Hace tiempo que no me interesa,
que no me divierto con mi horóscopo. Pero me pasa, creo, como a
muchos, que aun sabiendo que es pura patraña no dejo de echarle un
vistazo si se me pone a tiro...
¿Qué impaciencia nos subyuga,
pues, que no nos conformamos con nuestro presente? ¿Qué afán de
anticiparnos a lo que vendrá aun temiendo saber no ser muy
halagüeño?... Y es que queremos más, ansiamos conocer. Quizás en
el fondo lo que esperamos no sea otra cosa que un golpe de suerte que
resuelva todos nuestros problemas... Debe ser eso..
Para esa impaciencia de la que hablo tenemos a la quiromancia, en donde las líneas de la mano expresan
la totalidad de la persona, o sea, su pasado, presente y su futuro.
O la llamada clarividencia, que es otra mancia. Se
utilizan las famosas bolas de cristal, y para que el sortilegio sea
efectivo la bola debe estar limpia como una patena. El adivino, o
sacacuartos, como le queramos llamar, permanece embelesado mirando
fijamente el cristal hasta que entra en trance; después según las
imágenes más o menos definidas que perciba, así interpretará las
respuestas a lo que le haya preguntado el cliente, también llamado,
“primo” o “papanatas”.
Algunos videntes, o engañabobos,
utilizan para engatusar espejos, y a éste entretenimiento le
llama catoptromancia, que no es otra cosa que buscar
las respuestas en las imágenes reflejadas en los cristales después
de estar concentrado en la llama de una vela. ¡Claro, que después
de estar mucho tiempo mirando ésa luz uno puede ver cualquier cosa!.
Y qué me decís de la piromancia,
no confundir con los pirómanos, aunque por lo de piro (fuego) y
“piraos”, no debe haber mucha diferencia. Estos adivinadores ven
figuras abstractas en el fuego de, por ejemplo una chimenea. Según
las formas y los colores que tengan estas figuras así será el
futuro del usuario. Muy negro lo veo yo; lo digo por el humo..
Lo de echar las cartas del tarot
está ya muy trillado ¿A quién no se las han echado alguna vez? A
mi no desde luego; pánico le tengo a éstas cosas... Pues sepan que
a estos jueguecitos le llaman cartomancia.
También tenemos (siguiendo con
lo de las mancias) la hidromancia, o adivinación por
medio del agua. Se suele utilizar el agua del rocío. Parece ser que interpretan el futuro mirando las ondas que
hace el agua en un recipiente después de haber arrojado una piedra. ¡Ah! Y no se lo pierdan,
tenemos hasta la llamada, ovomancia. Y me
dirán, ¿En qué consiste ésta patochada? Pues, nada menos que en
cascarse un huevo. ¡No se alarmen, puede ser uno de gallina!. El lila, o cliente, lleva un huevo al adivino, éste lo casca y según
la disposición de la yema y la clara dependerá su suerte.
De todas maneras el campo está
abierto, ustedes eligen cuál les gusta más. Permítanme
aconsejarles, no obstante, que se conformen sólo con el horóscopo,
al menos es gratis...
Joaquín
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