.

Precisamente un experto llevado por Napoleón, Champollión, el que gracias a un túmulo de piedra de 112 cm de alto por 75 de ancho y de unos 750 kg (piedra Rosseta) encontrado en la desembocadura del Nilo, los supo traducir y conocer. 

En la famosa piedra, hoy en el Museo del Louvre de París, hay grabadas en tres de sus caras unas letras y dibujos en tres idiomas diferentes, griego, jeroglíficos y escritura demótica, lo que hizo pensar que el texto era el mismo, y efectivamente se trababa de un decreto del faraón Ptolomeo V.

Napoleón se puso la botas allá en Egipto, vio, disfrutó, manoseó y saqueó enormes riquezas arquitectónicas. Se llevó a París hermosos obeliscos, joyas, momias, ajuares de faraones y por supuesto la piedra Rosseta.. 

Napoleón llegó a pasar personalmente siete horas seguidas dentro de la gran pirámide de Keops (la única de las siete maravillas en pie). Según compañeros suyos, pidió que le dejaran solo dentro de la gran tumba para hacer y sentir lo mismo que hiciera y sintiera el gran Alejandro Magno 2.100 años antes, cuando conquistó Egipto... 

Lo que sintiera Napoleón dentro del tétrico silencio de la tumba sólo él lo supo, se llevó al más allá el secreto.

Joaquin Yerga



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