martes, 5 de noviembre de 2024

Mi padre, ese hombre..

                                                                                         


       

El día que me fui de casa mi padre me acompañó a la estación de autobuses, y cuando subí al que me llevaría lejos, me dijo: "Joaquín, este es el segundo y último regalo que puedo hacerte: el primero fue darte la vida, el segundo la libertad para vivirla". 

Mi padre fue un buen hombre, un hombre cabal, no podía darme bienes materiales, el pobre, en cambio siempre me aconsejó muy bien: "Hijo, el hombre vale por lo que cumple y no por lo que promete---me dijo otro día---tu lealtad como amigo y como pareja siempre debe estar a un nivel altísimo. No te arrepientas nunca de haber tenido calidad con personas que nunca sabrán el valor de eso".

Recuerdo que al cumplir dieciocho años me previno, ante un grave problema emotivo que me surgió: "Joaquín, algunas personas te amarán solo hasta cuando ya no les sirvas. Su lealtad terminaran cuando sus beneficios acaben, pero no pierdas nunca la fe, los mejores comienzos viene de los peores finales"

No mucho antes de morir, en una de las pocas conversaciones que pude mantener con él debido a la distancia, me sentenció: Todo aquello que el hombre ignora no existe para él. Por eso el universo de cada uno se resume al tamaño de su saber. 

Por cierto, cada vez estoy más convencido, todo un mundo me perdí sin él

Joaquín





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