Si
pudiera vivir nuevamente mi vida,
en
la próxima trataría de cometer más errores.
No
intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería
más tonto de lo que he sido,
de
hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
(Borges)
¿Saben
cuál es la gran diferencia entre nosotros los católicos y los
protestantes? Hay muchas diferencias menores pero, digamos que la
principal de todas ellas es la misma Biblia como tal. Si, no
se extrañen, Biblia no hay más que una, es cierto, y es la misma
para todos pero, los segundos la han leído todos, es más, la
leen continuamente, mientras que los católicos apenas la conocemos
¡Que levante la mano el que la haya leído entera!... Apuesto que
solo unos cuantos...
Otra
notable diferencia entre estas dos grandes familias del cristianismo
radica en la manera de vivir la religión y seguir sus preceptos. Los
protestantes se apañan ellos mismos con Dios y con su Biblia,
no necesitan a nadie más para encauzar su camino espiritual.
Nosotros los católicos somos más, digamos, gregarios, adocenados para ese menester, necesitamos a los curas que nos guíen paso a paso
y nos lleven por el camino correcto. ¿Entienden ahora la individualidad
de los nórdicos y su éxito en el mundo social y económico? Porque,
no crean, todo está relacionado, sino miren...
Los
católicos todo lo fiamos a “papá estado” para que nos resuelva
nuestras cuitas cotidianas, ya sean sociales o económicas. Queremos
que él, como si fuese un ente superior abstracto y omnipotente, nos arregle los
problemas, mientras nosotros, confiados y pasivos, esperamos
pacientemente su magnificencia. Los protestantes, sin embargo, se apañan y esfuerzan por si solos, no esperan mucho del estado, ¿Quizás porque
son conscientes de sus limitaciones? Permitanme decir que sí, y
asegurarles también que ahí radica su prosperidad económica y de bienestar porque, todo está relacionado..
Cuando
el alemán Martín Lutero (ideólogo del protestantismo) clavó sus 95 tesis en la puerta de
la iglesia principal de Wittemberg, su pueblo, explicando sus motivos
por lo que despotricaba de la jerarquía católica, es que algo
muy gordo tuvo que ver en el Vaticano y en Roma para semejante
proeza. Recuerden que entonces el que discrepaba directamente iba
la hoguera, previa tortura ¡claro! Eso fue el comienzo de la
separación y el inicio de una nueva iglesia cristiana “El
protestantismo” y con él, ya saben, la intimidad del creyente
con Dios exclusivamente a través de la Biblia, anulación del
celibato etc. etc.. Porque las razones para tal cisma fueron muchas y
no solo las escandalosas indulgencias que se les proporcionaban a
los poderosos previo pago, también la manera de interpretar y
entender la misma Biblia.
Han
habido en la historia estudiosos de Biblia que han aconsejado no
permitir su lectura a niños y jóvenes. Creían que su crudeza a la
hora de contar los diferentes pasajes que contienen seria lesivo para
su moralidad aun por formar. No olviden que ésta contiene episodios
de todo pelaje, incluyendo relatos sexuales, de violaciones,
asesinatos, o sodomía, por citar algunos ¿No será la verdadera
naturaleza y calaña de los humanos lo que no quieren que descubramos
por nuestros propios medios las autoridades católicas?
Porque, al fin y al cabo, la Biblia no es más que eso, una cruel y
real representación de los seres humanos tal como somos, incluido el
personaje principal, que es Dios...
Dicho
queda...
Joaquín
Yerga
No hay comentarios:
Publicar un comentario