Usted aprende
y usa lo aprendido
para volverse lentamente sabio,
para saber que al fin el mundo es esto,
en su mejor momento una nostalgia
en su peor momento un desamparo,
y siempre siempre un lío.
Entonces usted muere.
--M. Benedetti--
A los que a menudo recurren a los refranes a la hora de imponer su criterio en cualquier conversación, le suelen aplicar aquel que dice; “Hombre refranero hombre puñetero”.
Aún a riesgo de ser catalogado como tal, me atrevo a comentarles algo sobre el asunto.
Decía Cervantes: “Un refrán que no viene a propósito antes es disparate que sentencia” Porque, claro, un refrán bien contado y que venga a huevo, es un puntazo para finiquitar una opinión.
Por cierto, la mayoría de ellos hunden sus raíces en siglos pasados. Muchos provienen directamente del latín y del griego, nuestras dos lenguas madres.
Mirad el origen y explicación de algunos refranes:
Ande yo caliente y ríase la gente.---Esto viene de una poesía del cordobés Góngora (Siglo XVII) y no hace falta dar más explicaciones.
Mas vale tarde que nunca.---Imaginaos a Diógenes, el filósofo, padre del famoso síndrome. Pues éste hombre, ya muy mayor, quiso aprender música y como sus paisanos se burlaban, dijo una vez: “Mejor tarde que nunca”, y de ahí hasta ahora...
El que la sigue la consigue.--- Este refrán se refería a la caza de la liebre. Su forma original era “El que la sigue, ése la mata”. Ya véis..
Quien da primero da dos veces.--- Se le atribuye al filósofo cordobés Séneca, allá por el siglo I. Lo dijo una vez, pero en sentido opuesto de lo que entendemos ahora. “Quien da pronto algo bueno al necesitado, da dos veces”..
El movimiento se demuestra andando.--- Esto lo dijo Zenón de Elea, otro filósofo del siglo IV. a.c. Durante una conversación con otros colegas hablando del movimiento, unos negaban este fenómeno de manera ontológica; entonces Zenón se levantó y se puso a andar, diciendo: “El movimiento se demuestra andando”..
Las paredes oyen.--- Se remonta a tiempos de la reina Catalina de Médicis, que hizo construir en las paredes de sus palacios conductos acústicos para enterarse de lo que tramaban sus súbditos y así desbaratar cualquier conjura contra ella. De allí, el refrán pasó a España.
En fin, no os canso más. Deciros, no obstante, que con las nuevas tecnologías, los refranes quedarán en desuso y con ello habremos perdido una parte esencial de nuestra idiosincrasia popular.
Joaquín
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