miércoles, 7 de noviembre de 2018

No me obliguen a desayunar huevos con bacon...




¿Cuentos quieres niña bella?
Tengo muchos que contar;
de una sirena del mar,
de un ruiseñor y de una estrella;
de una cándida doncella
que robó un encantador;
de un gallardo trovador
y de una odalisca mora,
con sus perlas de Basora
y sus chales de Lahor.

Dime tú: ¿de cuales quieres?
Dicen gentes muy formales
que los cuentos orientales
les gustan a las mujeres.
Así, pues, si ésos prefieres,
verás colmado tu afán
pues sé de un cuento musulmán
que sobre una amante versa,
y me lo ha contado un persa
que ha venido de Hispahán.
(Rubén Darío)


Resulta que para los ingleses los españoles somos ahora unos tíos con suerte, vivimos más que ellos. Y no solo eso, dentro de un par de décadas seremos los más longevos del mundo, y eso les repatea porque aún le sacaremos unos cuantos años más de vida. Menos mal que nos envidian por algo.. ¡Según son ellos de soberbios y altivos!..
Curiosamente, se extrañan, se llevan las manos a la cabeza y no entienden que nosotros tan viciosos como somos, fumando más que carreteros y bebiendo como cosacos tengamos esa probabilidad de vida tan larga. Conste que esto lo dice una macro-encuesta hecha por un organismo de la ONU y realizada con todo el rigor del mundo. Lo contaba un periódico inglés el otro día...
Y, consternados, no entienden el porqué de nuestra salud de hierro, incluso adelantan unos posibles hábitos saludables nuestros de los que ellos carecen como son los paseos diarios, nuestras largas veladas veraniegas en amable conversación en bares y terrazas, incluso mencionan la paella y el jamón. Puede que todo eso influya que duda cabe pero yo le señalaría, además, las monumentales siestas con pijama y orinal que aun se embuchan algunos, que diría Cela, las sabrosas tapitas con las que algunos nos damos por cenado, y por supuesto nuestro Sol que tanto envidian... Por ahí deben ir los tiros..
Yo personalmente me alegro un montón que los ingleses nos envidien no en vano han sido nuestros enemigos naturales toda la vida, y porque ellos, que lo han tenido todo en este mundo, empiezan a verle las orejas al lobo de la mediocridad, y porque nosotros, que según ellos no hemos sido más que unos mediterráneos exóticos y folclóricos que nos pasamos la vida sesteando y matando toros a las cinco de cada tarde, piensen ahora que en el fondo hacemos las cosas que de verdad importan muy bien..Pues qué decirles, ¡que es un puntazo!.
Conste que siempre creí que su manera de ser y estar era superior a la nuestra. Sí porque, recuerden... la puntualidad inglesa, su conocido patriotismo, su espíritu democrático, su famosa flema. En cambio nosotros... más bien gualdrapas, ingobernables, anarquicos, y si me apuran hasta milagreros, y sin embargo ahora resulta que nos envidian. Algo gordo debe estar pasando para semejante disparate... Debe ser la globalización...
Hasta anteayer pensé con toda convicción que incluso su manera de comer era beneficiosa para la longevidad. Acuérdense cuando los vemos tan rubios y coloraos en los hoteles de la costa, con ésas pintas y zampándose a las siete de la mañana tres huevos fritos con bacon y chorizo, mientras nosotros con nuestro cafetito “pelao” y sus dos galletitas María los miramos atónitos. ¡Y qué me dicen cuando a las cinco de la tarde salen “escopetaos” para el hotel porque se les hace tarde para cenar!. En fin, a pesar de todo esto, siempre he creído que hacían lo correcto. No hay más que ver los consejos de los nutricionistas, que machacan con aquello de: desayuna como un rey, come como un marqués y cena como un mendigo; y que ellos se lo aplican bien.
Pero no solo de pan vive el hombre también el sexo influye de manera palpable en la vida porque, si hacemos lo correcto la alarga, y no me refiero al miembro viril, que también. Según la misma encuesta los españoles practicamos sexo una media de 2,1 veces por semana, mientras que los “guiris” solo 1,7 veces. Debe ser que no tienen tiempo, estarán pensando en el brexit, que no es una nueva postura sexual, por cierto, aunque da mucho “por culo” con perdón.
En fin, yo me felicito por nuestra suerte porque: que los ingleses nos envidien jamás había pasado en la historia desde los tiempos de Felipe II, que a punto estuvimos de enseñarles quién mandaba en el mundo ¡Claro¡ que después de aquel fracaso (Armada Invencible) quienes mandaron y de verdad fueron ellos...
Dicho queda..
                                                                    Joaquín Yerga
                                                                  

No hay comentarios:

Publicar un comentario