Estoy
triste, y mis ojos no lloran
y
no quiero los besos de nadie;
mi
mirada serena se pierde
en
el fondo callado del parque.
¿Para
qué he de soñar en amores
si
está oscura y lluviosa la tarde
y
no vienen suspiros ni aromas
en
las rondas tranquilas del aire?
(J.R.Jiménez)
Durante
una manifestación por la principal avenida de la Linea de Concepción
en la que se reivindicaba para España el Peñón de Gibraltar,
al final de misma un cojo renqueaba deprisa para no quedarse atrás
mientras vociferaba a grito partio el eslogan de la concentración
¡Queremos el Peñón!, ¡Queremos el Peñón!.. Un andaluz guasón
apoyado indolente en el quicio de una ventana comentó a un compadre
que tenia al lado. “¡Mira ese! ¡Para qué querrá el Peñón si no
es capaz de andar en lo llano”!...
Esto de arriba
evidentemente es un chiste pero a algo parecido a esto se habrá
agarrado Pablo Iglesias y su partido, (aunque ahí habrá de todo)
para decir ayer en un medio de comunicación que esto de reivindicar
Gibraltar es patrioterismo barato, y recalcó, como suele hacer a
menudo cuando quiere denigrar algún sentimiento que no sea de su
cuerda, “que lo que importa de verdad es el empleo de los
trabajadores españoles allá en la Roca y no banderas o
estandartes”.
Podríamos
pensar que Pablo y su partido son dos materialistas natos que
solo les importa lo práctico, el dinero o el trabajo, y que el resto
de ideales, creencias, banderas o patrias se las traen al pairo, pero
luego resulta que los vemos pancarta en ristre reivindicando las
Malvinas para Argentina ¿Qué les parece? Es decir, son
patriotas de cualquier país que venga a cuento o ellos puedan sacar
alguna tajada ideológica, porque ¡claro! en el momento de hacerse
la foto con esa pancarta mandaba en Argentina, Cristina Kirchner;
ya saben, de su cuerda. Acuérdense que también lo hemos visto al
lado de Puigdemont revindicando con fervor una República
Catalana. En fin, y todo lo que se les ponga a tiro con tal de
echar por tierra nuestras justas pasiones y sentimiento nacional.
Lo
de Gibraltar es una guerra perdida para nosotros, pues hemos ido a
dar con un país que, además de ser más poderoso que nosotros, es
un patriota donde los haya, que defiende los restos de su depauperado
impero con uñas y dientes. Y más sabiendo que en frente tienen otro
de pacotilla como somos nosotros, sino miren lo de Podemos. Es decir,
una parte nada despreciable de nosotros mismos nos da igual el
territorio, la bandera o los ideales, y consienten despedazarlo con
tal de que algún día ellos puedan gobernar los despojos. Así
andamos...
Para
los ingleses no hay partidos ni ideología a la hora de salvar la
nación y sus intereses. Ya lo dijo una vez Lord Palmerston, primer
ministro inglés del pasado siglo “Inglaterra no tiene amigos
permanentes ni enemigos permanentes, Inglaterra tiene intereses
permanentes”. Y es que, como cualquier país serio y demócrata que
se precie, además de querer lo mejor para sus compatriotas, de hacer
lo imposible para mejorar su bienestar, además de todo esto, debe
sentirse orgulloso de su nación, de su bandera, de sus ciudadanos y
pelear con denuedo para ser respetado en el mundo..
¿Y
nosotros? ¡Ay! mejor me callo por no llorar.. Tenemos el país
hecho unos zorros, donde cada cual reivindica no sé qué historia y
no sé qué pasado que no ha existido nunca, pero que gran parte de
nosotros lo estamos asumiendo como verdades absolutas. Miren qué
panorama... Un 20% del territorio y población se quiere independizar
y para conseguirlo se saltan los cauces legales que nos dimos todos
una vez. Otro 20% anda constantemente, o bien apoyando a estos
últimos o bien desmotivando de sentimientos y pertenencia al resto.
Y lo que queda, ésa antigua mayoría que hasta hace cuatro días se
podía permitir el lujo de ponerse de acuerdo en las grandes
cuestiones nacionales, pues en una guerra sin cuartel entre ellos y
en una inutilidad absoluta para mirar los verdaderos intereses del
país.
Qué
envidia me dan los ingleses, porque, si bien es verdad que son
odiosos para otros menesteres, digamos, festivos o deportivos, a la
hora de mirar lo suyo son extraordinarios. Gibraltar tardará una
eternidad en volver algún día a ser español porque saben que
enfrente tienen un país poblado de gualtrapas, y que sin necesidad
de tirar una sola bomba nos bastamos nosotros solos para
destrozarnos.
Hong
Kong era una colonia situada en China exactamente igual que
Gibraltar, pertenencia a Inglaterra desde que hace un par de siglos
se establecieron allí usurpándosela a los chinos. Pero, amigo, en
cuanto China se hizo poderosa y la reivindicó, no tardaron cuatro
días los ingleses en devolvérsela, porque, claro! se enfrentaban al segundo ejército más numeroso del mundo. Con nosotros, cada vez que decimos, como el
cojo del chiste “Queremos el Peñón”, las carcajadas que
se pegan en Londres se oyen en Tegucigalpa...
Dicho
queda...
Joaquín
Yerga
24/11/2018
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