jueves, 11 de octubre de 2018

¡Hagan juego, señores!...




Hace tiempo que no me interesa, que no me divierto con mi horóscopo. Pero me pasa, creo, como a muchos, que aun sabiendo que es pura patraña no dejo de echarle un vistazo si se me pone a tiro...
¿Qué impaciencia nos subyuga, pues, que no nos conformamos con nuestro presente? ¿Qué afán de anticiparnos a lo que vendrá aun temiendo saber no ser muy halagüeño?... Y es que queremos más, ansiamos conocer. Quizás en el fondo lo que esperamos no sea otra cosa que un golpe de suerte que resuelva todos nuestros problemas... Debe ser eso..
Para esa impaciencia de la que hablo tenemos a la quiromancia, en donde las líneas de la mano expresan la totalidad de la persona, o sea, su pasado, presente y su futuro.
O la llamada clarividencia, que es otra mancia. Se utilizan las famosas bolas de cristal, y para que el sortilegio sea efectivo la bola debe estar limpia como una patena. El adivino, o sacacuartos, como le queramos llamar, permanece embelesado mirando fijamente el cristal hasta que entra en trance; después según las imágenes más o menos definidas que perciba, así interpretará las respuestas a lo que le haya preguntado el cliente, también llamado, “primo” o “papanatas”.
Algunos videntes, o engañabobos, utilizan para engatusar espejos, y a éste entretenimiento le llama catoptromancia, que no es otra cosa que buscar las respuestas en las imágenes reflejadas en los cristales después de estar concentrado en la llama de una vela. ¡Claro, que después de estar mucho tiempo mirando ésa luz uno puede ver cualquier cosa!.
Y qué me decís de la piromancia, no confundir con los pirómanos, aunque por lo de piro (fuego) y “piraos”, no debe haber mucha diferencia. Estos adivinadores ven figuras abstractas en el fuego de, por ejemplo una chimenea. Según las formas y los colores que tengan estas figuras así será el futuro del usuario. Muy negro lo veo yo; lo digo por el humo..
Lo de echar las cartas del tarot está ya muy trillado ¿A quién no se las han echado alguna vez? A mi no desde luego; pánico le tengo a éstas cosas... Pues sepan que a estos jueguecitos le llaman cartomancia.
También tenemos (siguiendo con lo de las mancias) la hidromancia, o adivinación por medio del agua. Se suele utilizar el agua del rocío. Parece ser que interpretan el futuro mirando las ondas que hace el agua en un recipiente después de haber arrojado una piedra. ¡Ah! Y no se lo pierdan, tenemos hasta la llamada, ovomancia. Y me dirán, ¿En qué consiste ésta patochada? Pues, nada menos que en cascarse un huevo. ¡No se alarmen, puede ser uno de gallina!. El lila, o cliente, lleva un huevo al adivino, éste lo casca y según la disposición de la yema y la clara dependerá su suerte. 
De todas maneras el campo está abierto, ustedes eligen cuál les gusta más. Permítanme aconsejarles, no obstante, que se conformen sólo con el horóscopo, al menos es gratis...

Joaquín


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