sábado, 27 de octubre de 2018

España a vista de pájaro





¡Ah, si vieras tu huerto! Ya no hay rosas,
ni lirios, ni libélulas de seda,
no cocuyos de luz, ni mariposas...
Tiemblan las ramas del rosal, medrosas,
el viento sopla, la hojarasca rueda.

Amiga, tu mansión está desierta;
el musgo verdinegro que decora
los dinteles ruinosos de la puerta,
parece una inscripción que dice: ¡Muerta!
El cierzo pasa, y suspirando: ¡Llora!
(Amado Nervo)


Les propongo un breve paseo por algunas de nuestras ciudades más vistosas. Estoy seguro que ya han visitado alguna vez las que he elegido. Y si no lo han hecho no lo demoren, pues de juicioso es conocer lo más cercano. Además no duden lo más mínimo de que tenemos un país rico y variado, y no sólo en naturaleza, también en paisajes urbanos... Si, porque...
¡Hay tanto donde elegir, tantos monumentos que contemplar, tanto arte del que disfrutar que se hace difícil la elección de las mejores de ver!. Aunque estarán conmigo que sólo un puñado de ellas son las que se llevarán la palma de nuestra predilección.
Yo empezaría de mayor a menor, es decir, de las más repletas en cantidad y calidad de sus patrimonios a la que menos. Claro, que muchas veces es cuestión de gusto, y sobre gustos ya se sabe... Y sabemos también que para describir todo lo que tienen cada una de ellas harían falta muchos folios, y no ha lugar; así que voy a enumerar lo más representativo de cada lugar..
Madrid la pongo la primera en la lista; y no es por nada, sino que es la que posee mayor patrimonio digno de ver. Sobrevolemos, pues, Madrid...
Tengan en cuenta que Madrid ha sido la capital de la nación durante los últimos quinientos años, salvo pequeñas etapas. Y ya saben, no sólo hemos tenido un país más o menos grande, más o menos rico, sino que tuvimos un imperio con todo lo que eso conlleva de riqueza y poder, y Madrid era su metrópoli.
No hubo durante siglos decisiones importantes que no se cocieran aquí; ricos, nobles y aristócratas que no tuvieran algún palacete aquí, o proyectos innovadores que aquí no se desarrollara. Historias a miles; escritores, políticos, artistas, todos los que han destacado en sus disciplinas en el país entero por sus calles ha transitado o en sus cementerios están enterrados...
Pero dejemos nuestra capital; elevemos el vuelo cruzando raudo Aragón, de sur a noreste. Ya vemos abajo y sólo de pasada la gran ciudad de Zaragoza y los minaretes del Pilar. Aunque, pasamos de largo, esta vez no toca... A poco más de 250 kilómetros pero a escasos minutos de vuelo se nos presenta, ¡de pronto!, la inmensa planicie urbana, suave, extendida, inclinada entre el Tibidabo y el mar, de, Barcelona...
Barcelona, la segunda gran metrópoli española. Se resiste como gato panza arriba a dejar el primer puesto que siempre ocupó. Ciudad antaño cosmopolita y ahora provinciana por mor de políticos de corta vista. Barcelona es una ciudad hecha en el XIX en cuanto a arquitectura. Bien diseñada en su espectacular ensanche le debe a su principal hijo adoptivo Gaudi, gran parte de lo que es, y es mucho, créanselo. Mitad europea mitad mediterránea; industrial y comercial a partes iguales, supo sacar provecho de su lugar estratégico, a tiro de piedra entre Francia y el Mediterráneo. Si duda es la ciudad preferida por los visitantes foráneos...
Y levantamos el vuelo de nuevo; volvemos a cruzar la península en vuelo raso, de norte a sur. No hay tiempo para más. Vemos al fondo las bellezas naturales de tantas tierras de Aragón, de la Mancha. Ahora traspasamos Despeñaperros; ya divisamos la Giralda a lo lejos. Aunque ahora hasta las aves la confunden con esa fea torre de cristal levantada en la orilla izquierda del río Betis, frente a Triana...
Sevilla tiene, como dice la copla, un color especial. Sureña, blanca, moderadamente asequible; su casco histórico es deslumbrante, con sus Reales Alcaceres, y su catedral, mole inmensa, y su torre, tal vez la más bonita del mundo, y su río... ¡Oh rio Guadalquivir que rodeas la cintura de la ciudad más hermosa!... Sevilla es renacentista; todo se lo debe al XVII, cuando fue la capital del mundo...
Y nos vamos, partimos en pos de otras tierras. Dejamos atrás con pena y nostalgia la gran ciudad andaluza para enfilar hacia el norte, para adentrarnos en Extremadura. Seguimos la Ruta de la Plata pasando por calzadas y puentes romanos de infinitud de arcos. Y contemplamos, encandilados, encinas y olivos, y los picachos de campanarios de alguna hermosa ciudad centenaria, pero no paramos, sino que cruzamos el sistema central con sus cumbres aun nevadas y nos adentramos en tierra de dehesas y de toros... Ya se vislumbra la catedral y su torre, ¡Qué ganas de verla!...
