domingo, 11 de noviembre de 2018

Déjenme a mi hablar con Dios...




Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
en la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
(Borges)

¿Saben cuál es la gran diferencia entre nosotros los católicos y los protestantes? Hay muchas diferencias menores pero, digamos que la principal de todas ellas es la misma Biblia como tal. Si, no se extrañen, Biblia no hay más que una, es cierto, y es la misma para todos pero, los segundos la han leído todos, es más, la leen continuamente, mientras que los católicos apenas la conocemos ¡Que levante la mano el que la haya leído entera!... Apuesto que solo unos cuantos...
Otra notable diferencia entre estas dos grandes familias del cristianismo radica en la manera de vivir la religión y seguir sus preceptos. Los protestantes se apañan ellos mismos con Dios y con su Biblia, no necesitan a nadie más para encauzar su camino espiritual. Nosotros los católicos somos más, digamos, gregarios, adocenados para ese menester, necesitamos a los curas que nos guíen paso a paso y nos lleven por el camino correcto. ¿Entienden ahora la individualidad de los nórdicos y su éxito en el mundo social y económico? Porque, no crean, todo está relacionado, sino miren...
Los católicos todo lo fiamos a “papá estado” para que nos resuelva nuestras cuitas cotidianas, ya sean sociales o económicas. Queremos que él, como si fuese un ente superior abstracto y omnipotente, nos arregle los problemas, mientras nosotros, confiados y pasivos, esperamos pacientemente su magnificencia. Los protestantes, sin embargo, se apañan y esfuerzan por si solos, no esperan mucho del estado, ¿Quizás porque son conscientes de sus limitaciones? Permitanme decir que sí, y asegurarles también que ahí radica su prosperidad económica y de bienestar porque, todo está relacionado..
Cuando el alemán Martín Lutero (ideólogo del protestantismo) clavó sus 95 tesis en la puerta de la iglesia principal de Wittemberg, su pueblo, explicando sus motivos por lo que despotricaba de la jerarquía católica, es que algo muy gordo tuvo que ver en el Vaticano y en Roma para semejante proeza. Recuerden que entonces el que discrepaba directamente iba la hoguera, previa tortura ¡claro! Eso fue el comienzo de la separación y el inicio de una nueva iglesia cristiana “El protestantismo” y con él, ya saben, la intimidad del creyente con Dios exclusivamente a través de la Biblia, anulación del celibato etc. etc.. Porque las razones para tal cisma fueron muchas y no solo las escandalosas indulgencias que se les proporcionaban a los poderosos previo pago, también la manera de interpretar y entender la misma Biblia.
Han habido en la historia estudiosos de Biblia que han aconsejado no permitir su lectura a niños y jóvenes. Creían que su crudeza a la hora de contar los diferentes pasajes que contienen seria lesivo para su moralidad aun por formar. No olviden que ésta contiene episodios de todo pelaje, incluyendo relatos sexuales, de violaciones, asesinatos, o sodomía, por citar algunos ¿No será la verdadera naturaleza y calaña de los humanos lo que no quieren que descubramos por nuestros propios medios las autoridades católicas? Porque, al fin y al cabo, la Biblia no es más que eso, una cruel y real representación de los seres humanos tal como somos, incluido el personaje principal, que es Dios...
Dicho queda...
                                                                                Joaquín Yerga
                                                                               



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