Oís el ruidito de vuestro whatsapp un viernes por la tarde: es un mensaje de vuestra pareja que os dice: “Lo siento, cariño, tengo una montaña de curro en la oficina y después una cena de trabajo. Llegaré tarde. Te quiero”. ¡No me digáis que no os moquearíais!
Y si encima hemos leído recientemente lo que dicen algunos estudios, que la mitad de los hombres y mujeres reconocen que al menos una vez en su vida han sido infiel con su pareja.. Ufffff, pa'echarse a temblar
Y digo yo, ¿tan difícil es ser fiel? ¿Somos monógamos por naturaleza o todo lo contrario, estamos hechos para picar de flor en flor?. Pues...
Está comprobado que la mayoría de las infidelidades se cometen con un amigo bastante próximo, con un vecino o con un compañero de trabajo. En fin, como para fiarte de los amigos.
También dicen que los infieles suele ser gente muy independiente, y que los tipos con la cara ancha y cuadrada son más propensos a echar una cana al aire, aunque estén casados ¡¡Joder, así es mi cara!!.
Y hasta resulta que la voz también influye a la hora de atraernos sexualmente y cometer la fechoría sentimental. Sí, los hombres que la tienen con un tono grave y profundo os vuelve locas a las mujeres ¡¡Ay, dios, así es la mía!!.
Y que las mujeres con voz muy aguda (señal de muchos estrógenos femeninos) nos apasiona a los varones.
Bueno, y ya la repanocha, a los hombres con una edad que acaba en nueve nos da más por buscar carnaza fuera de casa. Ya sabéis, cuando tenemos esas fatídicas edades de 39, 49 o 59 años, sufrimos una especie de angustia vital y nos da por realzar nuestro decaimiento sexual cayendo en tentaciones amorosas extramatrimoniales. En esto me quedo más tranquilo, ya he pasado esas edades. Porque no creo yo que a los 69.. ¿no? En fin, ya os diré..
¡Qué cosas!
Joaquín
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