Salamanca es robustez en piedra tallada, misticismo, universidad, conventos, campanas, sabiduría. Ciudad modesta y abigarrada, seria, castellana hasta la médula. Pasearla toda ella no nos llevaría más que un día, es cierto, pero un día inolvidable de arte y de historia. Tiene plazas, tiene catedrales, dos por falta de una, y tiene un sinfín de iglesias a cual más sagrada, y callada, pero...
Remontamos el vuelo una vez más. Ahora ruta norte-noroeste. Hay que abrigarse cruzamos paramos y montañas. Ganas dan de bajarse en Zamora o en León, que las vemos abajo, y tomarse un vinito del Bierzo en cualquier cantina de su Barrio Húmedo, pero no, seguimos hasta Galicia. Y por fin, después de sortear vientos y chaparrones se nos aparece ante nuestros ojos la inmensa mole de la catedral, estamos en Santiago de Compostela.
Santiago, mito y meta de peregrinos, la ciudad del santo, húmeda, pedregosa. Por sus estrechas calles de adoquines han transitado miles de penitentes a lo largo de los siglos. Desde que una vez hace más de mil años al avispado obispo Teodomiro se le ocurrió lo la tumba del santo ha sido ciudad de milagros, de promesas, de recompensas... Hoy capital de Galicia y de España entera; no en vano su más preciado difunto, Santiago el Mayor, cerraba España después de vencer a los moros...
Porque Compostela es ciudad pequeña pero grande en historia. Su fama traspasó fronteras desde hace mil años. Los diferentes caminos para llegar a ella fueron, de alguna manera, el preludio de la globalización, y..
Pero seguimos.. Dejamos las brumosas costas de la más occidental de las tierras de las Españas. Bordeamos ahora el impetuoso Cantábrico, sobrevolamos la verde Asturias y la hermosa Cantabria, esquina y mar de Castilla, y avistamos ya en el horizonte una singular bahía, nos acercamos y, ¡la reconocemos! ¡Es la Concha!  Estamos en San Sebastián... Donosti, como dirían algunos cursis y snobs de medio pelo. A mi me gusta más la "Bella Easo", su apodo más romántico.
San Sebastián tiene suerte, muchos la consideran la más bella ciudad de España. Yo no diría tanto, aunque reconozco su hermosura. Ciudad amable, serena, culta, paseable; más guapa que su hermana mayor Bilbao, que le falta la orilla del mar para babear, aunque presuma de Ria, pero...
Es muy tarde y debemos regresar, aun nos queda una, la mora. Elevamos las alas hasta los confines del cielo para no ver en detalle las maravillas de España que nos puedan entretener. España, sí, ése país hermoso y verde del que decía Estrabón (el gran historiador griego) que una ardilla podría cruzarlo de norte a sur sin pisar el suelo; era tal su frondosidad.. Pero, ¡callen!.. sobrevolamos “La Alhambra”. Ya estamos sobre la fortaleza roja de los nazaríes... ¡La Alhambra! ¡Qué hermosura! ¡Qué belleza! No en vano es el monumento más visitado de las Españas...
Pero Granada no sólo es La Alhambra, es mucho más. Granada es la joya de la corona, el anhelo de los Reyes Católicos, y con ellos el de toda España. Isabel y Fernando amaban tanto a esta tierra que sus últimos deseos fueron descansar aquí para la eternidad..Y..
Granada también es agua, y nieve y jardines, y vegas, y cómo no... Mulhacén y Darro, y Generalife, y los cuentos de Washington Irving... Granada es Federico...
Algunos se llevarán las manos a la cabeza después de haber visto las elegidas, no los culpo, no deja ser un asunto subjetivo; ya dije antes que a veces es cuestión de gustos. Otros cambiarían unas por otras en el orden de la lista, también es justo que así sea y nadie se va a enfadar por ello. De cualquier forma, gusten más gusten menos se admiten opiniones... Por cierto de todas las ciudades expuestas solo tres de ellas son Patrimonio de la Humanidad, averigüen cuales...
Dicho queda...
Joaquín

1 comentario:

  1. Básicamente estoy de acuerdo en la exposición, claro que a la hora de nombrar independientemente de su orden,tenemos un País que después de Italia creo que andamos con mayor Patrimonio del mundo. Por lo tanto es difícil y yo para evitar cascarrabias casi me inclino por nombrar a todas la ciudades y pueblos por orden alfabético. Desgraciadamente Fuente de Cantos estaría de los primeros en la cola.¡Qué vamos hacer¡.

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