sábado, 24 de noviembre de 2018

¡Dios mío, qué tropa!...





Estoy triste, y mis ojos no lloran
y no quiero los besos de nadie;
mi mirada serena se pierde
en el fondo callado del parque.
¿Para qué he de soñar en amores
si está oscura y lluviosa la tarde
y no vienen suspiros ni aromas
en las rondas tranquilas del aire?
(J.R.Jiménez)


Durante una manifestación por la principal avenida de la Linea de Concepción en la que se reivindicaba para España el Peñón de Gibraltar, al final de misma un cojo renqueaba deprisa para no quedarse atrás mientras vociferaba a grito partio el eslogan de la concentración ¡Queremos el Peñón!, ¡Queremos el Peñón!.. Un andaluz guasón apoyado indolente en el quicio de una ventana comentó a un compadre que tenia al lado. “¡Mira ese! ¡Para qué querrá el Peñón si no es capaz de andar en lo llano”!...
Esto de arriba evidentemente es un chiste pero a algo parecido a esto se habrá agarrado Pablo Iglesias y su partido, (aunque ahí habrá de todo) para decir ayer en un medio de comunicación que esto de reivindicar Gibraltar es patrioterismo barato, y recalcó, como suele hacer a menudo cuando quiere denigrar algún sentimiento que no sea de su cuerda, “que lo que importa de verdad es el empleo de los trabajadores españoles allá en la Roca y no banderas o estandartes”.
Podríamos pensar que Pablo y su partido son dos materialistas natos que solo les importa lo práctico, el dinero o el trabajo, y que el resto de ideales, creencias, banderas o patrias se las traen al pairo, pero luego resulta que los vemos pancarta en ristre reivindicando las Malvinas para Argentina ¿Qué les parece? Es decir, son patriotas de cualquier país que venga a cuento o ellos puedan sacar alguna tajada ideológica, porque ¡claro! en el momento de hacerse la foto con esa pancarta mandaba en Argentina, Cristina Kirchner; ya saben, de su cuerda. Acuérdense que también lo hemos visto al lado de Puigdemont revindicando con fervor una República Catalana. En fin, y todo lo que se les ponga a tiro con tal de echar por tierra nuestras justas pasiones y sentimiento nacional.
Lo de Gibraltar es una guerra perdida para nosotros, pues hemos ido a dar con un país que, además de ser más poderoso que nosotros, es un patriota donde los haya, que defiende los restos de su depauperado impero con uñas y dientes. Y más sabiendo que en frente tienen otro de pacotilla como somos nosotros, sino miren lo de Podemos. Es decir, una parte nada despreciable de nosotros mismos nos da igual el territorio, la bandera o los ideales, y consienten despedazarlo con tal de que algún día ellos puedan gobernar los despojos. Así andamos...
Para los ingleses no hay partidos ni ideología a la hora de salvar la nación y sus intereses. Ya lo dijo una vez Lord Palmerston, primer ministro inglés del pasado siglo “Inglaterra no tiene amigos permanentes ni enemigos permanentes, Inglaterra tiene intereses permanentes”. Y es que, como cualquier país serio y demócrata que se precie, además de querer lo mejor para sus compatriotas, de hacer lo imposible para mejorar su bienestar, además de todo esto, debe sentirse orgulloso de su nación, de su bandera, de sus ciudadanos y pelear con denuedo para ser respetado en el mundo..
¿Y nosotros? ¡Ay! mejor me callo por no llorar.. Tenemos el país hecho unos zorros, donde cada cual reivindica no sé qué historia y no sé qué pasado que no ha existido nunca, pero que gran parte de nosotros lo estamos asumiendo como verdades absolutas. Miren qué panorama... Un 20% del territorio y población se quiere independizar y para conseguirlo se saltan los cauces legales que nos dimos todos una vez. Otro 20% anda constantemente, o bien apoyando a estos últimos o bien desmotivando de sentimientos y pertenencia al resto. Y lo que queda, ésa antigua mayoría que hasta hace cuatro días se podía permitir el lujo de ponerse de acuerdo en las grandes cuestiones nacionales, pues en una guerra sin cuartel entre ellos y en una inutilidad absoluta para mirar los verdaderos intereses del país.
Qué envidia me dan los ingleses, porque, si bien es verdad que son odiosos para otros menesteres, digamos, festivos o deportivos, a la hora de mirar lo suyo son extraordinarios. Gibraltar tardará una eternidad en volver algún día a ser español porque saben que enfrente tienen un país poblado de gualtrapas, y que sin necesidad de tirar una sola bomba nos bastamos nosotros solos para destrozarnos.
Hong Kong era una colonia situada en China exactamente igual que Gibraltar, pertenencia a Inglaterra desde que hace un par de siglos se establecieron allí usurpándosela a los chinos. Pero, amigo, en cuanto China se hizo poderosa y la reivindicó, no tardaron cuatro días los ingleses en devolvérsela, porque, claro! se enfrentaban al segundo ejército más numeroso del mundo. Con nosotros, cada vez que decimos, como el cojo del chiste “Queremos el Peñón”, las carcajadas que se pegan en Londres se oyen en Tegucigalpa...
Dicho queda...
                                                                    Joaquín Yerga
                                                                    24/11/2018

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